Maru-MA Volumen 08 Capítulo 4

From Baka-Tsuki
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Capítulo 4[edit]

A medida que se acercan a destino, la división de tareas se vuelve clara.

Stefan Fanberlain usa dinero para ganarse a los soldados y Sizemore usa su fuerza para eliminar a sus oponentes. Así que Dacascos es el que mueve a los inconscientes a lugares poco notables, y antes de que se de cuenta, Chevallier derrota a una o dos personas. Mientras arrastra el cuerpo lánguido del soldado, Dacascos mira a la persona junto a él.

Chevallier lo nota y le devuelve la mirada con una sonrisa.

—E-este tipo parece que está teniendo lindos sueños —dice Dacascos.

—See.

Los brazos y piernas del cuerpo que lleva se bambolean y sus ojos están tirados hacia la parte trasera de su cabeza. La lengua rosada dentro de su boca está torcida.

—Tal vez está soñando que come algo delicioso.

—See.

El noventa por ciento de las respuestas de Chevallier son una o dos silabas. “See”, o “si” o “no”, o “no se”. Hasta los luchadores de las sociedades secretas usan palabras más sofisticadas en estos días.

Incluso cuando van bajando por las escaleras donde no podrían cruzarse con ningún guardia, la división de tareas es bastante evidente.

Fanberlain adula a Lady Cherie, Sizemore hace pequeños comentarios aquí y allá mientras se frota el brazo incomodo y Dacascos toma nota de las frases que Fanfan usa en su libreta mental. La lista ya lleva cuarenta. La más nueva es “acogotar un lindo cuello con perlas, bien fuerte”.

Incluso mientras escucha las alabanzas poéticas de Fanfan, Chevallier solo sonríe y asiente. Es como si un padre o un hermano escuchara cumplidos sobre Cäcilie.

¿Simplemente quién eres Chevallier?

¿Podría ser de hecho el padre de Lady von Spitzberg? Ahora que lo piensa, ambos tienen el mismo cabello rubio brillante y rasgos faciales nobles. No tanto como el tercer hijo, Su Excelencia Wolfram, pero Chevallier luce mucho más parecido a ella que su hermano mayor, Lord von Spitzberg Stuffel, y que su hijo mayor, Lord von Voltaire Gwendal. Él debe tener alrededor de 120 o 150 años. Probablemente no sea su padre, pero no puedes dejar de lado la posibilidad de que sea su hermano menor.

Dacascos se pone nervioso y le pregunta algo mientras levanta la caja.

—Por cierto, Sr. Chevallier... ¿Cual es su apellido?

—Ni idea —responde el ayudante de la reina mientras sonríe mostrando sus blancos dientes.

¿Qué significa realmente una respuesta como “ni idea” cuando alguien pregunta el apellido? ¿Es que no le gusta o que su apellido es de hecho Niidea? ¿O está relacionado de alguna manera con ese juego para coquetear llamado “intenta adivinar” que juegan las señoritas cuando te piden que adivines?

Dacascos nunca ha ganado en ese juego. Su esposa sale con eso a cada rato, pero hasta la fecha él siempre termina completamente derrotado. Su Lady Veneno, Amblin, lo indica así: “Ponte la mano en el corazón e intenta pensar bien”. Abreviado: “intenta pensar”.

—...Lo siento... No lo sé.

Dacascos cae en su mal habito sin querer y comienza a llorar. Incluso su orgullosa pelada que parecería ser útil en una calle poco iluminada de noche pierde su brillo.

—¿Que pasa, Sr. Dacascos? No es nada por lo que llorar. No tengo un apellido. Solo Chevallier está bien. Usted también es así. ¿No es así, Sr. Dacascos? Sr. Lilit Latchie Nanatan Micotan Dacascos. ¿Verdad, Sr. Nanatan Micotan Dacascos?

Esta es la primera vez en bastante tiempo que escucha al acompañante rubio hablar tanto. Pero más importante, es también la primera vez en bastante tiempo que ha oído su nombre completo. Es una agonía tal que casi deja caer la caja.

—¡P-p-p-por favor pare! ¡Por favor deje de decir mi nombre hasta la ultima letra! ¡E-es el nombre de mi familia pero m-me da escalofrios!

—¿A si? Me parece que es bastante lindo. Como una pareja de recién casados, ¿eh, Sr. Nanatan Micotan Dacky?

—Uaaagh.

Intentó averiguar el origen de Chevallier y su pregunta terminó siendo evadida.

Pueden oír vagamente los vitores de la multitud en la arena a través de las gruesas paredes de piedra.

—Oh, parece que ha pasado algo.

Sizemore coloca la oreja contra la pared, pero naturalmente no puede obtener los detalles. Se endereza y continúa por la tenebrosa escalera hacia la sala del tesoro. Hay dos descansos con guardias apostados, pero logran pasar por ellos fácilmente. Al poco tiempo alcanzan el piso final y encuentran tres puertas de madera con carteles colgados en ellas. Es un panorama que se presta para la aventura.

—Es probable que dos de las tres sean trampas, siendo solo una la puerta real.

Los anchos hombros del Capitan Sizemore caen mientras se frota la barbilla que ha empezado a crecer barba. Puede resolver lo que sea si se trata del mar, pero no tiene nada de experiencia con las cacerías del tesoro en un laberinto. Una vez pisa la tierra, queda incapacitado.

Dacascos intenta colocar sus dedos en su ceño y dar vueltas con los ojos cerrados. Sus orejas comienzan a silbar. —Ya se. Definitivamente es esta puerta con el “libre” colgad--

—Entonces abramos las tres al mismo tiempo.

Nadie escucha su opinión.

El plan de Fanfan se desarrolla de esta manera.

Por suerte, hay tres puertas y cuatro personas. Si tres de las personas toman una puerta, es muy probable que una de ellas sea la real. Si por casualidad las otras dos son trampas, en el peor escenario quedarían dos personas. Los dos que quedan deberían ser capaces de llegar al objetivo.

—No llegaremos a ninguna parte si nos preocupamos demasiado. Tomaré la puerta del medio.

Un impresionante aspecto de él es que también apuesta con su propia vida. Un plan en el cual dos tercios de los participantes podrían caer en una trampa no es algo adecuado para alguien que no sea un soldado. A pesar del hecho de que está inevitablemente interesado en el tesoro, su espíritu de comerciante es admirable.

Inestablemente toma el pomo de la puerta y se relame levemente los labios nervioso.

—...Si pierdo la vida aquí... Por favor díganle a Lady Cäcilie esto. “Ah, tu risa es como la suave caricia de una calma corriente. Tu suspiro es la agridulce fragancia de una rosa. Tus ojos brillan como el rocío de la mañana sobre las hojas verdes. Tus labios son--”

—¿T-todo eso?

—Por supuesto. Textualmente, de ser posible. Incluso me tomé el tiempo de pensar una aliteración entre “caricia”, “calma” y “corriente”.

Parece que está fuera de las habilidades de Sizemore.

—Bueno, roguemos que está preocupación sea en vano. Está bien. Aunque no tengo experiencia, soy el hombre que ha heredado el nombre Fanfan. Nunca he cometido un error al comerciar.

El hombre de negocios, el hombre de mar y el asistente rubio se paran frente a las puertas y toman sus respectivos pomos. Fanberlain es el que da la señal.

—¿Están listos? ¡Missouri, Smetana, la tarjeta de tu compañía!

Antes de que Dacascos pueda preguntar sobre la parte de “la tarjeta de tu compañía”, los tres hombres abren las puertas. Sizemore y Chevallier protegen sus rostros por reflejo. Sin embargo, ni gas venenoso ni lanzas salen desde adentro.

—...Hay tres entradas para la misma habitación.

Están simplemente alineadas una al lado de la otra.

—Sin embargo, puede que hayan trampas más adentro. Por favor todos tengan cuid-- —comienza a decir Sizemore.

—¡Waa! —grita Fanfan como un niño al correr dentro de la sala del tesoro. Corre alrededor como quiere en el deposito donde podrían entrar cien hombres—. ¡Increíble! Hay tantos objetos de valor aquí que no puedo contarlos! Miren la elegancia de la cintura de esta estatua desnuda. ¡Y aquí también, vengan a ver esta estatua del Maou! ¿Pueden sentir el terror que sentía el creador por el Maou?

—Bueno, la cabeza es un elefante[1].

—¡Esa es la parte asombrosa! Fue usada en una ceremonia para una maldición.

¿Entonces participó del houjutsu en un lugar desconocido? Entonces, él toma una astillada muñeca de madera y la levanta a la altura de los ojos.

—Ah, esto también es impresionante. Un muy buen trabajo. ¿Fue usado para una maldición? Oh, el peso de este grueso espejo es extraordinario. Esto fue usado para una maldición. Oh, un cinturón de cuerdas usado para maldiciones está tirado por aquí. Si alguien lo usa será maldecido y su vitalidad caerá en picado. ¡Ah! Esta es la banana con clavos maldita.

¡¿No han guardado ningún objeto que no esté maldito?! Quienes tienen altos cargos en el templo parecen ser coleccionistas de artefactos peligrosos.

Los demás dejan al hombre de negocios solo y vuelven a su misión de intercambiar la caja. Tienen que encontrar rápidamente su objetivo y cambiarlo por la falsificación. Dacascos es de los que atacan por los lados al jugar juegos con piedras blancas y negras, así que vagabundea los rincones de la habitación.

—Oh, oigan.

Un objeto rectangular de tamaño similar está puesto sin cuidado directamente sobre le suelo. Apartando la tela para lavar sobre él a un lado, ve que tiene escrito en a tapa con grandes letras:

“El fin del viento”.

Sorprendido por la increíble obviedad, Dacascos pierde la voz.




Dentro de mi, la tortura en la oscuridad continua.

El dolor de cabeza llega a la vez que las pulsaciones, el olor metálico se esparce dentro de mi nariz. Mis ojos duelen como si me clavaran agujas y las fuertes reverberaciones en mis oídos no se detienen. Alguien está hablando, pero continua sonando sin que pueda distinguir las palabras. Es como si no fuera solo capaz de escucharlo a través de mis orejas, sino que es como tener parlantes dentro de mi cerebro.

Como si estuviera atrapado dentro de un cascabel en el templo y alguien lo estuviera agitando del lado de afuera.

—¡--ya... Shibuya...!

Desesperadamente intento abrir mis parpados pegados y secos. Es como si fuera a rasgarme la piel. Dorado y verde llegan a mi vista vagamente. Tras eso solo se encuentra la misma oscuridad de antes con pequeñas partículas de luz blanca bailando alrededor. Es nieve.

La persona rubia entorna los ojos levemente y llego a ver que sus labios se mueven un poco.

—No hay opción.

¿No hay... Opción?

—¡Woa, para Wolfram! ¡Se va a morir si haces eso!

Mi consciencia vuelve rápidamente. Lord von Bielefeld tiene levantada la maza de metal y está a punto de golpearme.

—Perdió... --el conocimiento... --así que... --despertarlo de ese modo es demasiado violent--... eh.

Cuando intento levantar la cabeza me atacan las nauseas y los mareos. Inevitablemente tengo que volver a bajarla. Mi nuca golpea algo que no es del todo duro. Tengo un mal presentimiento. Esta sensación firme y carnosa es...

—Su Majestad, esto es todo lo que puedo hacer por usted.

Tal como temí, mi cabeza está en el regazo de Josak.

—Shibuya, aquí tienes, agua.

—Gug.

Me meten una bola de nieve en la boca. Fue Murata. Está sosteniendo otra en su mano derecha. Supongo que preparo una segunda por las dudas. Trato de mover la mano para decirle que no la necesito, pero mis intenciones no le llegan.

—¡Mmph... mpa! ¡¿Qué estás haciendo?! Me llegó hasta el fondo de la garganta.

—¿Por fin estás despierto? —Wolfram está inclinado sobre la maza para aliviar la presión sobre su espalda. Su expresión se suaviza de repente. Miro alrededor solo moviendo los ojos mientras sigo recostado. Murata está en cuclillas y los muslos de Josak están bajo mi cabeza.

Pero él no está aquí.

Uso todas mis fuerzas para levantar mi brazo que cruje y toco mi mejilla con dedos helados.

Está mojada. Probablemente por la nieve.

—¿Conrad?

El tercer hijo mira hacia otro lado.

—Wolf, Conrad estaba... Aquí, ¿verdad? De verdad. Estaba usando unas ropas medio amarillas, un uniforme como el de los fans de los Tigres. Oye Wolf, Conrad no está aquí.

—¡Procupate por ti mismo! —ante la reprimenda de Murata en un tono inusualmente fuerte, inmediatamente cierro la boca—. ¡Te caíste desde ahí arriba! Bueno, aunque a medio camino Lord Weller te atrapó hábilmente. De no haberlo hecho te hubieras estampado contra el piso y probablemente roto todos los huesos del cuerpo.

—¿Desde ahí arriba?

A cierta distancia hay varios réferis y trabajadores. Bultos grises caen de las alturas desde palas grandes y adecuadas para cuando se acumula mucha nieve. ¿Qué es lo que están haciendo?

—Eso...

—Están retirando la plataforma circular porque tienen que salvar al tipo que terminó enterrado. Lo hiciste tu, ¿no es así?

—¿Yo lo hice? ¡¿Enterré a alguien?! ¿Quien?

—Quien... ¿No lo recuerdas para nada?

No lo recuerdo.

—¿Eso significa que lo hice de nuevo? ¿El Super Ue-sama Mode de siempre? No, antes que eso, ¿enterrado? ¿Quién fue enterrado? Eso es malo. ¿Es esa persona...?

—Von Grantz está vivo. Honestamente, es tan resistente que da bronca —dice Josak como si estuviera terriblemente desilusionado—. Pero mostrar ese increíble majutsu y no recordar nada es una pena. Así que la persona que lo hizo no sabe que tan heroico y terrorífico era. Ah, ¿o tal vez no es una lástima, sino una bendición?

—Hice algo espantoso, indecente y grotesco que hace que la gente sospeche de mi personalidad de vuelta, ¿verdad?

—Oh, Su Majestad, la belleza no lo es todo. Para mi, ser capaz de ver a Adalbert hacer “¡gyafun!” fue, como decirlo, me tocó la fibra sensible.

Sin embargo, el Macho Futbolista Americano no fue el único que dijo “gyafun”.

Tímidamente me estiro para tocar mi garganta y mis dedos sienten sangre oscura que ha comenzado a secarse. Por suerte no duele mucho, pero si me muevo es probable que se abra otra vez. Y no es que sea de importancia, ¿pero de donde viene la palabra “gyafun”?

—¿Por que aun estoy vivo? Es extraño.

Ha pasado un tiempo desde que sucedió esto. Incluso si he usado majutsu que sobrepasa el poder del hombre, las ultimas veces tuve algunos recuerdos de ello. Pero esta vez no recuerdo absolutamente nada. Solo estuve encerrado en la oscuridad todo el tiempo. Cuando pienso de nuevo en eso, siento como si mi cuerpo fuera a comenzar a temblar de la ansiedad y le miedo.

—¿...Qué hay de malo conmigo?

—Siempre hay algo malo contigo. No es algo que haya empezado ahora. —Wolfram se agacha lentamente. Sus movimientos son muy rígidos. Eso me recuerda, ¿cómo está su espalda? Espero que no le duela por demasiado tiempo.

—Mira hacia el otro lado. Voy a hacer algo con esa herida de tu cuello. Gurrier, ¿tienes hilo y aguja?

—Tengo. Tomar las medidas adecuadas es necesario si quieres vestir con estilo despues de todo. Dicho eso, ¿debería coserlo? Tengo bastante confianza en mis habilidades de costura.

—¿Coser? ¡¿Sin anestesia?! ¡Oye, usa esa técnica de sanación! Dijiste que al menos podías parar el sangrado de alguien.

—No te muevas.

Estiro una mano hacia Murata buscando ayuda, pero el me rechaza con un “tú te lo buscaste”.

—No tiene caso. Todos intentamos detenerte desesperadamente, pero te volviste loco por tu cuenta, Shibuya.

—¿No te estás convirtiendo poco a poco en un personaje malo?

Llego a ver dos persona con ropa blanca por el rabillo del ojo. Sus cabellos están atados metidos prolijamente bajo sus capuchas y corren hacia nosotros tan rápido que están inclinados en relación al piso. El blanco puro les queda bien aunque son pequeños y la impresión de limpieza que dan es prometedora.

—¡Oye, mira, es el equipo de rescate! Deberíamos dejar que los profesionales se ocupen del tratamiento medico.

—Lamento haberlo hecho esperar. Oh, Su Majestad, parece estar sufriendo mucho dolor.

—¿Eh?

El ángel de blanco que se arrodilla junto a mi lleva el cuello del traje muy abierto. Enfrentando el evidente escote a plena vista mi sangrado se duplica. Rápidamente coloco una mano sobre mi nariz.

—Pero... ¿La-Lady Cherie?

—Si, Su Majestad. Su. Lady. Cäcilie. Ha pasado mucho tiempo. ¿Ha estado bien? Me sentía sola al no poder verlo. Oh, Su Majestad, su cuerpo manchado de sangre por las herias también es atractivo. Cualquier señorita se vería encantada inmediatamente.

—¡¿Madre?! Las mujeres están prohibidas ne la arena. ¿Como llegaste aquí...?

—Shh, Wolf. Solo tomé prestado un uniforme del equipo de rescate. ¿Verdad, Josak?

—Es bastante admirable.

Por alguna razón, la ex reina que apareció de la nada busca la aprobación de Josak. Sus rizos dorados están atados tensamente. Tal vez se les permite a quienes no son soldados usar cabello que no sea largo. Ah, estaría satisfecho si Lady Cherie me cose. Por favor usa una puntada recta o punto atrás. Sin pensarlo, mi rostro se relaja.

—¿Qué es ese cambio de actitud, Yuuri? Tu expresión se volvió sumisa —Wolfram no está contento.

Mientras examina mi herida, Lady Cäcilie descubre a Murata. Su encantador cuerpo se arquea hacia arriba ansiosamente.

—Ah, es Su Alteza del que he escuchado, ¿verdad? Justo como me han dicho, ni sus ojos o su cabello son negros, pero... ¡es una persona extremadamente linda! De verdad se parece a Su Majestad. Aww, quisiera saludarle oficialmente y rendirle honores con un pasional abrazo, pero... Su Alteza, por favor discúlpeme. Por favor no crea que soy una mujer maleducada.

—Está bien, Su ex Majestad. Ahora es más importante revisar la herida de Shibuya.

Luego de decirle el usual “llámeme Cherie”, una de las Tres Grandes Bellezas de Shin Makoku coloca sus dedos en mi cuello. La agradable y fría sensación se extiende no solo por la superficie, sino también dentro de la herida.

—...Está bien. Una herida de esta profundidad no necesita coserse. Pero Su Majestad, para alguien como yo que posee un maryoku normal, no podría usar un ataque a tal escala en un lugar como este. Hay un templo al lado y los elementos que obedecen al houryoku están por todas partes... Ser capaz de mostrar tanto poder en tales condiciones de adversidad, Su Majestad es realmente un hombre increíble.

—E-estoy acostumbrado a la adversidad.

De ninguna manera. Un verdadero practicante increíble tomaría responsabilidad por todo lo que hizo. Sin embargo, cuando se tata de mi, yo ni siquiera recuerdo lo que hice. Alguien que se olvida completamente de varios extensos minutos de lo que ha hecho solo puede ser llamado un gran idiota. Ya tengo amnesia a la edad de dieciséis. ¿Qué platillos comí como guarnición anoche?

—Ow.

—Lo siento. Va a doler un poco porque los tejidos se están uniendo. Está bien, solo será necesario enroscarlo con una venda y dejarlo solo, incluso si apenas lo cerramos un poco, eso hará que le sea más fácil moverse.

—Es-está bien. Por favor hazlo.

Alguien sostiene mi mano. Antes de que tenga tiempo de preocuparme por eso, termino usando esa mano para lidiar con el dolor. Tiene dedos delgados y fríos. Aunque volteo la cabeza no puedo verla porque está detrás de mi sanadora, pero probablemente sea otro miembro del equipo de rescate.

—¿...Flynn?

Ante mi murmullo que no pensé que se escuchara, la fuerza tomando mi mano incrementa en respuesta.

—Bueno, Su Majestad, ahora solo vamos a vendarlo. Planeaba poner en ello todo mi amor, pero como era de esperarse, solo puedo proveer una curación de emergencia en este lugar... Sería malo si la herida se abre, así que recomiendo evitar los movimientos enérgicos... Oh cielos, decir movimientos enérgicos me trae cosas a la mente...

¿Hola, ex reina, holaaa?

—Entonces, —dice la Sexy Queen poniéndose seria abruptamente y colocando sus palmas contra mi mandíbula. Ojos verdes iguales a los del tercer hijo titubean un momento debido a emociones desagradables—. Por favor perdone a Conrart por lo que ha hecho. Me disculpo en nombre de mi hijo.

—No tiene que disculparse, Lady Cherie...

—No, tengo que hacerlo. —Ella aprieta sus labios rozados y sacude la cabeza soltando uno de sus bucles dorados—. Todo comenzó conmigo. ¿Por cuantas situaciones difíciles he hecho pasar a ese chico a causa de mi estupidez? Si comienzo a arrepentirme ahora, no sería capaz de hacerlo por todas. Pero Su Majestad, por favor al menos crea esto. Ese chico jamás lo traicionaría. Debe haber una razón para esto. Una complicada razón que no puede revelar en este mismo momento. Así que...



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Cäcilie coloca una mano sobre su corazón y la otra sobre el mio.

—Crea en él.

El tono calmado y sincero que usa es completamente diferente al que tiene usualmente. Sus ojos están repletos de bondad. La parte baja de mi columna hormiguea.

Uh, así que de verdad es una madre.

No importa lo joven que se vea o si encanta a un hombre tras otro y se regodea en nuevos amantes, es definitivamente una madre. Es más como si solo yo no hubiera notado ese básico detalle.

—...Creo en él. —Su rostro se ilumina—. Conrad no se convertiría en mi enemigo sin razón. Incluso ahora mismo... no lo recuerdo, pero él me rescató.

Miro alrededor mientras cuido mi tirante herida, pero no llego a verlo.

—Aunque no esté aquí de nuevo.

—Pero está vivo —dice Wolfram con un suspiro. Parece que sus pensamientos se han escapado de su boca—. No hay mejor noticia que esa.

El réferi que nos estaba mirando se acerca caminando impaciente. Es el hombre que se quedó en el piso.

Todos lucen similares, así que no puedo distinguirlo inmediatamente, pero reconozco su barba corta tupida.

—Eso es suficiente, escuadrón de rescate. Representantes de Caloria, muévanse inmediatamente. Habrá una audiencia con Su Alteza luego de esto.

—¿Una audiencia? ¿Vamos a conocer a alguien importante? Que molestia. Va a ser una fiesta de jardín o algo. Wolf, ve como representante.

—¡Cuida tu lengua! Su Alteza les concede la gentileza de honrarlos con una bebida y garantizarles personalmente su deseo.

—Dejaremos eso en el buzón de las sugerencias... ¡¿Espera?! ¿Conceder nuestro deseo? ¿Gané? ¡¿Yo gané?!

—¿No te diste cuenta hasta ahora?

Murata y Wolfram se ven pasmados. El tercer oponente era el Macho Futbolista Americano, von Grantz Adalbert. ¿Qué truco cobarde y de segunda usé para derrotar a un tipo fuerte y puro músculo como ese? La razón por la cual solo puedo asumir que fue un acto cobarde es porque comprendo mis propias habilidades de pelea.

Apestan, yo mismo lo digo.

—...Upa la lá...

Intento levantarme diciendo algo que un viejo diría, pero no tengo nada de fuerza en las piernas. El cansancio es el mismo de siempre. Incluso pierdo el apetito luego de usar majutsu. Con Josak sosteniéndome por debajo de los brazos, finalmente me levanto. Tengo que caminar un poco para calentar mi cuerpo.

Cuando paso junto a Lady Cherie en su uniforme de equipo de rescate, la ex reina me sonríe picaramente y cambia de lugar con la humana a su lado.

Mirando al piso, Flynn dice una palabra en voz rígida sin levantar la cabeza.

—...Felicitaciones.

—See. Oh, no, ¿qué estás diciendo? Esta seria como la victoria de tu marido despues de todo.

No debe gustarle algo de lo que respondo porque se pone aun más tensa y se queda callada. Debería ser más evidente con su felicidad. Murata juega con su oreja con una expresión de sabelotodo.

—Son complicados, ¿eh? Los corazones de las señoritas.

Me pregunto si está recordando la época de La Dulce Trampa de la Hermana Christine.




Los representantes del equipo de Caloria son llevados a encontrarse con la realeza por un guía con una banda en el brazo. Los tres heroicos competidores y un supervisor.

Estamos en el templo justo al lado de la arena, pero para mi, cuyo cuerpo es como una gelatina, las largas escaleras son extremadamente problemáticas. No voy a dejar que se me venzan las rodillas.

—Su Majestad, ¿debería llevarlo sobre mi espalda?

—Está bien, Josak. No quiero que me traten como a un viejo. Especialmente cuando tenemos una absurda diferencia de edad.

Poniendo más fuerza en la punta de mis pies, subo pisando con firmeza escalón tras escalón. Además de eso, se ha estado haciendo difícil respirar desde hace un rato. Reflexioné sobre mi irresponsabilidad durante el encuentro y ahora estoy enmendándolo al usar correctamente mi máscara. Mi disfraz como Norman Gilbit es perfecto, pero gracias a eso mi rostro está inmersa en sudor y dióxido de carbono.

Siendo como es, nuestra recepción es horrenda. Incluso si somos un chiste de equipo ganador, deberíamos ser levantados en alzas por un grupo de tipos y cargados en un desfile. Si eso es imposible, deberían traer de vuelta esa góndola que salió volando y que nos hicieran descender como en la boda de mis padres... Ahora que me pongo a pensar en eso, recuerdo todas las veces que me mostraron la grabación en video cuando era chico. Pensándolo bien, olviden la góndola.

La sala de reuniones a la cual llegamos es del tamaño de una cancha de basket. Las paredes, el piso y el techo son todos completamente amarillos. Por supuesto que existen distintos tonos de amarillo, pero esta habitación es completamente amarillo limón. Me empieza a doler la cabeza.

—Aunque he estado en un edificio que estaba completamente recubierto de oro antes.

—Bueno Murata, solo porque tengas conocimiento sobre el pasado no significa que puedas alardear sobre la vida diaria de un noble Francés o Ruso.

—No, Kinkakuji[2] —dice mi amigo de la Tierra con expresión seria.

—Kin...

—Hablando de eso, en el baño de mi tío incluso el interior del orinal era de oro.

Incluso el ex príncipe en su 82avo año como noble comenta sobre eso.

Las únicas cosas de valor metálico que he poseído son un bat de metal y un ángel dorado en una caja de Morinaga Choco Balls, ni siquiera llegue a tener la caja de juguetes, así que lamento mi falta de experiencia[3].

—Oiga, no se desanime tanto. No he estado en una habitación revestida en oro, plata o joyas ni una vez, Su Majestad. Aunque estuve siete noches en una al nivel de cámara de tortura con olor a sangre y eses. See, el invitado de la habitación de al lado se volvió loco y gritaba todo el tiempo, podía escuchar sus chillidos a través de las paredes.

Tengo mucha suerte de que me falte experiencia de vida.

Una división de bambú amarillo separa la habitación más o menos a un tercio de llegar al asiento de honor. Puedo ver la vaga silueta de una persona dentro, pero no puedo determinar su rostro o su sexo. Pensé que iba a tener la rara oportunidad de ver a un Mikawa Kenichi[4] de otro mundo, pero desafortunadamente es a través de un panel de bambú.

—Su Alteza, he traído ante usted a los tres representantes de la región autónoma de Caloria, territorio de Shimaron, los ganadores de la celebración del aniversario de Shimaron “¡Usa tu inteligencia, velocidad y habilidades para ganar! ¡El Torneo del Mejor Luchador del Mundo!”, incluyendo un suplente.

Luego de decir eso en un solo soplido, el guía inclina su postura y espera las palabras desde el otro lado del bambú. Pero como sea, ¿Murata es tratado como un suplente? Así que si alguno no participaba, él tendría que haber ocupado el espacio vacío. Me hubiera gustado ver como pelearía, incluso si solo era por show.

—Su Alteza, le ruego una audiencia...

Cuando el guía llama de nuevo, una voz como la de una linda heroína de anime viene desde atrás de la cortina amarillo limón que te deja ciego.

—No es “Su Alteza”, somos “nosotros”[5], ¿ves?

¿Eh? ¿Qué es esa voz de chica linda estereotipada? Es una voz nasal entre soprano y alto, con esas terminaciones para las frases al estilo “ves” o “sabes” que quedan tan bien. Si usara “ya ves”, terminarían sonando como el papá de Hajime-chan[6].

Estoy sorprendido por la voz, pero el guía está genuinamente impresionado. Se para en una pose con los cinco dedos de sus manos abiertos como si estuviera sosteniendo unos pechos enormes copa F[7].

—¡¿No es Su Alteza, sino Su Majestad?!

—Así es, somos nosotros.

—¡Pe-pe-pe-pe-pero que rudo de mi parte!

El remate de esa broma duele. Y me recuerda el hambre atroz que tengo[8].

Mientras no presto atención, el guía que estaba solo se convierte en cinco, e incluso aparecen en la habitación soldados con armadura ligera y armas. La mayoría de los humanos no pueden esconder sus temblores y tienen las frentes cubiertas de sudor frío.

¿Por qué están tan asustados? El príncipe era solo un representante despues de todo. ¿No es causa de celebración que Su Majestad haga una aparición?

Murata inclina la cabeza y me susurra para que nadie pueda oír.

—Me pregunto que clase de “nosotros” son. Yo digo que es una chica joven con anteojos.

—¿No te gustaban las de estilo sacerdotisa?

Sin embargo, nuestras expectativas son completamente traicionadas. El mundo es cruel.

Su Majestad de la hermosa voz de niña tras el bambú se revela a causa del reporte de un soldado. Un hombre de mediana edad con ondas en el cabello se hace paso entre los guardias de la puerta y viene cerca nuestro. Por un momento parece sorprendido como si se preguntara que clase de ceremonia está tomando lugar, pero inmediatamente se dirige al guía de antes. Este guía parece ser una persona bastante importante a pesar de su papel.

—¡Reportándome, Comandante! De acuerdo al reporte de la guardia del sótano, parece que unos ladrones se infiltraron en la sala del tesoro.

—¡¿Cómo?!

Luego de otorgar una respuesta como en un drama policial, el cabello del guía/comandante se pone de punta. Pero los que nos muestran una reacción impresionante no son solo el comandante y los soldados.

—¡¿Se robaron nuestra caja?!

Haciendo a un lado el panel de bambú con dedos huesudos, el rey de Dai Shimaron salta fuera de su posición de privilegio. Ni siquiera hay piedras en el camino pero se tropieza hacia adelante, colgándose de las varas de bambú con sus brazos flacuchos. La cortina estilo japonesa de color amarillo limón no soporta el peso de un adulto y se quiebra.

—¡Su Majestad Berard!

Con un rey de otro país cayendo torpemente frente a mi, me quedo parado en shock sin siquiera poder ayudar.

Es decir, no era una sacerdotisa o una chica jovencita con anteojos.

—¡¿U-un hombre adulto?!

Cualquiera aceptaría que titubee al ver un hombre con una voz así.

Lo que cubre sus frágiles brazos y piernas es una tela amarilla con rayas verticales rojas y azules. No llega al nivel de Mikawa o Kobayashi[9], pero es al menos igual de llamativo que un semáforo japonés. Su cabello marrón rojizo está modelado en un esplendido corte taza. Tiene una mandíbula angulosa y las mejillas hundidas, y una mirada de loco como si fuera el único sobreviviente en una película de monstruos.

Y aunque es un hombre... y para colmo un adulto cerca de los cuarenta, tiene la voz típica de una chica linda de anime.

Esto es realmente incomodo.

El líder de Dai Shimaron llamado Su Majestad Berard continua preguntando incluso mientras sus vasallos lo ayudan a levantarse.

—Oigan, la caja. ¿Nos robaron nuestra caja?

—Todo está bien, Su Majestad. Tirar una tela encima y pretender que no era nada de valor funcionó perfectamente. Parece que los ladrones tomaron la estatua del Maou y varios ornamentos. No pusieron sus manos en la caja.

—¿Estatua del Maou? —los ojos de Su Majestad Berard el Semáforo se agrandan de la decepción—. ¿La que tiene la cabeza de elefante?

—Si. Creemos que son seguidores de una religión mazoku.

—No era de oro solido o de houseki ni nada parecido. ¿Qué van a hacer con algo como eso?

Murata tiene una expresión de sorpresa y enojo en su rostro. Tal vez adoró a Satán en una vida pasada. ¿Será que La Dulce Trampa de la Hermana Christine era de hecho una forma seductora de llevar a la gente por el camino del mal?

Cuando volteo a interrogarlo, llego a ver a un joven soldado detrás de él. El hombre habla para si mismo moviendo solo los labios sin darse cuenta.

“Tiene mucho mas valor que una caja.

Parce que el horror que contiene El Fin del Viento es desconocido para todos los ciudadanos.

—Bien, de todos modos, es bueno que la caja no fuera robada.

—Sin embargo, Su Majestad... los guardias que dejaron entrar a los ladrones discutían sobre algo extraño.

—¿Algo extraño? ¿Qué cosaaa~?

Las curvas hacia adentro del corte taza se bambolean salvajemente. Su cabello es mucho mas corto que el pelo que anhelaba Sizemore, aunque es el rey, no es de clase militar. Presenciando la vida diaria de la familia real de un país extranjero, nosotros en el Equipo Caloria dejamos ir todas las tensiones. Ahora que las cosas se han desarrollado de este modo, mi cansancio y el hambre comienzan a molestarme.

Yamada, tráeme un cojín zabuton y algo de té[10].

—La mayoría de los soldados dice que fueron golpeados por sorpresa, pero hay bastantes de ellos que tenían en posesión inapropiadas sumas de dinero... Están diciendo que ellos lo sustrajeron de las billeteras de todos mientras estaban inconscientes, o que lo tomaron de otro lado, así que... está comenzando a crecer cierta sensación de injusticia entre los soldados de la unidad.

—¿Cómo? ¿Injusticia?

Aun hay varias figuras al otro lado de la pantalla de bambú de la cual solo queda la mitad en pie. ¿Son sirvientes esperando ahí atrás? Sin embargo, el interés que siento al mirar hacia ahí es instantáneamente robado por el grito agudo de Berard.

Murata, Wolfram, Josak, e incuso los soldados son tomados por sorpresa.

—No se puede hacer nada si es injusto. ¡El mundo esta lleno de injusticias despues de todo! Solo observen.

Él se arremanga y muestra la parte superior de su brazo con sus articulaciones prominentes. Hay dos lineas marcadas en la piel amarillenta, seca y sin vida.

—¿...Un tatuaje?

Lucen como dos bandas paralelas de color verde enroscadas alrededor de su brazo. No llego a verlo claramente, pero parece que es un patrón lineal detallado.

—¿Ven esto? ¿Lo ven? Luce exactamente igual a ese.

No se con que lo está comparando, así que solo puedo permanecer en silencio.

El rey se levanta poco a poco y el tono de su voz se eleva a la vez. Ante la histérica voz chillona, los dedos de Wolfram van inconscientemente hacia su espada.

—¡Incluso si fue hecho igual, no podemos usar la caja! ¡Nuestro padre y nuestro tío, y todos los demás antes que ellos son iguales! Incluso si tooodos nosotros nos pusimos el nombre Berard. Incluso si nuestro padre y nuestro hijo, y todos los de antes que nosotros fueron tooodos Berard. A pesar de eso, ninguuuno de nosotros se pudo convertir en la llave. ¡Incluso los brazos de Berard I y Berard II fueron inservibles!

Siento que se me pone la piel de gallina bajo el abrigo.

El rey de Shimaron con su manga arremangada ríe secamente, haciendo eco por toda la habitación.

—¡No es justo! ¡No es justo, no es justo! Deberíamos haber nacido en la familia Weller también.

Al escuchar una palabra que nos resulta familiar nos ponemos rígidos. ¿Por qué está hablando la familia real de Shimaron sobre el apellido de Lord Weller?

—Y entonces podríamos habernos convertido en la llave... Y entonces nuestro tío nos hubiera tratado bien... —Los insanos gritos se van convirtiendo gradualmente en sollozos. Al mismo tiempo, la fuerza abandona su cuerpo y cae de rodillas al piso—... Y nuestro padre y nuestro hermano menor... no tendrían que haber muerto...

—Esto es vergonzoso, Berard IV.

Ante la voz de un hombre solemne que parece ser un mentor, el hombre llamado Su Majestad levanta la mirada reflexivamente. Está impresionado y las pupilas en sus ojos casi vacíos se achican.

—¡Su Alteza!

Todos los soldados se paran derechos y miran hacia la figura tras la pantalla de bambú. El recién llegado claramente genera más respeto en sus vasallos.

—¿...Su Alteza? —Pregunto discretamente a la enciclopedia andante junto a mi, mientras me cubro la boca con la mano—. Usualmente Su Majestad es de mas alto rango que Su Alteza, ¿verdad?

—El estatus de Su Majestad es más alto.

Si comparo la relación entre Wolfram y yo, es fácil de entender. Desde cualquier ángulo que nos mires, él es mas distinguido... Oh, cielos. Pero de nuevo, desde que el título de príncipe del tercer hijo tiene el “ex” adelante, su actitud es incluso aun más distinguida... Cielos, oh, cielos.

Desde atrás de esa mitad rota de la pantalla de bambú aparece “Su Alteza”. Berard IV, tirado en el piso, se encoge como un niño.

—Pero me pregunto que pasa con la autoridad —agrega Murata.

Este hombre es probablemente el que bajó en la góndola llamativa. “Su Alteza” ciertamente parece tener más autoridad que Su Majestad. Solo con su aparición, la atmósfera en la sala de conferencias se pone tensa y ni una persona tiene expresión de desagrado en su rostro.

—...Tío...

Ya veo. Él es el tío que no es amable con Su Majestad Berard. Luce como si tuviera más de setenta en años humanos, pero es fornido y no depende de un bastón. Más de la mitad de su esplendido cabello largo militar y su barba son blancos.

Sin embargo, su ropa es como la de Sachiko Kobayashi y tiene alas en la espalda al estilo Takarazuka[11].

Un ojo está turbio, puede que sea por la edad, pero el otro es fuerte y afilado, recordándome a un ave de presa.

El rey de cuarta generación que debería estar en la flor de su vida, no se ve adulto para nada cuando se lo compara con su tío. Le agarran de los brazos y lo arrastran como si fuera equipaje.

—Bueno, entonces, ¿le he pedido a Su Majestad que conceda los honores a los vencedores?

Su tono de voz es calmo y respetuoso, pero la revertida presentación de poder es obvia. Su Alteza, que no ha heredado el trono, tiene un rango mayor que el actual rey de Dai Shimaron.

Siendo testigos ajenos de la situación familiar de la familia real, el grupo de representantes de Caloria se pone incomodo.

—¿Se lo he pedido, Su Majestad Berard IV?

—...No... No lo ha pedido, Su Alteza Berard II.

¡¿Eh, otro Bera-chan?!

Deja de llamar a tus parientes con el mismo nombre. La gente involucrada puede que entienda cuando hablan entre ellos, pero como invitados no se puede estar más que confundido.

—Así que Su Majestad y Su Alteza son ambos Berard... ¿Hay alguna clase de razón religiosa para eso o algo?

Murata me reta en voz baja ante mi murmullo asombrado.

—¡Shh! Se un poco sobre sus nombres, así que te diré luego sobre eso.

Él es el soukoku Daikenja. Definitivamente sabe lo suficiente para explicar las practicas sobre nombramientos.

Su Alteza Segundo se acaricia la barba con la punta de sus dedos y responde fríamente a su sobrino.

—¿No dije que el trabajo de Su Majestad era sentarse en el trono y no decir nada?

—Lo dijo... Pero queríamos ser de alguna ayuda a Su Alteza.

—¡No haga cosas innecesarias!

Luego de que le grita el hombre robusto, el hombre cerca de los cuarentas rompe en lágrimas. El sentido de justicia en mi interior está a punto de estallar.

¿No es llamar a las sinceras buenas intenciones de tu sobrino “innecesarias” particularmente de mente cerrada? Por supuesto que desde un, em, punto de vista Confusiano no tiene sentido discutir y la persona mayor es más importante, pero aun así, él es “Su Majestad” despues de todo, ¿así que por qué no tratarlo con un poco mas de respeto? Si Berard IV, quien tiene un complejo de inferioridad en situaciones normales, es disminuido aun más, ¿no sería eso malo para los ciudadanos? Oh, y no estoy diciendo esto porque yo mismo tengo un complejo de inferioridad como rey novato.

—Sabes--

—Alto. ¿Cual es el punto de reprender la moral de un país enemigo? —me advierte Wolfram antes de que pueda empezar lo que quería decir.

—Me disculpo, tío, pero... Lord Weller...

Su Majestad Cuarto, que parece que comenzará a llorar en cualquier momento, sacude su corte taza hacia atrás y adelante.

Justo cuando me preguntaba por que sentía tanta simpatía por él, me doy cuenta que es porque solo puedo oír su voz cuando está mirando hacia otro lado. Si lo miro de pies a cabeza, no importa cuanto llore, solo podría pensar que necesita madurar.

—Queremos ser útiles para usted tío... ser considerado como un parásito es doloroso... quiero decir... desde que Conrart llegó, usted tío solo pasa tiempo con él...

Los tres me detienen cuando casi salgo corriendo hacia adelante sin darme cuenta. Con ambas mangas y el dobladillo trasero de mi camisa siendo sostenidos firmemente, no puedo correr a preguntarle al tío y sobrino ninguna pregunta.

¡Dilo de nuevo! ¡De nuevo, Berard IV!

¿Qué cosa sobre Lord Weller Conrart?

Sin embargo, no necesito preguntarle al hombre sollozando. La otra persona tras la pantalla de bambú camina al centro de la habitación a reconfortar al rey.

—No se preocupe por mi. Su Alteza Segundo no piensa sobre usted como un parásito —dice suavemente mientras coloca una mano sobre la frágil espalda del rey solo en nombre. Incluso tiene una sonrisa refrescante en su rostro.

El hombre que me llamaba Su Majestad hasta hace poco. No importa cuantas veces le dijera que parara, siempre lo terminaba haciendo por costumbre.

—Ahora, Su Majestad, debería descansar en su habitación. Su Alteza se hará cargo del resto de la ceremonia.

Siento como si hasta la ultima gota de sangre en mi cuerpo se me fuera a los pies.

Miro fijamente a la tercer persona que estaba tras el biombo de bambú.

Ya veo, Lord Weller Conrart.

—...Tu nuevo “Su Majestad” es ese hombre, ¿eh?

Se supone que debería mantenerme calmado, pero mi cuerpo no deja de temblar.



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  1. Juego de palabras perdido, “estatua” y “elefante” se pronuncian igual en japonés, zou.
  2. Templo en Kyoto revestido en oro.
  3. Yuuri se refiere a cosas de la marca de dulces japonesa Morinaga. El ángel dorado es un emblema en la caja de bolitas de chocolate, y lo otro se refiere a una caja especial de la misma marca que trae juguetes y otras cosas.
  4. Es un cantante de enka, estilo de música clásico japonés, famoso por sus disfraces llamativos.
  5. El pronombre en japonés original es para la realeza, pero no tenemos un equivalente.
  6. Referencia a una serie llamada Hajime-chan ga Ichiban (Hajime is Number One). Y en general, todo este dialogo del la voz y su forma de hablar es tan japonés que es extremadamente difícil de adaptar.
  7. Los tamaños de corpiño en japón se miden con letras, de la A a la H, siendo la A el más pequeño.
  8. Chiste imposible de adaptar, la broma original era entre “itashimashita” (hacer, en tono humilde) y “itameshi pasuta” (pasta italiana).
  9. Sachiko Kobayashi es también una cantante conocida por sus trajes llamativos.
  10. Referencia a Takao Yamada, un comediante que forma parte del programa Shouten donde compiten por hacer las mejores chistes y quien gana recibe una especie de cojín japonés para sentarse. Estos se van apilando con los participantes sentados encima, y si haces algo que no causa gracia te los pueden ir quitando. El primero que junta diez gana. Yamada es quien lleva y trae los cojines.
  11. Takarazuka es una compañia de teatro compuesta por todas mujeres, ellas realizan hasta los papeles de hombres y sus tajes son muy llamativos.