Zero no Tsukaima Español:Volumen3 Capítulo3

From Baka-Tsuki
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El Libro del Fundador[edit]

El Señor Osmond estaba mirando fijamente un libro, entregado por el palacio, mesandose la barba distraídamente. La tapa, trenzada por un cuero viejo, estaba tan estropeada, que parecía que se rompería de un solo toque. El color de las páginas de pergamino marchitas era moreno.

Hmm...

Murmuraba el Señor Osmond mientras revisaba las páginas. Nada estaba escrito allí. Había aproximadamente trescientas páginas en el libro y todas estaban en blanco.

-“Esto se transmite en la familia real de Tristain, el Libro de la oración de El Fundador…”

Hace seis mil años, el Fundador Brimir le ofreció la oración a Dios, y escribió sus hechizos con runas mágicas como las letras.

-“¿No será una falsificación?”

El Señor Osmond miró el libro sospechosamente. Las imitaciones… a menudo pasa con las cosas Legendarias. Evidentemente, sólo podia existir un Libro de conjuros del Fundador. Los nobles Ricos, sacerdotes de templos, las familias Reales de cada país… Todos ellos aseguran tener el Libro de conjuros del Fundador ‘real '. Siendo el Original o falsificaciones, todos eran igualmente reunidos en las bibliotecas como si ellos fueran verdaderos.

-“Pero si es una imitación, es horrible. Todos los conjuros se han ido.”

El Señor Osmond había visto el Libro de conjuros del Fundador en varias ocasiones y en lugares diferentes. Las runas siempre eran diferentes y estaban colocadas en distinto orden. Sin embargo, él nunca había encontrado un libro con tales características como en este. Puede que esta vez no sea una imitación.

En ese momento se oyó un sonido de golpeteo. Debo contratar a una nueva secretaria. pensó el Señor Osmond, invitando a pasar a la persona que tocaba.

“No esta cerrado con llave. Entre.”

La puerta se abrió y una muchacha delgada entro. Con el pelo de un rubio rosado y los ojos grandes de un castaño rojizo. Era Louise.

-“He oído que me ha hecho llamar, asi que…” Dijo Louise.

El Señor Osmond se puso de pie extendiendo sus manos, mientras daba la bienvenida al visitante. Y simpatizando con el dolor de Louise del otro día dijo:

-"Ay, señorita Vallière. ¿Ha descansado después del agotsdor viaje? Sus grandes esfuerzos han asegurado la seguridad de la alianza y han evitado una crisis en Tristain ". Dijo el Señor Osmond en una suave voz. “Y, el próximo mes en Germania, finalmente habrá una ceremonia por la boda entre la princesa y el emperador de Germania. Es todos gracias a ti. Esté orgullosa.”

Después de oír esto, Louise se puso triste por un momento. Su amiga de la niñez Henrietta, es como una herramienta política, se casará con el emperador de Germania sin amor. Aunque no hay ninguna otra manera para la alianza, cuando Louise revocó la sonrisa triste en los labios de Henrietta, su pecho se encogió.

Louise asintió silenciosamente. El Señor Osmond guardó silencio un momento y miró a Louise, mientras recordaba que tenia en su posesión el Libro de conjuros del Fundador. Entonces se lo ofreció a Louise.

-“¿Esto?”

Louise miraba el libro con una cara sospechosa.

-“El Libro de conjuros del fundador”

-“¿El Libro de conjuros del fundador? ¿Esto?”

Es entregado en la familia real. Un libro legendario. ¿Pero por qué lo tiene el Señor Osmond?

-“En la tradición de Tristain, durante la boda de la familia real se escoge a un aristócrata para tomar el papel de dama de honor. A la dama de honor seleccionada, tradicionalmente se le da el Libro de conjuros del Fundador, siguiendo el decreto imperial.”

-“Ha, haa”

Louise que no era consciente de la etiqueta del palacio en cosas así de detalladas, contestó distraídamente.

-“Y la princesa ha escogido a la Srta. Valliere para ser esa dama de honor.”

-“¿La princesa?”

-"Eso es correcto. La doncella del santuario también debe llegar a un edicto por escrito al recibir el Libro de Oraciónes del fundador "

-"A. .. ah! Tengo que pensar en un edicto?"

-"En efecto. Por supuesto, todavía hay etiqueta de palacio que usted necesita aprender ... las tradiciones pueden ser bastante molestas. Sin embargo, señorita Vallière, la princesa está esperando por ello. Este es un gran honor. Así que siga las reglas del palacio y escriba el edicto, ya que algo como esto sólo ocurre una vez en la vida. "

Henrietta, mi amiga de la infancia, me eligió para ser su dama de honor. Louise miró hacia arriba con firmeza.

-“Ya veo. Obedeceré respetuosamente.”

Louise recibió el Libro de conjuros del Fundador de las manos del Señor Osmond.

El Señor Osmond sonrió, mientras miraba a Louise.

-“Está dispuesta a realizarlo. Bien, bien. La Princesa estará complacida.”




En la tarde de ese día, Saito se estaba preparando un baño. Por supuesto la academia de magia de Tristain tenía una casa de baños. Una casa de baños al puro estilo romano, rayado con mármol. Habia gran piscina de natación, el perfume mezclado con el agua caliente, para conceder un sentimiento celestial. Pero por supuesto Saito no podia entrar allí. Sólo se permitia entrar a los nobles.

La casa de baños de los plebeyos comparada a la de los nobles parecía destartalada. La casa de baños para plebeyos se parecía a una cabaña. Puesto sobre piedras, debajo de ellas quemaduras de fuego, Un olor fuerte a sudor y los cuerpos herméticamente apretados, sólo le hacian a uno sudar más.

Solo basto un día para que Saito se hartara. Cuando entró en esa casa de baños, el baño era una olla llena de agua caliente. Para Saito que fue criado en Japón esa sauna era insatisfactoria.

Molesto, Saito e preguntó a Marteau, el cocinero en jefe, y recibió una olla grande y vieja. Hizo una bañera de ella. Era una bañera calentada de abajo con una tapa de madera flotante que se empuja bajo el agua por el bañista. La leña quemada bajo la olla echaba vapor de agua por el calor.

La bañera de Saito se colocó en un rincón del Patio Vestri. Era conveniente, ya que las personas no venían muy a menudo a este patio.

El día estaba acabándose, y, brillando débilmente las dos lunas aparecían. Una vez que el agua estaba lo suficiente caliente, Saito se quitó rápidamente la ropa y hundió los pies en la olla grande.

-“Aah, el agua caliente es buena, en verdad”

Se puso una toalla en la cabeza y empezó a tararear una melodía.

Derflinger que estaba recostado contra la pared de la olla llamo a Saito.

-“¿Se esta bien ahí?”

-“Aah, sí, se está genial"

-“¿A propósito compañero, por qué no has avanzado con tu relación con la joven noble?”

Saito lanzo a Derflinger una mirada tibia.

-“No me mires de esa manera. Me hace sentir mal, compañero”

-“hey, espada legendaria”

-“De echo eso soy, ¿que pasa?”

-“¿Has encontrado a alguien importante que quieras proteger durante estos seis mil años?”

Derflinger se agitó ligeramente.

-“Yo no protejo. Es el que me sostiene es el que protege a alguien.”

-"Pobre de ti ..." Saito, dijo desde el fondo de su corazón con una voz simpática.

-“Pobre dices. Al contrario es cómodo.”

-“¿por que? ¿A propósito qué otras cosas has recordado? Sobre Gandalfr. ¿Que tan grande era él y qué tipo de cosas hizo?..” Saito le preguntaba a Derflinger, mostrando su curiosidad innata.

-“Se me olvidó.”

-“vaya”

-“Pasó hace mucho tiempo, sin embargo. Además, compañero, alguien está viniendo”

Una sombra aparecía en la luz de la luna.

-“¿Quién es?”

La llamada de Saito asusto a la sombra. Dejó caer al piso algo que estaba llevando.

Resonando bajo la luz de la luna, uno podría oír un sonido cuando se rompe la porcelana.

-“Waaah, se rompió… me regañaran de nuevo… Sniff”

Saito pudo reconocer a la persona de esa voz que se presentó desde la oscuridad.

-“¡¿Siesta?!”

Iluminada por la luz de la luna la figura de una criada que trabajaba en el comedor Alviss del Vestíbulo, Siesta aparecía. Ella simplemente había terminado su trabajo y aunque todavía lleva su usual vestido de sirvienta, sólo le faltaba la cinta que cubría su cabeza. Su pelo negro, suelto hasta el hombro, brilló graciosamente.

Siesta se sentó en cuclillas para recoger algo que había dejado caer antes ruidosamente.

-“¿Q-qué estás haciendo aquí?”

La llamada de Saito hizo que Siesta se diera la vuelta.

-“¡Ah! ¡Eso! ¡Esto! ¡Eso! ¡Es que hoy pude hacer algunas cosas muy sabrosas y quise que Saito-san las probara! ¡Te lo habría dado en la cocina, pero no fuiste hoy! ¡Waah!”

Siesta dijo con pánico. De hecho había una bandeja que estaba al lado de Siesta. Había una tetera y tazas volcadas. Pareciera como si Siesta dejado hubiera dejado caer una de las tazas, sorprendida por la llamada súbita.

-“¿Un obsequio?”

Preguntó Saito, todavía sumergió en el baño. De repente Siesta se dio cuenta de la desnudez de Saito y, por un momento, se tapo los ojos por la vergüenza.

-“Eso es correcto. Un articulo raro que proviene del pueblo oriental Rub Al-Kalli, Té”

-“¿té?”

-"Esos mercantes de cosas dijo que era sumamente raro". Siesta sirvió a raudales algunas tazas de una tetera y se lo dio a Saito.

-“Gracias”

Saito lo alzó a sus labios. El aroma dulce del té hizo cosquillas en sus orificios nasales. Y, una vez en su boca, saboreó el té verde japonés.

Saito de repente fue agobiado con la nostalgia. Aah, Japón. Estimado país madre. En su baño en la gran olla, Saito limpió las comisuras de sus ojos espontáneamente.

-“¡Q-qué sucede! ¡Estas bien!” Siesta se agachó en el borde de la olla.

-“N-no, es que me sentí un poco nostálgico por un momento. Estoy bien. Sí”

Después de decir esto, Saito volvió a beber de la taza. Aunque un té y un baño eran una combinación extraña, las dos cosas embargaron de nostalgia a Saito.

-“¿Lo extrañas? Es cierto, Saito-san viene del este.”

Siesta mostró una sonrisa tímida.

-"yo. .. Probablemente me sienta de esa manera. Sin embargo, ¿sabías que yo estaba aquí? "

Las palabras de Saito hicieron que Siesta se ruborizara.

-“e-es que. Yo simplemente vengo ocasionalmente por aquí, porque te vi entrar cuando el agua estaba caliente y…”

-“¿Me espiaste?”

Dijo Saito mientras palidecía de vergüenza. Siesta agitó su cabeza apresuradamente.

-“¡No, yo no quise decir eso…!”

Siesta agitada tropezó encima del borde de la olla y con una gran salpicadura callo dentro de la olla caliente.

-“¡Kyaaaaaaa!”

Siesta gritó, pero su chillido se suprimió por el agua caliente dentro de la olla metálica.

-“¿te encuentras bien?”

Preguntó Saito pálido por la sorpresa.

-“Yo- yo estoy bien… Wah, pero ahora estoy empapada…”

Siesta saco su cabeza mojada fuera del agua caliente.

La ropa de criada de la pobre muchacha estaba mojada. Y una vez que se dio cuenta del estado desnudo de Saito, un rubor intenso se extendió en su cara.

Saito se aterro.

-“¡L-lo siento! ¡Aunque el baño está tan alto todavía es posible tropezarse!”

-“¡N-no, yo lo siento!”

Aunque disculpándose, Siesta no intento salir del baño. Entonces Saito decidió tomar una actitud desafiante también. Él pretendió de una manera algo varonil, como si no fuera gran cosa el trato que el estaba recibiendo.

En el tal momento, él intentó actuar con calma y reuniendo valor. ¿Era varonil? Saito pensó que sí. Además de que también era un necio.

-“Ufufu”

Siesta se rió, mientras que su ropa de la sirvienta seguía empapada dentro de la gran olla. Aunque no era una situación risible, ella todavía se rió.

-“¿Q-qué es tan divertido?”

¿Quizás su tamaño era un hazmerreír? Aunque era oscuro y nadie podría ver debajo de la superficie de agua caliente, Saito se sintió inseguro de repente.

-“No, pero, se siente bien. ¿A si es como se bañan en su país Saito-san?

Sintiéndose aliviado, Saito contestó.

“Asi es. Aunque, es raro entrar mientras tienes la ropa puesta.

-“¿Ara*? ¿Lo es? En serio, si usted lo dice, eso debe ser verdad. Bien entonces, me la quitaré.”

-“¿Sí?”

Un perplejo Saito le preguntó a Siesta.

-“¿Qué acaba de decir usted?”

Siesta que es normalmente vacilante y se aleja, por alguna razón se puso intrépida. Mordiendo sus labios ligeramente ella miraba a Saito de una manera determinada.

-“Yo dije, que me la quitaré”

-“¿Pero Siesta-san? Yo soy un hombre…”

Saito preguntó enmudecido.

-“Esta bien. Yo sé que Saito-san no es una persona que me lastimaria.”

Saito asintio, aunque él no ha oído una sola palabra.

-“No, oh mi, no hagas tal cosa…”

-“Pero yo también quiero usar propiamente este baño. Es bueno.”

¿Y, eh? Saito miró fijamente como Siesta salio del agua caliente y empezó a desvestirse. Saito bajo sus ojos por el pánico.

-“¡d-detenté! ¡Siesta! ¡Espera un momento! ¡Yo te digo!”

Sin embargo, la replica de saito parecía débil, mientras traicionaban sus pensamientos reales.

“p-pero estoy toda empapada… El Jefe se enfadaría si vuelvo al cuarto así. pienso que debo secarlas primero en el fuego.”

Aunque parezca tímida, Siesta puede ser muy intrépida si se lo propone.

Se desabrochó os botones de la blusa y el gancho de la falda en un momento. Sentía bien sacarse el peso de la ropa mojada.

Siesta se quitó su uniforme de criada y ropa interior y los dejó secar en la leña, cerca del fuego. Después de eso, ella entro de nuevo en el agua caliente. Saito con la esquina de sus ojos miró las piernas de Siesta sumergiéndose. Era la primera vez que veia las piernas desnudas de Siesta, como siempre estaban ocultas por la la falda. Eran blancas y saludables. Aah, si sólo él se volviera su cara podría rendirle culto a su cuerpo entero.

-“¡Uwaa! ¡Que bien se está! ¡Compartiendo un baño de esta manera, realmente con el agua caliente se siente bien! Es como si estuviera en el baño de los nobles. Estoy tan celosa... ¿Pero yo puedo disfrutarlo, verdad? Saito-san eres muy inteligente.”

“N-no realmente." Contestó Saito, mientras apartaba la vista. Se sentía como si el agua caliente se pusiera más caliente de repente. Estando al lado de una muchacha desnuda. Estando en esta situación, Saito se sintió acalorado y casi se desmaya. Siesta dijo con una sonrisa tímida en sus labios:

-“Por favor no seas tan tímido. Yo también trato de no ser tímida. Míreme bien. Además, mis pechos están oculto atrás de mi brazo… sin embargo esta tan oscuro que usted no puede ver a través del agua, por eso este en calma.”

Saito, mientras se sentía medio-desconcertado y medio-feliz, se dio la vuelta.

Siesta estaba sentada justo frente Saito, sumergida en el agua caliente y por lo oscuro que estaba, uno no podía ver su cuerpo claramente detrás de la superficie del agua. Saito se sintió tranquilo.

"Siesta estaba sentada justo frente Saito, sumergida en el agua caliente y Porque estaba oscuro, uno no podía ver su cuerpo claramente detrás de la superficie del agua."

Aun así, Saito respiro profundamente.

En la oscuridad Siesta se mojó su pelo negro que relucía fascinantemente.

De una sola mirada uno podría ver que Siesta realmente era una chica muy encantadora. Él no lo había notado hasta ahora, pero ella era diferente de Louise o Henrietta, ella tenía el encanto de una flor silvestre, mientras floreciendo libremente en el campo. Sus grandes ojos oscuros, naturaleza amistosa y nariz diminuta era encantadora y bonita.

-“¿Eh, Saito-san, como es tu país?”

-“¿Mi país?”

-“Sí, por favor háblame sobre él.”

Siesta se acerco inocentemente hacia adelante para escuchar. Ah, cuando se acerca tanto se puede ver su parte delantera, ah, aah… Saito se cayó de espaldas por el pánico.

-“¡e-esta bien! hay sólo una luna, no hay ningún mago, por eso usamos el interruptor para apagar la luz, y se puede volar en el cielo con los aviones…”

Porque Saito era tan incoherente, Siesta resopló sus mejillas.

-“detente. Una luna, ningún mago, te estas burlando de mí. No lo haga sólo porque soy una chica de pueblo.”

-“¡Y-yo no me estoy burlando!”

Pensó Saito. Aun cuando le dijo la verdad sólo la estaba confundiendo. Después de todo, la única que sabia en ese momento que Saito era de otro mundo era Louise, El Señor Osmond y Henrietta.

-“Bien entonces, dígame la verdad.”

Siesta miraba directamente los ojos de Saito. El pelo negro de Siesta y los ojos negros le recordaron a Saito a una muchacha de Japón. Claro, la cara era diferente de un japonés. Sin embargo, simplemente, un sentimiento nostálgico corría a través de Saito, haciendo que se agitara.

“v-verdad… Nosotros tenemos hábitos de comida diferentes.”

Saito empezó a hablar sobre un Japón distante. Siesta mirando la noche estrellada escuchó atenta la historia.

Aunque podría sentirse como una charla sosa, Siesta estaba escuchando atentamente cada palabra. Y antes de darse cuenta, Saito y Siesta perdieron cualquier huella de tiempo, contando la historia de la ciudad natal de Saito.

Después de que algún tiempo pasara, Siesta se puso de pie cubriendo sus pechos. Saito aparto sus ojos apresuradamente. Sin embargo, y por un momento, él vio los pechos de Siesta a través de un hueco de sus brazos, y sentía que su nariz sangraba. Sin una palabra, un chorro empezó a gotear. Sosteniendo su nariz Saito miraban a otro lado, mientras Siesta se puso su ropa ya seca he izo una reverencia a Saito agradeciéndole.

-“Gracias. Fue muy divertido. Este baño es agradable, y la historia de Saito-san también estaba asombrosa.” Dijo Siesta alegremente. "¿Podría oirla de nuevo algún día?”

Saito asintió. Después de eso, Siesta miró hacia abajo con un rubor, y tímidamente jugo con sus dedos.

-“¿Bien err…? La charla y el baño fueron grandiosos, pero tu fuiste lo mas asombroso…”

-“¿Siesta?”

-“si tu pudieras…”

-“¡¿Q-qué?!”

Pero Siesta se fue rapidamente con pasos diminutos.

Cualquier sentimiento de un mundo diferente que esta chica le produjera era como un chiste para Saito, el la miro irse, y se acurruco en la gran olla de hierro.




Después del baño, volvió al cuarto de Louise y la encontró haciendo algo en la cama. En cuanto vió a Saito, se apresuró a esconder un libro con pánico. Era un libro viejo y grande.

A pesar de ello, Saito no prestó atención a lo que estaba haciendo Louise. No podía entender aun cuando le explicaran. Además la cabeza de Saito estaba llena con la vista del cuerpo de Siesta. Lo que él vio a través del hueco de sus manos, se le grabó a fuego en la mente.

Saito se acercó al cesto de la ropa sucia, mientras sacudía la cabeza para expulsar los pensamientos mundanos. Decidió salir a lavar en seguida. Planeaba usar el agua caliente restante del baño, para que no se le volvieran a congelar los dedos.

Sin embargo, el cesto estaba vacío.

-“¿Louise, dónde esta la ropa para lavar?”

Cuando Saito preguntó, Louise agitó su cabeza.

-“Ya esta lavada”

-“¿la lavaste?…”

Cuando Saito se giró hacia Louise quedo muy sorprendió. Louise llevaba puesta su chaqueta de nylon, la que él se quito y que dejo en el cuarto antes de ir a tomar un baño. Siempre que Saito iba a bañarse se quitaba esa chaqueta de nylon y entraba solo con su camiseta, ya que cuando salía del baño se sentía demasiado acalorado como para ponerse la chaqueta.

Louise probablemente lo llevaba encima de su ropa interior. Las mangas le quedaban muy largas y la cintura demasiado suelta.

-“¿¡oye, por qué tienes puesta mi chaqueta!?”

Replico Saito, Louise cubrió su boca detrás de la chaqueta de nylon. Louise cuyas mejillas se ruborizaron por alguna razón, dijo.

-“por que…hace poco que lave mi ropa y yo no tenía nada mas para vestir.”

-“¡que tontería! ¡Está lleno!”

Saito apuntó al armario lleno de ropa. Louise era una noble, por lo que tenía muchos vestidos caros para escoger.

-“de todas maneras, tenia ganas de probarme algo más.” Louise, que se sentaba recta en la cama, dijo en un tono enfurruñado. "¿no podria usar estas ropas?”

Saito tomó un vestido.

-“¡Yo no quiero llevar algo así! Además ésta es mi única ropa. ¡Devuélvemela!”

Sin embargo, Louise no intentó quitársela. Al contrario, ella lo tocaba con la yema de sus dedos.

-"Bueno, es ligero y se adapta muy bien. ¿De qué está hecho? "

De hecho. Saito tenía que estar de acuerdo que realmente era muy cómodo. Renuentemente decidió rendirse. En el cuarto no hacia frío.

-“Nylon”

-“¿Nailon?”

-“Es un tejido de mi mundo. Está hecho de petróleo.”

-“¿pe-troleo?”

-“El plancton muerto que está reunido en el fondo en el mar, se guarda durante años, y después se vuelve petróleo.”

-“¿Pulankuton?”

Louise lo miró fijamente, ella se parecía a un niño que repite como un loro las palabras de Saito. Su expresión ilegible como la mitad de su cara estaba oculta detrás de la chaqueta de Saito. Por un momento Saito pensó que Louise parecía irresistiblemente linda.

Además, Louise incluso lavó para él. Es imposible. Saito se asustó de algún modo. Ahora, las razones de las tales acciones eran inimaginables en Louise.

Saito vio que sus mejillas estaban rojas, decidió verificar si Louise no estaba enferma.

Ella brinco sorprendida cuando Saito se la acercó. Empezó a temblar y se giró.

Intentando no pensar cómo ella debía odiar esto, Saito agarró los hombros de Louise y trajo su frente cerca de ella. El cuerpo de Louise se puso tenso, pero no intentó luchar y calladamente cerró sus ojos.

Como pensé, debe encontrarse mal. Pensó Saito.

-“Parece que tienes fiebre.” Cuando Saito separo su frente de la de ella, Louise le dio un puñetazo.

-“¿Qué?” Exclamó Saito.

Louise se alejó de él y después de murmurar algo se acurruco bajo las sabanas.

"Duérmete” Contestó ella.

Estupendo, la fiebre debe de haber pasado. Pensó Saito mientras se tumbaba en su montón de paja.

Al poco tiempo una almohada voló hacia él.

-“¿¡Que dem…!?” Exclamó Saito.

-“Devuélveme la almohada. ¿No te acuerdas que te dije que durmieras de a hora en adelante en la cama? Idiota.” Digo Luise enfurruñada.

A él le costaba entender el humor de Louise, enferma y mansa o sana y descarada. "¿Qué es lo que le hace actuar así?", pensó Saito cuando se metió en la cama.

Aunque Louise estaba revolviendose inquieta en la cama, tardó poco en tranquilizarse.

Ahora él podía pensar en lo que paso en el día. Sin embargo, su cabeza no podía dejar de pensar en Siesta, recordado una y otra vez las últimas palabras que le dijo:

"Tu fuiste lo mas asombroso…”

¿Era una confesión? ¿O estaba burlándose? Eso no puede ser. ¿Acaso soy popular? tampoco soy popular. La única que mostraba un interés parecido era Kirche, pero es ciertamente porque yo soy conveniente.

Aah, pero Siesta era tan linda... Aunque Louise también es linda, Siesta también tiene un encanto diferente…

Ingenua, simple pero honesta. Y al contrario que Kirche, ella se veía maravillosa sin ropa. Ghaah. e-eso es verdad. Ghaah. E-esta bien. Bueno. Q-q-que. Rayos, estoy cansado.

Para algo que él no había considerado tanto hasta hora por su conveniencia, el impacto era grande. Fascinado por las chicas, Saito empezó a pensar en la manera de regresar a la tierra.

Sabia que la encontraría, pero aun no tenia ni la más ligera idea de cómo hacerlo.

Entonces, sintiéndose vertiginoso, empiezo a pensar en Louise. Amo a Louise. Pero ella es una noble, nunca pensaría en mí de esa manera. Además yo decidí protegerla. Esta manera de ser no estaría tan lejos de un amante.

Aun así, para ser amantes necesito estar del mismo nivel que la muchacha… No, Siesta igualmente sólo podría estar burlándose. Supongo que… aah, supongo que así son las cosas.

Adormilándose mientras pensaba sobre varias cosas, Saito entró en las sensaciones felices del mundo de los sueños.




Delante de la ventana del cuarto de Louise, Sylphid, el dragón de Tabitha estaba flotando. Como de costumbre, Kirche y Tabitha estaban sentadas en él. Tabitha estaba leyendo un libro a la luz de la luna. Kirche observaba atentamente el cuarto de Louise por la hendidura de la ventana.

Kirche resopló.

-“Después de todo, no se ve bien”

Ella recordó el rubor en la cara de Louise cuando se abrazó a Saito en la parte de atrás del dragón mientras volvían de Albion. Louise parecía no tener su ego usual.

-“¿Realmente él no me trata en serio? Cada vez que me acerco a él me rechaza, hace angustiarme mucho.”

Hasta ahora ningún hombre se había negado a cortejarla. Era el orgullo de Kirche. La germana se sentía olvidada, como si fuera un cero a la izquierda.

Kirche estaba irritada. Hace poco Saito se bañó con la hija de un plebeyo. Kirche se sentía ignorada, como un plato de segunda mesa. Habían herido a Kirche en su orgullo. Habia sido derrotada por Louise y por una chica plebeya, esto hizo de su nombre “Ardiente” se lamentara. Tenía que arrebatarselo a Louise, por cualquier medio posible. Quitarle los amantes a Los Valliere era una vieja tradición de los Zerbst.

-“Si, pero trazar planes no es mi especialidad. Aun así tengo que pensar en una estrategia. ¡Tabitha!, ayúdame”

Tabitha cerró su libro y señalo a Kirche.

-“Celos”

Kirche se ruborizó mientras agitaba la cabeza.

-“¡No digas eso! ¡Yo no tengo celos! ¡Yo no puedo sentir celos! ¡Un juego! ¡Esto simplemente es un juego de amor!”

No obstante Tabitha repitió las mismas palabras.

-"Celos”



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