Maru-MA Volumen 08 Capítulo 8

From Baka-Tsuki
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Capítulo 8[edit]

Flynn Gilbit se ha vuelto medio loca.

—¡Querido, aguanta! ¡Norman! ¡Oh, por favor, por favor dios! ¡Salva a mi marido!

—¿...Uh?

Ella tiene las manos envueltas de seda entrelazadas y reza a dios mirando al cielo.

—Mughhggh.

El cuerpo que llevan en la camilla es Norman Gilbit con su mascara puesta retorciéndose de dolor. Wolfram está en la cabecera de la camilla y Flynn, Murata y Josak están a un lado del paciente mientras corren junto a él.

Cabello plateado desalineado flota en el viento

—Ay, pero que horrible. El señor de repente cayó enfermo. Con una esposa tan joven es realmente una pena... ¡¿Uh?! ¡Espera un momento!

El señor feudal enmascarado renació desde que nos conocimos, o mejor dicho, la persona que pretendía ser Norman Gilbit hasta hoy no era otro que yo, Shibuya Yuuri. Pero el tiempo vuela y hace muy poco la segunda generación de Norman Gilbit el Señor Feudal Enmascarado se retiró oficialmente.

A pesar de eso, ahora mismo el hombre siendo transportado a una velocidad peligrosa usa la mascara que he llegado a conocer demasiado bien.

—¡Espera, Flynn! ¡¿Y ese quién es?! ¡¿Quién es ese hombre?!

¿La tercera generación acaba de terminar?

Cuando corro detrás del grupo e intento entrar en la habitación, la señorita mas joven de un grupo de curiosos en el pasillo me dice: —Oh, tu eres el joven oficial que bailó con esa dama, ¿verdad?

—Joven ofici--...

—Tienes una... Relación con esa señora, ¿no es así?

—¿Que clase de relación?

—Ya sabes... una relación. Adulterio. Adulterio. Una relación adultera. —Aunque ella habla deliberadamente en voz baja, lo enfatiza y lo repite tres veces—. Por supuesto, por supuesto, esa dama es hermosa, ¿no es verdad? Ella tendría uno o dos amantes, ¿eh? Pero esto es bueno para ti. Felicidades. Podrías ser capaz de convertirte en su esposo oficial.

Sin tener idea que al relación entre Flynn y yo acaba de terminar, la joven lady continua develando las escandalosas noticias con orgullo.

—Sabes que su esposo, el Sr. Norman Gilbit, peleó duro en la final del torneo, ¿verdad? Peleo muy duro y ganó, pero fue herido, ¿ves? Parece que esas heridas se pusieron peores y finalmente colapsó. Aparentemente está al borde de la muerte.

—¡¿Colapsó?!

Espera, yo soy Norman Gilbit, ¿verdad? ¿Entonces quién es ese usando la máscara?

—¡Flynn!

Entro a la habitación apresurado y cierro la puerta para que no se escape el secreto. Todos los ocho ojos de Flynn, Murata, Josak y Wolfram se enfocan en mi.

—¿Por qué se está muriendo el Norman Gilbit que no soy yo?

—¡Shh!

Los cuatro levantan un dedo hacia sus bocas simultáneamente. El hombre enmascarado aun está agonizando. Se agarra la rodilla —no la mejilla que se lastimo en el encuentro— y rueda alrededor.

Una expresión picara aparece en el rostro de Murata mientras se sacude la nieve del hombro.

—Necesitamos el cuerpo de un hombre de alto estatus. Para ser mas preciso, el ataúd. Por eso es que todos montamos un acto. Bueno, en cuanto a él... —La persona actuando el rol de Norman se revuelca en la cama—. No está necesariamente actuando.

—Es la verdad —dice Josak. Él ya tiene una expresión sorprendida en su rostro. Parece que quiere decir que no puede seguir el ritmo de los extraños planes de los niños—. Luego de resbalar en la nieve y romperse la rodilla, a este soldado de mediana edad le metieron una media en la boca que fue usada por tres días seguidos.

—Ugg.

Que mordaza terrible. Es casi tortura. Ahora entiendo su actuación tan realista. —Entonces esta persona va a morir despues de todo...

—Es verdad.

—Ogmosea, ego ag egnos agengme egsto, ugf, —dice inintelegiblemente el seriamente herido joven soldado—. Yg gi eg pogigle, ¿eg garian ung aglmagngte?

—Ah, si, si, calmantes. Y quieres que te saque la mordaza, ¿eh?

Con la mascara fuera, es un tipo completamente normal. Su cabello no es tan largo como un soldado normal y no tiene una mirada severa en su rostro que diga “¡vamos a pelear!”. Es un hombre gentil que recuerda un artista y parece que seria del tipo que las mujeres adoran.

—Uff... El interior de mi bocaa aun se siente feo. Fueron malos al no sacarmee la media aunque accedí a eesto.

Sintiéndose un poco mejor luego de conseguir sus calmantes, se sienta en la cama y toma algo de agua.

—La forma en que habla suena como un diligente estudiante de intercambio —digo.

—Ah, yo, me llamoo Gardino. Vine a la capital a estudiaar arte y teatro, pero como soy estudiantee no tenía suficiente dinero. Así que me convertií en un soldado temporal de la guarnición. Quieroo estudiar más arte y teatro, pero la colegiaturaa en escuelas superiores es cara y no puedo costearloo.

—De verdad suena como un estudiante de intercambio.

El joven Gardino aprieta sus puños y hace algunos cálculos con la mirada en llamas.

—Si obtengo el montoo sugerido, puedo ir a la escuela superior por dos añoos. Y además, si es soloo una vez a la semana, puedo contratar una señoritaa que se saque la ropa... ¡Daré lo mejor de mi! ¡Lo mejor absolutamente! ¡De verdad va a ser mi mejor esfuerzoo! ¡Pondré mi cuerpo y alma en actuaar el papel del cuerpo! ¡Todos, por favor observeen mi muerte!

Parece que hemos contratado un actor bastante único. Estará usando una mascara así que probablemente solo tenga que tener cuidado con su respiración.

—Hump. El lugar que más destaca respecto al arte de todos los países es la Asociación de Artes Real en nuestro Shin Makoku. Ahí pueden actuar incluso los gatos e incluso hay tortugas prodigiosas que son maestras de la pintura.

Wolfram, que siempre proclama que los mazokus son los número uno en todo, acaba de decir algo increíble como si nada. Prodigiosas tortugas maestras de la pintura. Quiero verlas. De verdad quiero verlas. Pero hay peligro de que crear una pintura pueda tomar varios cientos de años...

—¡Increíble! Quieroo estudiar de intercambio ahí... pero estoy comenzando a cansarmee...

Recostando en la cama al empleado de medio tiempo que ha comenzado a sentir los efectos de los calmantes, Flynn entra en calor y se prepara para llorar. Se suelta el cabello y lo revuelve, dándose una apariencia demacrada al arruinar su maquillaje.

—...Guau, la gente linda sigue siendo linda no importa lo que hagan, ¿eh?

—De verdad, Su Majestad, ¿qué está diciendo?

Mi humor se vuelve extrañamente miserable de una manera que no puedo llamar agridulce. Las emociones de la gente son raras. ¿Por qué puedo decir una frase de conquista como si nada tan pronto como decido que no voy a enamorarme?

—¿Pero por qué necesitamos un cajón? Si es el funeral de Norman Gilbit, podemos hacerlo adecuadamente una vez que vayas a casa.

—¿Eh? ¿Nadie le dijo a Shibuya?

—¿Qué? ¿Soy el único al que dejaron afuera? ¿Quién creen todos ustedes que so--?

—¡Está bien! ¡Y ahora entramos en el segundo acto, la Muerte de Norman Gilbit!

Antes de que me digan la verdad sobre la situación, Josak abre la puerta.

Con su cabello despeinado y sus ojos rojos de las lágrimas, Flynn sale al pasillo mientras dice una plegaria.

—¡Oh dios, pensar que la prueba que me pondrías sería tan dolorosa!

Es una actuación increíblemente horrenda de la mujer que pretendió ser su marido por varios años.

—¡Todos, escuchen, en este momento, esta noche de este mes, mi marido, Norman Gilbit, ha fallecido!



La procesión funeraria es sutil al principio, entonces se vuelve inquieta y al final continua como si escapáramos.

Mientras estemos en Dai Shimaron, tenemos que actuar como si fuéramos parte del servicio funerario de una persona importante.

Despues de todo, ahora Norman Gilbit no es el supervisor designado de la colonia autónoma de Shou Shimaron, Caloria. Esta ganó la independencia oficial al ser el primer equipo victorioso que no era de la nación esponsoreada de Dai Shimaron en “¡Usa tu inteligencia, velocidad y habilidades para ganar! ¡El Torneo del Mejor Luchador del Mundo!”.

El líder de una nación independiente merece ser despedido con respeto. Por ejemplo, el ataúd conteniendo los restos no debe ser manipulado sin cuidado.

Incluso si solo hay otra caja más pequeña dentro.

Cuanto mas escuchas sobre esto, más atónito te encuentras por el plan.

No impresionado por la ingenuidad, ¡sino por el hecho de que el llamado salvador del reino, el soukoku Daikenja, pensó un plan tan infantil! Esa clase de impresión.

Estaba todo bien cuando consiguió sacar El Fin del Viento del templo en Dai Shimaron intercambiándola con una caja hecha a mano en un barco, pero no había manera de llevarla a un lugar seguro. Incluso pensó que como estaba pintada de blanco y parecía el ataúd de un niño debería ser cargada en un funeral. Sin embargo, si un soldado cuestionaba durante una inspección, no se le podría permitir abrir la tapa para revisar el contenido.

¿Entonces qué tal ponerla en una caja más grade y darles una razón de por que no pueden mirar dentro?

La razón para no poder abrir la tapa es.. que hay un “muerto” ideal dentro.

Es Norman “Ya estás muerto” Gilbit que acaba de ser herido durante El Mejor del Mundo.

Dai Shimaron incluso le dio el eslogan “La Gran Estrella Caída de Caloria” y quería conducir un entierro temporal para Norman Gilbit. Probablemente querían demostrar su mente abierta mostrando respeto al vencedor aunque fueron derrotados.

Gardino hace su esplendida actuación como el cuerpo sin moverse en lo más mínimo. Sin embargo, su respiración mientras duerme es ruidosa así que alguien se tiene que quedar a su lado y hablar continuamente. Flynn se aferra a su pena y como una trágica esposa que se cuelga de su marido, recibe la simpatía de las mujeres de toda la capital. Wolfram y Josak son alabados por un poeta como compañeros de equipo que lucharon junto a él y cuya amistad sobrepasa incluso la muerte. Aunque en realidad nunca conocieron a la persona de verdad.

Murata emplea sus memorias del pasado y se pasea como el líder experimentado de la ceremonia. Sin él constantemente pensando planes, el temporal entierro en un país extranjero no hubiera sido posible.

Soy el único que no tiene un papel.

Si usé antiparras en la arena, pero no la mascara. Siendo así, parte de las señoritas y los hombres que estaban mirando reconocen mi cara de Norman Gilbit. Por otro lado, las mujeres en la fiesta a la que fuimos invitados me tratan como el joven amante de Flynn Gilbit. Al final, las chicas jóvenes que aman los chismes comenzaron un rumor de que la señora de Caloria otorga sus afectos a un joven hombre que luce como su marido.

Teñido a las apuradas de color castaño y con lentes marrones. No quiero ni saber si eso se parece al Norman de verdad. Sin embargo, solo estando al lado de Flynn mientras solloza, todas las mujeres jóvenes que vienen a ofrecer sus condolencias susurran: “Mira, ese es el rumoreado amante de Madame Gilbit”.

Lejos de ser su amante, ni siquiera tengo un amante en mi vida real.

Luego de cerrar la tapa, ningún oficial gubernamental mirará dentro. Siendo justo luego de su inmediata independencia, dudar del funeral del gobernante de un país seria una imprudencia total.

Aunque, lo que hay dentro del extravagante ataúd no es un cuerpo, sino El Fin del Viento envuelta en una tela.

Tan pronto como salimos de la capital, comenzamos nuestro escape a velocidad estrepitosa.

Como la estatua del Maou con la cabeza de elefante fue robada de la sala del tesoro, no se han dado cuenta de que la caja ha sido cambiada todavía. Dicho eso, una vez que lo descubran seremos sospechosos. Tenemos que alejarnos lo mas pronto posible antes de que se den cuenta. Tenemos el grupo de ovejas mas rápido de nuestro lado.

Flynn, Murata y yo montamos en el carro tirado por el Equipo Opeja de T-zou. Aparentemente habiendo sido un esquilador de ovejas en su ciudad natal, Gardino está sentado en la posición de conductor con muchos ánimos.

No se porque viene con nosotros.

Lady Cherie se quedó en Shimaron con Fanfan. Su próxima aspiración es tomar un crucero mundial de amor sin barreras. Naturalmente, Chevallier sigue sus pasos esperando por ella como es usual.

Wolfram, Josak, Sizemore y Dacascos van en un carruaje de caballos junto al nuestro. La parte problemática es que en Japón se dice que los caballos y las ovejas son como perros y gatos, así que ambos tienen un gran sentido de la rivalidad entre ellos. Alineados juntos, avanzan corriendo sin sentido y si alguno de ellos se llegara a retrasar, entonces habría una lluvia de eses por el disgusto de los demás. Las ovejas son del tipo que se levanta súper temprano por la mañana, así que para la tarde ya están de mal humor.

Ponemos algo de distancia entre el carruaje de las ovejas y el de los caballos a regañadientes, pero si nos ataca un enemigo, estaríamos en desventaja.

Nadie nos dio que las “opejas” y los caballos tenían esta mala relación entre ellos cuando los compramos.

—En todo caso, hay algo que no entiendo.

—¿Mm?

—Hiciste que Josak construyera una caja falsa cuando estábamos en el barco, ¿verdad? —le pregunto a Murata que se balancea por el compartimiento del equipaje mientras yo me siento junto al conductor.

—See. Su pasatiempo es la carpintería.

—No sabia eso... No, lo que quiero decir es, ¿planeaste cambiar la caja mientras aun estábamos en ese punto?

—Si.

—Entonces, eso significa que aunque viniste como un miembro de reemplazo, ¡¿pensaste que no podíamos ganar?!

Murata pone una mano en la parte trasera de su cabeza y se ríe con fuerza. —De ninguna manera, no pensé eso. Creía con certeza que tu ibas a ganar.

—Pero te estabas preparando para que perdiéramos en el barco, mucho antes de que siquiera comenzara el torneo.

—Eso no fue en preparación para cuando perdieras.

—Mentiroso.

—No estoy mintiendo. Pensé que las cosas saldrían del modo en que lo hicieron.

Flynn saca la cabeza fuera del techo y deja que el viento de invierno le alborote los cabellos plateados.

Mi amigo el Daikenja se apoya sobre el ataúd con incrustaciones de oro de manera que pensarías que causa mala suerte y lo acaricia como si calmara al peligroso objeto dentro.

—Pensé que probablemente no desearías la caja incluso si ganabas.

—¿...Cómo es eso? Dices cosas similares a las predicciones de esas gemelas.

—No fue una predicción. No tengo ninguna clase de ESP útil. En todo caso, la única persona con poderes extrasensoriales en Japón es Esper Itou, ¿cierto? Solo pensé que que las cosas se darían de esa manera. Escuché sobre la maken de Josak. Si se trataba de ti--¡gah!

El carruaje pasa por un bache. El compartimiento del equipaje se sacude violentamente.

—Auau, me mordí la lengua... Si se trataba de ti, probablemente te darías cuenta lo peligroso que sería para Caloria llevarse oficialmente El Fin del Viento.

—¿Nmofu? —T-zou mira hacia atrás hacia mi. Es como si me preguntara si vamos en la dirección correcta.

—Vas bien.

Las ovejas que se supone tienen mejor vista que la gente, de repente se desordenan y dejan de correr.

Me apresuro a sacar el telescopio a base de maryoku y mirar a la distancia.

—Chicas, que hacen-- ¡woa!

—¿Qué pasa, Shibuya?

—¡Soldados! Van montados a caballo y hay más de treinta. Gardino, lleva el carruaje cerca del borde del bosque. ¡Maldición, ¿qué tan lejos están todos en el carruaje de caballos?!

La mancha marrón que no puedo ver con mis ojos desnudos se vuelve grande en un instante. Con el temblor de cascos golpeando la tierra, treinta hombres a caballo vienen directamente hacia nosotros desde el frente. En nuestro estado desprevenido, somos rodeados por ellos. Y no es solo uno o dos, sino treinta jinetes con uniforme.

Los llamo uniformados, pero no se de que país son soldados. No es el amarillo, marrón y blanco al que estoy acostumbrado, ni tampoco el uniforme celeste y gris del otro lado de la frontera en Shou Shimaron.

Más que sus ropas verdes, hay una parte de ellos que resalta más.

Son sus ominosas mascaras rojas y verdes.

En el momento en que las veo, siento que toda la sangre de mi cuerpo comienza a hervir. Todo comenzó con esos tipos enmascarados.

Son los hombres que dispararon a Günter ante mis ojos y cortaron el brazo de Conrad. Son los hombres que me hicieron volver loco cerca de la ventana en la finca de Norman Gilbit. Recuerdo esas repugnantes mascaras rojas y verdes. No he olvidado esas ropas verdes holgadas.

Rodean el carruaje de ovejas a cierta distancia y sus hojas descubiertas brillan a la luz de la tarde. Cuando un caballo se pone impaciente y relincha, se expande y contagia a todos los otros.

El hombre que avanza al frente nos llama.

—¡¿Son el grupo de Caloria?!

Ya veo, así que la sospecha de que son un grupo de ladrones en tierra salvaje ahora está aclarada. Han elegido su blanco claramente. Y un blanco bastante especial.

—Me pregunto si deberíamos decir que lo somos —murmuro a Murata aun sentado junto al conductor. Como el carruaje tirado por caballos quedó atrás, esto es lo que nos pasa.

Un carruaje completamente lleno de no luchadores es rodeado por un grupo profesional de asesinos. Lo peor es que aunque nuestro grupo en la retaguardia llegara, no tendrían chances contra treinta en una lucha.

—¡Nmomomofuu!

T-zou apuntala sus patas y se agacha. Lo siento, no te he contado.

—¡Preguntaré de nuevo! ¡¿Son el grupo de Caloria?!

—¿Qué harán si lo somos?

—Entonces tomaremos su vida.

No debería haber respondido.

Me apresuro hacia el compartimiento del equipaje a buscar un arma. Descubro un mazo inservible que parecería solo aguantar un ataque. ¿No hay aquí una bola de hierro o algo parecido? ¿Como un mazo con cadena?

Mientras busco en el carruaje, el ataúd incrustado en oro aparece ante mi vista.

...Dentro de esto está la caja de madera que es la peor y más fuerte arma definitiva...

Me golpeo en la cabeza sin cuidado con el puño como para sacudir mis pensamientos impropios. No, no, una vez que se abre la tapa nadie sabe lo que pasaría. Ni siquiera es claro si se va a activar, o quedarse sin hacer nada, o si responderá a algo más que la verdadera llave. Además, podría cambiar de naturaleza y dañar seriamente la mitad del continente.

No puedo pensar en usar este arma ni siquiera por una fracción de segundo.

Y que pasa con la magia superior del Maou sobre la cual tengo algo de control, aunque solo apenas. Hasta ahora, no sabia que botones activar para hacerla funcionar, pero esta vez tengo al confiable sistema de inicio llamado Muraken.

—Me gustaría darle a los otros tiempo para alcanzarnos, pero aunque lo hagan, no hay suficientes como para siquiera mantener una pelea. Pero si no esperamos y nos rendimos antes de que lleguen será imposible encontrarnos con ellos de nuevo si terminamos como cadáveres...

—¡Oye Murata, este no es momento de sentarse por ahí en la pose de Rodin! —Tomo el cuello de Murata y tiro su cara hacia mi. No hay rastro de que note el inminente peligro—. Tengo un favor que pedirte.

—Dime.

—Dame poder.

—Te refieres, ¿a que me active?

—Es--

—No, —se niega sin siquiera darme tiempo a responder—. ¿Qué va a pasar si continuas explotando sin cargar tu combustible? Eventualmente no tendrás nada mas que quemar y terminadas destruyéndote a ti mismo. En este momento estás claramente en la zona roja. Te has quedado sin gasolina y la aguja del medido está apuntando casi vacío.

—¡No importa cuanto lo pienses, no hay otra manera de salir vivos de esta!

—¡Aun así, no puedes! Si es frustrante, qué tal recargar tu MP. Aunque en tu caso, solo dormir en una posada no será suficiente para recuperarte.

—¡Ag, maldición!

El Sistema de Inicio Murata tiene una increíble opción de sermoneo incluida. Además de eso, es mucho mejor con las palabras.

—...Supongo que no hay opción. ¿Deberíamos rogar por nuestras vidas? Eres inteligente así que ayuda...

—De ser ese el caso, entonces lo haré con gusto.

Dejamos a Flynn y el estudiante de intercambio en el carruaje y salimos. Somos rodeados por rojo y verde en un completo tres sesenta alrededor nuestro y se siente como estar parado dentro de un tótem o algo así.

—¡Um, y ahora, debo hace mis peticiones como es mi derecho como persona! —Murata tiene la mano derecha levemente cerrada bajo su mentón como si sostuviera un micrófono falso—. ¡Lamentablemente, si quieren clamar nuestras vidas entonces tiene que haber una buena razón!

—¡Un buena razón!

—¡Lamentablemente, si no podemos escapar, ah, antes de morir queremos saber porque!

—¡Saber porque!

—¡Preparen buena comida!

—¡Buena comida!

¡Siempre estén limpios! ....El punto de nuestro pedido cambia a otra cosa.

Incluso ante esta horrible y poco relacionada plegaria por nuestras vidas, la mayoría de los rojos y verdes no reaccionan ni un poco.

Aunque si es un grupo de más de diez personas, siempre hay una que se ríe de las bromas estúpidas.

Solo el líder responde de manera corta y concisa.

—No hay razón para decirles.

¿Eso es todo?

—Recibieron la orden de erradicar al grupo de Caloria. Es desafortunado, pero tenemos que aceptarlo —dice Murata.

—Espera, ni siquiera están considerando que no somos de Calo--

Algo que corta a través del aire con un fuerte sonido golpea a uno de los jinetes enmascarados en el pecho. Entonces hay otro disparo y luego otro a los pies de los caballos. Los animales tímidos y confundidos se alzan en sus patas traseras por el miedo y la agitación. Dos de los jinetes caen al piso mojado con rastros de nieve, pero inmediatamente se levantan y toman sus espadas.

—¡Entren! —grita Flynn y el estudiante de intercambio, y yo volteo inmediatamente hacia el lugar del que provienen las flechas. Hay un grupo compuesto de personas de varios tamaños corriendo hacia nosotros revolviendo la tierra lodosa congelada. Hay tres guerreros a caballo, pero el resto son hombres en ropas sucias.

—¿...Quienes son esos? —Desviando una espada que viene hacia mi cabeza desde arriba con mi débil mazo, me aseguro de que Murata esté a salvo—. ¡Tu también ve dentro! ¡Seria una lastima si tu cabeza termina aplastada!

—¡Nmo! ¡Motamanimofu! —Rompiendo la tira de cuero, la Reina de las “Opejas” se une a la batalla. Mientras muerde las patas de los caballos los enemigos caen al piso. Voltea la cabeza a un lado y escupe la sangre. Q-que masculino.

Los refuerzos que llegan de valla a saber dónde cargan al frente con extrañas voces que no puedo describir en un escrito. Es en este momento que el otro grupo finalmente nos alcanza y Sizemore y Josak saltan al frente.

—¡Yuuri!

—Estoy aquí.

Viéndose aliviado al escuchar mi respuesta, Wolfram viene corriendo.

—¡¿Quienes son esas personas?! O mejor dicho, ¿quienes son aquellas personas?

—Esas preguntas son algo complicadas.

En la batalla de treinta contra quince... ¿dieciséis? Unos diecisiete. Como sea que lo veas, el grupo más pequeño parece superior. Hay solo dos espadachines a caballo, así que tener maniobravilidad parece una ventaja. Ademas, el grupo con ropas y armas varias pelea suci--... em, con astucia. Ninguno lucha mano a mano y ninguno de ellos intenta atacar de frente.

Termino detrás de Wolfram y T-zou, apoyado contra la rueda lodosa del carruaje.

El mundo es un lugar vasto, pero puede que sea el único hombre que es protegido por una oveja. Es algo deprimente si lo piensas.

—¿...Conrad...?

Una de las dos siluetas a caballo a la distancia luce como Lord Weller. El otro usa un atuendo llamativo vergonzoso, pero el que parece Conrad lleva un uniforme militar de Shimaron.

—Oye Wolf, ese es... Conrad.

—¡¿Qué?! ¿Por qué está ese idiota aquí? ...Sí se parece a él.

Obteniendo la confirmación de su hermano, intento moverme en esa dirección, pero valoro mi vida y no puedo. Aun así, lo sigo con mis ojos.

Un destello metálico dibuja un arco al sol de la tarde. Esa forma de blandir la espada sin movimientos innecesarios... Es definitivamente Lord Weller Conrart. ¿Quién es esa persona de ropas llamativas junto a él? Me pregunto si sus ojos no duelen con todas esas capas de colores primarios brillantes...

—¡Yuuri!

—¡¿Woa, uah?!

Solo he dejado de prestar atención por unos segundos, pero una daga se clava en la tela del toldo detrás mio. Apenas a unos centímetros de mi oreja. Parece que fue golpeada por algo que la desvió de su curso justo frente a mi ojos. Tal vez alguien arrojó una roca.

—¡¿Qué quieres decir con “uah”?! ¡No digas “uah”!

Wolfram es bastante estricto con el lenguaje.

El grupo con mascaras rojas y verdes de repente va hacia sus caballos. Han perdido la mitad de su numero, yendo hacia el norte a toda velocidad.

—¿Se escapan? ¿Se están retirando?

Fijo mi vista en un punto a lo alto, con cuidado de no mirar al piso. Escalando fuera del compartimiento para equipajes, Murata Ken nota mi posición antinatural y pregunta que estoy haciendo.

—Ah, bueno, hay muchas cosas en el suelo.

—Ah, ya veo. Como cabezas y eso.

Saltando del carruaje y mirando el barro y la nieve manchados de sangre, Flynn Gilbit deja escapar un suspiro. —¿...Por qué eramos el blanco?

—Es una pena que hayamos hecho a Caloria independiente.

Esa voz de chica linda de anime.

Murata, Wolf, Josak y yo nos damos vuelta hacia el que habla sorprendidos. Está usando algo como un llamativo poncho de colores primarios y tiene una piel poco saludable amarilla. Agarra una estrecha espada con su anormalmente flaco brazo derecho.

—Su Majestad Berard IV...

—¡Hola! ¿Dóoonde es exactamente que nos conocimos~? ¿Fue en la ceremonia de premiación o tal vez durante el baile?

Su huesuda mandíbula y el corte taza están cubiertos por una lluvia de manchas de sangre. Con él sonriéndome así, me siento como Ripley siendo observada por el Alien.

—¡Ajaja! Interponerme en los planes de mi Tío se siente, jaja, muy bieeen~. Con esto, su Caloria se convertirá adecuadamente en independiente y la aprobación de mi Tío decaerá de nuevo. ¡Ajaja, ver conmocionados a los que tienen poder es tan divertido que no me cansaría nuuunca de ello~!

Luego de esas palabras alegres y estiradas, Su Majestad Berard VI murmura un breve comentario.

—...Si solo se apresurara y desapareciera.

Mis cejas están muy altas en mi frente y la piel de gallina se extiende por todo mi cuerpo, incluso dentro de mis orejas. Que miedo. Los humanos dan miedo.

—Ah, no tienen de que preocupaaarse~. Shimaron se encargará de los cuerpos y de los heridos. Si rastrean el origen hasta la fuente, esa gente son todos soldados de nuestro país despues de tooodo~. No los dejaremos aquí hasta la primavera ni naaada~.

—¡Su Majestad!

Berard IV y yo nos damos la vuelta al mismo tiempo. Sin embargo, me doy cuenta de inmediato a quien ha llamado.

Lord Weller ya no me llama “Su Majestad”. Es porque no volverá a Shin Makoku con nosotros.

—Permítanos regresar, Su Majestad. Si dejamos el palacio por demasiado tiempo, Su Alteza Segundo comenzará a sospechar.

—Es verdaaad~.

El hombre con el uniforme militar de Shimaron apresura a su nuevo señor y nos da la espalda. Con tal de develar el misterio, renunciaría a mi abstinencia de alcohol y tabaco.

Debo estar poniendo una expresión bastante penosa porque Wolfram me toca el codo levemente. Su tono es mucho mas amable de lo usual.

—¿Recuerdas lo que te dije?

—¿Qué? Me dijiste muchas cosas así que no tengo idea.

Él envaina su espada a la que ha limpiado la sangre. Haciendo un chasquido que anuncia el final de la batalla.

—...Que el tonto es Conrart.

Ahora que lo pienso, Flynn ha estado actuando sospechosamente desde hace un tiempo. Escondiéndose en el sector del equipaje y entre la lana viva, echando miradas furtivas al campo de batalla.

Sucede cuando intento llamarla y preguntar si se esta escondiendo por alguna razón en particular.

—¡Oh! ¡La Señorita!

—¡Aah!

Su cabello plateado instantáneamente se pone de punta. Un hombre que está agachado examinando el cuerpo de un soldado enemigo encuentra a Flynn y la llama coqueteando. Está tan contento que su boca se abre tan grande que es bestial. A la velocidad de un enorme perro travieso, corre junto a su Señora.

Sería un problema serio si sus orejas comenzaran a caerse.

—¡La Señorita! ¡La Señorita! ¡Es la Señorita! ¡Oigan todos, es la Señorita!

—¡Ah! ¡Oh, no puede ser! ¡Espera un momento! ¡Espera un--ump!

La razón por la cual no veo esto como acoso sexual mientra observo desde afuera es porque se que son señora y sirvientes. Siendo atacada por un hombre tras otro, Flynn termina como un jugador rodeado por una multitud.

—El rugby es bastante duro también, eh —dice el fanático del fútbol, olvidando el punto.

Un gran hombre que fácilmente podría sobrepasar los dos metro se pone de pie. Hay una cicatriz en forma de X en su cabeza rapada. Abraza una piedra redonda contra su pecho... ¿Mm? Esa cosa lustrosa no es una roca, es una calavera que ha amado y consentido por muchos años.

—¡¿Comandante Montaña?!

La pulida esfera ámbar es la querida del Comandante Montaña, la Sta. Terine. Dicen que el comandante solo llevó una persona con él de entre los restos de quienes ha matado. Todos ellos la llaman Tery-bery y la aman, pero es un secreto que ella en realidad es “huesos de nacimiento” y es parte del cuerpo de un miembro de los conocidos kotsuchizokus.

Una gran cantidad de los que corrieron en nuestra ayuda son graduados de los Llaneros. Todos usan ropa sucia, pero no los uniformes rosados de prisioneros de antes.

—¿Comandante Montaña, que están haciendo todos en Dai Shimaron? Ah, primero tengo que decirle hola a la Sta. Terine, ¿verdad? Buenas tardes, Sta. Terine. Tu piel luce radiante hoy también.

—Terine-shan se dedica a cuidarse todos los días. Su producto fundamental para el cuidado de la piel es la clara de huevo.

—...El Comandante Montaña luce igual que siempre también.

El feroz hombre como una montaña cordillera con la cabeza rapada solo habla a través de Terine-shan.

Luego de finalmente lograr alejarse de la multitud de hombres con gran dificultad, Flynn Gilbit comienza a gritar histericamente olvidando su posición como nueva líder de Caloria.

—¡Oh, de verdad, todos ustedes! ¿Por qué tienen que saludarme de manera tan infantil? ¡¿Por qué no intentan preguntar “¿cómo se encuentra?” como un caballero refinado por una vez?!

—¡Señorita, nos encontramos bien!

—Así es, Señorita, nos encontramos bien.

—¡No puede ser, que cucarachas[1]!

Flynn se da por vencida sobre enseñarles modales

—...Y además, dejen buscar en los bolsillos de los soldados enemigos caídos en el campo. A menos que intenten regresar las pertenencias a las desconsoladas familias en el futuro, hacer algo así es muy deshonroso.

Los Llaneros graduados están decaídos luego de ser reprobados fríamente. Eso es increíble de Flynn.

Como gobernante de mi propio país, siento que debo seguir su ejemplo.

Hasta ahora, pensaba que Murata era un chico que usaba anteojos y lo intimidaban todo el tiempo. Sin embargo, ese prejuicio que tenia sobre Murata ha cambiado por completo con su actitud varonil y valiente. Y acerca de lo que está haciendo ahora... Está inclinado sobre el cuerpo de un asaltante e investiga diligente la causa de la muerte. Nunca he visto un cuerpo en el campo de batalla fuera de las fotos y la televisión. Luego de venir a este mundo me he acostumbrado a muchas experiencias impactantes, pero... aun así, investigar las heridas por tu cuenta es probablemente imposible si no eres un forense.

—No hay nada clavado en él.

Espiando por entre mis dedos, observo a Murata y la victima. Mi voz cuando pregunto “¿qué debería ser?” es grave.

—Una flecha. Una flecha vino volando y lo golpeo, pero solo hay una herida y no hay punta de flecha.

—¿Y eso que significa?

—Que yo solo pensé que vi una flecha o... no fue algo que viniera de un arco. De ser así, entonces hay alguien más que vino a nuestro rescate.

Ahora que lo menciona, yo también vi tres hombres a caballo al principio. Sin embargo, cuando Su Majestad Berard y Conrad se fueron, no habían otro caballo con ellos. ¿A dónde se fue el ultimo jinete?

Sintiendo una mirada sobre mi a lo lejos, volteo la cabeza hacia el bosque al otro lado del área deshabitada. El lugar donde hay muchos árboles... en el limite donde el sol se vuelve tenue, un hombre rubio que se ve mucho mejor que hace unos días ha detenido su caballo.

—Ey —dice von Grantz Adalbert en voz muda mientras me mira fijamente cuando voy corriendo—. Te vez bien.

—Tu también... Estás mucho mejor que anteayer... Um, ¿cómo están tu brazo y tu pierna...?

La pierna y el brazo que se había fracturado están cubiertas en yesos blancos.

—He terminado por entretenerte. Ver un hombre militar de este modo no es algo que puedas hacer seguido.

—¿Fuiste tu?

—¿Qué?

—Algo como un arco y flecha, pero... Alguien disparó algo que no era una flecha y desvió la daga que iba hacia mi rostro con una piedra que no pude ver.

—Quien sabe.

—Como dije, si tienes la fuerza para hacer eso, ¡úsala para curar tu cuerpo! —Adalbert luce como el receptor de una reprimenda sin sentido, quitándole importancia con un “ya, lo que sea”.

—Con esto te he pagado lo de esa noche. Recuerdalo, la próxima vez que nos veamos...

Espuela su caballo para que galope sin decir el resto. La forma en que deja atrás solo incertidumbre no ha cambiado en nada.



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  1. Originalmente había una broma entre “gokigen” para saludar y Flynn que dice “gokiguri”, cucaracha.