Difference between revisions of "Maru-MA Volumen 03 Capítulo 9"

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Si se incluye a quiénes están al otro lado de la puerta, el número de guardias excede con facilidad los doscientos. Con seguridad, solo es un campo de concentración para mujeres, lleno de convictas que son acusadas de haber infringido alguna ley del matrimonio.
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Si se incluía a quiénes estaban al otro lado de la puerta, el número de guardias excedía con facilidad los doscientos. Con seguridad solo era un campo de concentración para mujeres, lleno de convictas eran acusadas de haber infringido alguna ley del matrimonio.
 
   
 
—¿Entonces por qué necesitan tanta cantidad de guardias? —se pregunta a si mismo Conrart.
 
—¿Entonces por qué necesitan tanta cantidad de guardias? —se pregunta a si mismo Conrart.
   
Agachado se desliza por la pendiente y regresa hacia su taciturno hermano menor. Wólfram está apoyado contra una planta de brazos cruzados y con el ceño fruncido.
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Agachado, se desliza por la pendiente y regresa hacia su taciturno hermano menor. Wólfram está apoyado contra una planta de brazos cruzados y con el ceño fruncido.
   
Es de suponer que el área está llena de piedras de houryoku. Esas piedras causan gran malestar a quienes tienen grandes cantidades de maryoku. Ya que Wolfram se había quejado anteriormente del dolor de cabeza, Conrart no estaba seguro de si podría contar con él durante batalla.
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Es de suponer que el área está llena de houseki. Esas piedras causan gran malestar a quienes tienen grandes cantidades de maryoku. Ya que Wolfram se había quejado anteriormente del dolor de cabeza, Conrart no estaba seguro de si podría contar con él durante batalla.
   
 
—Será mejor que decidas ahora si puedes soportarlo o no —se dirige a Wolfram—, no seré capaz de cubrirte durante una batalla.
 
—Será mejor que decidas ahora si puedes soportarlo o no —se dirige a Wolfram—, no seré capaz de cubrirte durante una batalla.
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—Es bueno saberlo.
 
—Es bueno saberlo.
   
Conrart envió seis hombres para ayudar a Gwendal a escapar de prisión. Apenas había quedado la gran suma de quince hombres para encargarse de doscientos guardias. Teniendo en cuenta esta abrumadora diferencia, solo había una táctica posible: Tenían que atacar el campamento y crear el mayor caos posible.
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Conrart envió seis hombres para ayudar a Gwendal a escapar de prisión. Apenas ha quedado la gran suma de quince hombres para encargarse de doscientos guardias. Teniendo en cuenta esta abrumadora diferencia, solo hay una táctica posible: Tienen que atacar el campamento y crear el mayor caos posible.
   
 
—Wolf…
 
—Wolf…
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Sin esa información, tal vez no hubieran podido descubrir dónde se encontraban Yuuri y Gwendal. Incluso si lo hubieran logrado, hubiera tomado muchísimo más tiempo. Luego de que Nicola les hiciera ese gran favor, no podían negarse a llevarla con ellos a Shin Makoku.
 
Sin esa información, tal vez no hubieran podido descubrir dónde se encontraban Yuuri y Gwendal. Incluso si lo hubieran logrado, hubiera tomado muchísimo más tiempo. Luego de que Nicola les hiciera ese gran favor, no podían negarse a llevarla con ellos a Shin Makoku.
   
El caballo de un soldado resopló pacíficamente y agitó su cola para alejar los insectos.
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El caballo de un soldado resopla pacíficamente y agita su cola para alejar los insectos.
   
 
—¡Aun así! ¡Ella es la amante de Gegenhuber! ¡Si no hubiera sido por él, hace mucho tiempo que serías el lord del territorio Wincott!
 
—¡Aun así! ¡Ella es la amante de Gegenhuber! ¡Si no hubiera sido por él, hace mucho tiempo que serías el lord del territorio Wincott!
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—Wolfram…
 
—Wolfram…
   
En ese momento Conrart recuerda que él había sido el primero que tuvo en brazos a este hermano tan parecido a su madre justo después de su nacimiento. Desde ese momento Conrart fue quien cuidó de Wolfram todos los días. Hasta que el pequeño niño supo que su segundo hermano mayor era medio humano. A Partir de ese momento el inmaculado Gwendal se convirtió en el objeto de admiración y reverencia de Wolfram.
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En este momento Conrart recuerda que él fue el primero en tener en brazos a este hermano tan parecido a su madre justo después de su nacimiento. Desde ese momento Conrart fue quien cuidó de Wolfram todos los días. Hasta que el pequeño niño supo que su segundo hermano mayor era medio humano. A Partir de ese momento el inmaculado Gwendal se convirtió en el objeto de admiración y reverencia de Wolfram.
   
 
Conrart sacude con fuerza la vaina de su espada para sacarle de los finos granos de arena.
 
Conrart sacude con fuerza la vaina de su espada para sacarle de los finos granos de arena.
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—Eso ha quedado en el pasado —dice—. Así como todo lo demás. Incluso si Huber no hubiera intervenido para que las cosas se dieran como fueron, Julia y yo… Lo que no puedo entender es como se ha enamorado de una chica como Nicola.
 
—Eso ha quedado en el pasado —dice—. Así como todo lo demás. Incluso si Huber no hubiera intervenido para que las cosas se dieran como fueron, Julia y yo… Lo que no puedo entender es como se ha enamorado de una chica como Nicola.
   
De hecho, Gegenhuber siempre había odiado abiertamente a los humanos.
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De hecho, Gegenhuber siempre ha odiado abiertamente a los humanos.
   
 
—Bueno, después de todo pasó algo similar contigo.
 
—Bueno, después de todo pasó algo similar contigo.
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—No, esa no es la razón.
 
—No, esa no es la razón.
   
Yuuri lo hubiera querido así. Aunque no lo había escuchado de él en persona, Conrart estaba convencido de eso. Yuuri se alegraría de llevar a su país a las mujeres que se enamoraron de un mazoku.
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Yuuri lo hubiera querido así. Aunque no lo ha escuchado de él en persona, Conrart está convencido de eso. Yuuri se alegraría de llevar a su país a las mujeres que se enamoraron de un mazoku.
   
 
Lord Weller desliza su delgada espada de vuelta en la vaina y entrecierra los ojos para ver el lejano horizonte más allá de la valla.
 
Lord Weller desliza su delgada espada de vuelta en la vaina y entrecierra los ojos para ver el lejano horizonte más allá de la valla.
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—Sólo quiero cumplir los deseos de Su Majestad —dice.
 
—Sólo quiero cumplir los deseos de Su Majestad —dice.
   
La puesta de sol se hace más roja, las sombras más largas. Si hubiera sido posible ganar la lucha sin la ayuda de la oscuridad, Conrart hubiera preferido comenzar el ataque de inmediato.
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La puesta de sol se hace más roja, las sombras más largas. Si hubiera sido posible ganar la lucha sin la ayuda de la oscuridad, Conrart preferiría comenzar el ataque de inmediato.
   
 
—Discutamos nuestra táctica una vez más. Sé que es peligroso avanzar en grupos de tres, pero n tenemos otra opción… ¿Qué está pasando allá?
 
—Discutamos nuestra táctica una vez más. Sé que es peligroso avanzar en grupos de tres, pero n tenemos otra opción… ¿Qué está pasando allá?
   
La llegada de un mensaje conmociona a los guardias situados fuera de la entrada de repente. Como la roca tras la cual se escondían era lo suficientemente grande, Conrart no creía que hubieran sido descubiertos.
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La llegada de un mensaje conmociona a los guardias situados fuera de la entrada de repente. Como la roca tras la cual se esconde es lo suficientemente grande, Conrart no cree que han sido descubiertos.
   
Podía escuchar gritos y explosiones desde el otro lado de la valla. Los soldados que están de pie en el exterior se precipitan hacia adentro uno tras otro.
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Se pueden escuchar gritos y explosiones desde el otro lado de la valla. Los soldados que están de pie en el exterior se precipitan hacia adentro uno tras otro.
   
 
—Algo ha pasado. Tal vez es un disturbio o una revuelta. Sólo espero que Su Majestad no esté en peligro.
 
—Algo ha pasado. Tal vez es un disturbio o una revuelta. Sólo espero que Su Majestad no esté en peligro.
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Wolfram presiona su mano izquierda contra su frente, cae de rodillas al suelo y agacha la cabeza.
 
Wolfram presiona su mano izquierda contra su frente, cae de rodillas al suelo y agacha la cabeza.
   
—Un majutsu tan fuerte… en un lugar llenó de piedras de houryoku… Es imposible…
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—Un majutsu tan fuerte… en un lugar llenó de houseki… Es imposible…
   
 
—¿Sientes algo?
 
—¿Sientes algo?
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—Sí, es él.
 
—Sí, es él.
   
Para infiltrase a escondidas en el campo Conrart y Wolfram roban los uniformes de un par de soldados que deambulan cerca. El resto es un juego de niños: Nadie se interpone en su camino, y son capaces de infiltrarse sin ser detectados.
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Para infiltrase a escondidas en el campo, Conrart y Wolfram roban los uniformes de un par de soldados que deambulan cerca. El resto es un juego de niños, nadie se interpone en su camino, y son capaces de infiltrarse sin ser detectados.
   
 
Corren hacia el otro lado de la baja colina de roca, hacia dónde provienen los gritos y los furiosos rugidos.
 
Corren hacia el otro lado de la baja colina de roca, hacia dónde provienen los gritos y los furiosos rugidos.
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Varios montículos de tierra grandes y pequeños están esparcidos por todo el lugar. Aunque no hay lápidas ni flores, parecen ser tumbas.
 
Varios montículos de tierra grandes y pequeños están esparcidos por todo el lugar. Aunque no hay lápidas ni flores, parecen ser tumbas.
   
Su Majestad está parado frente a las tumbas con las piernas levemente separadas y sacando pecho. Luce cansado, pero no parece haber sufrido ninguna herida de gravedad.
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Su Majestad está parado frente a las tumbas con las piernas levemente separadas sacando pecho. Luce cansado, pero no parece haber sufrido ninguna herida de gravedad.
   
Conrart deja escapar un suspiro de alivio. Wolfram se ve como si quisiera correr directamente hacia Yuuri y aferrarlo en sus brazos. Pero interrumpir de improvisto con él en este estado podría traer más problemas que beneficios. Conrart no pudo evitar pensar que se veía tan majestuoso como su título.
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Conrart deja escapar un suspiro de alivio. Wolfram se ve como si quisiera correr directamente hacia Yuuri y aferrarlo en sus brazos. Pero interrumpir de improvisto con él en este estado podría traer más problemas que beneficios. Conrart no puede evitar pensar que se ve tan majestuoso como su título.
   
 
Él ya había visto antes un brillo similar en los ojos de Yuuri.
 
Él ya había visto antes un brillo similar en los ojos de Yuuri.
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—Deben ser sus lentes de contacto.
 
—Deben ser sus lentes de contacto.
   
Sin los lentes de contacto ambos ojos de Yuuri son de un negro profundo. Ahora que ha entrado en su modo Maou, no hay nada que puedan hacer excepto sentarse y observar el espectáculo.
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Sin los lentes de contacto ambos ojos de Yuuri son de un negro profundo. Ahora que Yuuri ha entrado en su modo más fuerte, no hay nada que puedan hacer excepto sentarse y observar el espectáculo.
   
 
Las aterrorizadas mujeres están totalmente paralizadas. Los soldados y los guardias tratan de encontrar la mejor manera de atacar, pero la defensa de Yuuri parece bastante sólida.
 
Las aterrorizadas mujeres están totalmente paralizadas. Los soldados y los guardias tratan de encontrar la mejor manera de atacar, pero la defensa de Yuuri parece bastante sólida.
   
Empieza a sentirse un débil temblor, como si en cualquier momento un dragón fuera a aparecer desde las profundidades de la tierra. Primero sienten un vaivén bajo los pies, luego las vibraciones continúan hasta que se sienten en lo más profundo del cuerpo.
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Empieza a sentirse un débil temblor, como si en cualquier momento un dragón fuera a aparecer desde las profundidades de la tierra. Primero se siente un vaivén bajo los pies, luego las vibraciones continúan hasta que llegan a lo más profundo del cuerpo.
   
 
—¡Estas mujeres se han sacrificado desinteresadamente en el nombre del amor! ¡Han sido audazmente fieles a sus amantes! ¡Pero en vez de cosechar admiración, han cosecharon violencia! ¡Las autoridades las han castigado cruel e inhumanamente!
 
—¡Estas mujeres se han sacrificado desinteresadamente en el nombre del amor! ¡Han sido audazmente fieles a sus amantes! ¡Pero en vez de cosechar admiración, han cosecharon violencia! ¡Las autoridades las han castigado cruel e inhumanamente!
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—Oh, Su Majestad parece haber ampliado su repertorio —murmura Conrart calmadamente.
 
—Oh, Su Majestad parece haber ampliado su repertorio —murmura Conrart calmadamente.
   
El amo Tricolor está de pie detrás de Yuuri con sus ojos completamente abiertos de incredulidad. Está tan sorprendido por la transformación del “caballo” de su hijo, que incluso se le ha olvidado de acariciar su barba roja.
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El amo Tricolor está de pie detrás de Yuuri con sus ojos completamente abiertos de incredulidad. Está tan sorprendido por la transformación del “caballo” de su hijo que incluso se le ha olvidado de acariciar su barba roja.
   
 
—¡La violencia, la opresión y la miseria prevalecen en esta instalación! Privadas de toda dignidad humana, las mujeres debéis afrontar la más cruel injusticia: ¡Vuestros bebés son enterrados vivos! ¡Qué cruel tiranía! ¡Incluso los demonios del infierno se horrorizarían con tal acto!
 
—¡La violencia, la opresión y la miseria prevalecen en esta instalación! Privadas de toda dignidad humana, las mujeres debéis afrontar la más cruel injusticia: ¡Vuestros bebés son enterrados vivos! ¡Qué cruel tiranía! ¡Incluso los demonios del infierno se horrorizarían con tal acto!
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—¡No es mi intención destruir y tomar vidas, pero… no me dejáis otra opción, os aniquilaré con mi espada!
 
—¡No es mi intención destruir y tomar vidas, pero… no me dejáis otra opción, os aniquilaré con mi espada!
   
Sólo había un problema. No había ninguna espada a la vista.
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Sólo hay un problema. No hay ninguna espada a la vista.
   
 
Entonces se siente un sonido escalofriante de repiqueteo. Todos los ojos voltean hacia las tumbas al unísono. Los de corazón débil se desmayan, incluso los valientes gritan.
 
Entonces se siente un sonido escalofriante de repiqueteo. Todos los ojos voltean hacia las tumbas al unísono. Los de corazón débil se desmayan, incluso los valientes gritan.
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Primero uno, después dos, luego innumerables brazos salen desde las tumbas, seguidos por cuerpos que sobresalen de la tierra a la altura del pecho o de la cintura.
 
Primero uno, después dos, luego innumerables brazos salen desde las tumbas, seguidos por cuerpos que sobresalen de la tierra a la altura del pecho o de la cintura.
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Incluso Wolfram, que había pasado por muchas cosas, se quedó sin aliento.
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Incluso Wolfram, que ha pasado por muchas experiencias, se queda sin aliento.
   
 
—Son... s-son cuerpos. Zombies.
 
—Son... s-son cuerpos. Zombies.
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Los cuerpos extienden sus brazos y se mecen hacia adelante y hacia atrás como algas marinas.
 
Los cuerpos extienden sus brazos y se mecen hacia adelante y hacia atrás como algas marinas.
   
Es un espectáculo espeluznante. Por todos lados la gente intenta alejarse unos por encima de los otros, gritando y llorando. A los pies de Yuuri estaban dibujados dos caracteres en la arena: “Justicia”.
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Es un espectáculo espeluznante. Por todos lados la gente corre e intenta alejarse unos por encima de los otros, gritando y llorando. A los pies de Yuuri estaban dibujados dos caracteres en la arena: “Justicia”.
   
 
—No, no son cuerpos —dice Conrart—. Incluso si lo parecen, no son brazos humanos. No es más que tierra y arena. Son solo figuras de arcilla.
 
—No, no son cuerpos —dice Conrart—. Incluso si lo parecen, no son brazos humanos. No es más que tierra y arena. Son solo figuras de arcilla.
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—¡¿Mensajero del infierno?! ¿Habéis olvidado mi rostro?
 
—¡¿Mensajero del infierno?! ¿Habéis olvidado mi rostro?
   
Cuando escuchan las palabras del modo definitivo de Yuuri, los soldados y la mayoría de las mujeres caen de rodillas, incluso aunque no saben quién es él.
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Cuando escuchan las palabras del modo más fuerte de Yuuri, los soldados y la mayoría de las mujeres caen de rodillas, incluso aunque no saben quién es él.
   
 
—Entonces, ¿cómo podemos detenerlo? —pregunta casualmente Conrart.
 
—Entonces, ¿cómo podemos detenerlo? —pregunta casualmente Conrart.
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—A mí no me preguntes. ¡Ahhhh, es porque se está moviendo! ¡La piel de su cara se está derritiendo y se cae porque se está moviendo, pero como es arena vuelve al suelo!
 
—A mí no me preguntes. ¡Ahhhh, es porque se está moviendo! ¡La piel de su cara se está derritiendo y se cae porque se está moviendo, pero como es arena vuelve al suelo!
   
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Es reciclable.
Tiene la marca de ECO<ref>De un producto ecológico.</ref>.
 
   
La multitud se separa repentinamente para hacer paso a un caballo militar que viene galopando y bufando violentamente. Al pasar entre las piernas de la figura de arcilla su jinete salta de la silla hacia Yuuri. Sin dudarlo, el hombre se acerca y lo toma por el cuello con la mano izquierda.
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La multitud se separa repentinamente para hacer paso a un caballo militar que viene galopando y bufando violentamente. Al pasar entre las piernas de la figura de arcilla su jinete salta de la silla hacia Yuuri. Sin dudarlo, el hombre se acerca y lo toma de las solapas con la mano izquierda.
   
 
—¿Gwendal? —grita Wolfram, pero Lord von Voltaire, cubierto de heridas por todas partes, no lo escucha.
 
—¿Gwendal? —grita Wolfram, pero Lord von Voltaire, cubierto de heridas por todas partes, no lo escucha.
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Y entonces Yuuri cae al suelo inconsciente.
 
Y entonces Yuuri cae al suelo inconsciente.
 
 
   
   
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==Referencias==
 
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Latest revision as of 16:53, 7 February 2017

Si se incluye a quiénes están al otro lado de la puerta, el número de guardias excede con facilidad los doscientos. Con seguridad, solo es un campo de concentración para mujeres, lleno de convictas que son acusadas de haber infringido alguna ley del matrimonio.

—¿Entonces por qué necesitan tanta cantidad de guardias? —se pregunta a si mismo Conrart.

Agachado, se desliza por la pendiente y regresa hacia su taciturno hermano menor. Wólfram está apoyado contra una planta de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

Es de suponer que el área está llena de houseki. Esas piedras causan gran malestar a quienes tienen grandes cantidades de maryoku. Ya que Wolfram se había quejado anteriormente del dolor de cabeza, Conrart no estaba seguro de si podría contar con él durante batalla.

—Será mejor que decidas ahora si puedes soportarlo o no —se dirige a Wolfram—, no seré capaz de cubrirte durante una batalla.

—¿Quién te crees que soy? ¡Estoy perfectamente bien!

—Es bueno saberlo.

Conrart envió seis hombres para ayudar a Gwendal a escapar de prisión. Apenas ha quedado la gran suma de quince hombres para encargarse de doscientos guardias. Teniendo en cuenta esta abrumadora diferencia, solo hay una táctica posible: Tienen que atacar el campamento y crear el mayor caos posible.

—Wolf…

—¿Qué? ¡Me estás sacando de quicio!

—Te estás apoyado en un cactus.

Wolfram grita e inmediatamente coloca las dos manos sobre su boca. Veinte o treinta gruesas espinas atraviesan su ropa.

—¡¿Por qué no me lo dijiste antes?, maldición!

—Pensé que sabias.

A pesar de la situación tensa una sonrisa irónica se dibuja en el rostro de Conrart. La figura frente a él de brazos cruzados y arrugas en la frente le recuerda repentinamente a su hermano mayor.

—¿Todavía te torturas con ese asunto? —pregunta Conrart.

—No sé de qué estás hablando.

—No pretendas, sabes bien a qué me refiero. Eso sobre Su Majestad y Gwen.

—¡No puedo ponerme a pensar en algo como eso justo ahora!

—En realidad no tienes de que preocuparte. Ya sabes que no se llevan muy bien. Si no confías un poco más en Su Majestad, un día realmente se cansará de ti.

—¡Que no estoy preocupado!

—Entonces está bien.

—¿Cómo es que lo entiendes tan bien? —pregunta Wolfram en voz baja.

—¿A nuestro Rey? Lo he conocido y apreciado desde antes de su nacimiento, por decirlo de algún modo.

Como Conrart no dice nada más, Wolfram tiene que darse por satisfecho.

—¿Pero por qué tenemos que empeorar la situación para ayudar a esa mujer? ¿Por qué tendríamos que preocuparnos por alguien como ella? —se queja.

—Nicola nos ha dado información.

Sin esa información, tal vez no hubieran podido descubrir dónde se encontraban Yuuri y Gwendal. Incluso si lo hubieran logrado, hubiera tomado muchísimo más tiempo. Luego de que Nicola les hiciera ese gran favor, no podían negarse a llevarla con ellos a Shin Makoku.

El caballo de un soldado resopla pacíficamente y agita su cola para alejar los insectos.

—¡Aun así! ¡Ella es la amante de Gegenhuber! ¡Si no hubiera sido por él, hace mucho tiempo que serías el lord del territorio Wincott!

—Eso no importa.

—¿Y qué pasa con la muerte de Julia? ¿Eso tampoco tiene importancia?

—Wolfram…

En este momento Conrart recuerda que él fue el primero en tener en brazos a este hermano tan parecido a su madre justo después de su nacimiento. Desde ese momento Conrart fue quien cuidó de Wolfram todos los días. Hasta que el pequeño niño supo que su segundo hermano mayor era medio humano. A Partir de ese momento el inmaculado Gwendal se convirtió en el objeto de admiración y reverencia de Wolfram.

Conrart sacude con fuerza la vaina de su espada para sacarle de los finos granos de arena.

—Eso ha quedado en el pasado —dice—. Así como todo lo demás. Incluso si Huber no hubiera intervenido para que las cosas se dieran como fueron, Julia y yo… Lo que no puedo entender es como se ha enamorado de una chica como Nicola.

De hecho, Gegenhuber siempre ha odiado abiertamente a los humanos.

—Bueno, después de todo pasó algo similar contigo.

—¡No cambies el tema! —se precipita Wolfram—. ¿Vas a perdonar los crímenes de Huber? ¿Es por eso que aceptaste llevar a su mujer a nuestro país y…?

—No, esa no es la razón.

Yuuri lo hubiera querido así. Aunque no lo ha escuchado de él en persona, Conrart está convencido de eso. Yuuri se alegraría de llevar a su país a las mujeres que se enamoraron de un mazoku.

Lord Weller desliza su delgada espada de vuelta en la vaina y entrecierra los ojos para ver el lejano horizonte más allá de la valla.

—Sólo quiero cumplir los deseos de Su Majestad —dice.

La puesta de sol se hace más roja, las sombras más largas. Si hubiera sido posible ganar la lucha sin la ayuda de la oscuridad, Conrart preferiría comenzar el ataque de inmediato.

—Discutamos nuestra táctica una vez más. Sé que es peligroso avanzar en grupos de tres, pero n tenemos otra opción… ¿Qué está pasando allá?

La llegada de un mensaje conmociona a los guardias situados fuera de la entrada de repente. Como la roca tras la cual se esconde es lo suficientemente grande, Conrart no cree que han sido descubiertos.

Se pueden escuchar gritos y explosiones desde el otro lado de la valla. Los soldados que están de pie en el exterior se precipitan hacia adentro uno tras otro.

—Algo ha pasado. Tal vez es un disturbio o una revuelta. Sólo espero que Su Majestad no esté en peligro.

—Es imposible…

Wolfram presiona su mano izquierda contra su frente, cae de rodillas al suelo y agacha la cabeza.

—Un majutsu tan fuerte… en un lugar llenó de houseki… Es imposible…

—¿Sientes algo?

—Un maryoku... fuerte y desagradable. Por no decir repugnante. Un momento, ya he sentido algo como esto antes…

En las cabezas de Conrart y Wolfram se recrea un escenario de pesadillas y horrores. Recuerdos del caos que Yuuri provocó en el crucero.

—¿Podría ser Su Majestad?

—Sí, es él.

Para infiltrase a escondidas en el campo, Conrart y Wolfram roban los uniformes de un par de soldados que deambulan cerca. El resto es un juego de niños, nadie se interpone en su camino, y son capaces de infiltrarse sin ser detectados.

Corren hacia el otro lado de la baja colina de roca, hacia dónde provienen los gritos y los furiosos rugidos.

—Ciertamente es él… —murmura Wolfram perplejo. Las mangas de su uniforme son demasiado largas para él.

Varios montículos de tierra grandes y pequeños están esparcidos por todo el lugar. Aunque no hay lápidas ni flores, parecen ser tumbas.

Su Majestad está parado frente a las tumbas con las piernas levemente separadas sacando pecho. Luce cansado, pero no parece haber sufrido ninguna herida de gravedad.

Conrart deja escapar un suspiro de alivio. Wolfram se ve como si quisiera correr directamente hacia Yuuri y aferrarlo en sus brazos. Pero interrumpir de improvisto con él en este estado podría traer más problemas que beneficios. Conrart no puede evitar pensar que se ve tan majestuoso como su título.

Él ya había visto antes un brillo similar en los ojos de Yuuri.

—Oye, algo acaba de salir volando de sus ojos —le llama Wolfram.

—Deben ser sus lentes de contacto.

Sin los lentes de contacto ambos ojos de Yuuri son de un negro profundo. Ahora que Yuuri ha entrado en su modo más fuerte, no hay nada que puedan hacer excepto sentarse y observar el espectáculo.

Las aterrorizadas mujeres están totalmente paralizadas. Los soldados y los guardias tratan de encontrar la mejor manera de atacar, pero la defensa de Yuuri parece bastante sólida.

Empieza a sentirse un débil temblor, como si en cualquier momento un dragón fuera a aparecer desde las profundidades de la tierra. Primero se siente un vaivén bajo los pies, luego las vibraciones continúan hasta que llegan a lo más profundo del cuerpo.

—¡Estas mujeres se han sacrificado desinteresadamente en el nombre del amor! ¡Han sido audazmente fieles a sus amantes! ¡Pero en vez de cosechar admiración, han cosecharon violencia! ¡Las autoridades las han castigado cruel e inhumanamente! Yuuri habla como si estuviera en un escenario. Actúa como si fuera el actor de una de sus novelas históricas favoritas.

—¡Ambas partes habéis estado involucradas en relaciones íntimas, tanto hombres como mujeres! ¡Sin embargo, sólo os habéis responsabilizado los débiles de toda culpa!

Los temblores se detienen, pero sólo por un momento.

—¡Nadie ha de juzgar a dos amantes! ¿Separarlos? ¿Hacer que juren separarse? ¡Esas erais las antiguas costumbres de la época de las geishas! ¡Nadie en el mundo ha de tener derecho a condenaros!

—Oh, Su Majestad parece haber ampliado su repertorio —murmura Conrart calmadamente.

El amo Tricolor está de pie detrás de Yuuri con sus ojos completamente abiertos de incredulidad. Está tan sorprendido por la transformación del “caballo” de su hijo que incluso se le ha olvidado de acariciar su barba roja.

—¡La violencia, la opresión y la miseria prevalecen en esta instalación! Privadas de toda dignidad humana, las mujeres debéis afrontar la más cruel injusticia: ¡Vuestros bebés son enterrados vivos! ¡Qué cruel tiranía! ¡Incluso los demonios del infierno se horrorizarían con tal acto!

Yuuri levanta su brazo derecho hacia el cielo y lo balancea hacia abajo teátricamente. Su dedo índice apunta directamente a Togrikol. Él da un breve grito y cae al suelo.

—¡No es mi intención destruir y tomar vidas, pero… no me dejáis otra opción, os aniquilaré con mi espada!

Sólo hay un problema. No hay ninguna espada a la vista.

Entonces se siente un sonido escalofriante de repiqueteo. Todos los ojos voltean hacia las tumbas al unísono. Los de corazón débil se desmayan, incluso los valientes gritan.

Bajo la puesta de sol, brazos marrones con dedos curvos, como las garras de las aves de presa, se precipitan desde dentro de las tumbas y golpean el suelo con temeraria sed de venganza.


MaruManovel3175.jpg



Primero uno, después dos, luego innumerables brazos salen desde las tumbas, seguidos por cuerpos que sobresalen de la tierra a la altura del pecho o de la cintura.

Incluso Wolfram, que ha pasado por muchas experiencias, se queda sin aliento.

—Son... s-son cuerpos. Zombies.

—¡La sentencia ha de ser ejecutada!

Los cuerpos extienden sus brazos y se mecen hacia adelante y hacia atrás como algas marinas.

Es un espectáculo espeluznante. Por todos lados la gente corre e intenta alejarse unos por encima de los otros, gritando y llorando. A los pies de Yuuri estaban dibujados dos caracteres en la arena: “Justicia”.

—No, no son cuerpos —dice Conrart—. Incluso si lo parecen, no son brazos humanos. No es más que tierra y arena. Son solo figuras de arcilla.

—¡¿Figuras de arcilla?! ¿Pero qué hacemos ahora…? Han hecho un desastre. ¡Nunca antes había visto una magia tan repugnante!

—Es lo que dices cada vez.

Los zombies de arcilla que habían realizado la danza de las algas marinas de las almas en pena, se derriten y mezclan juntos formando una gigantesca figura humana del tamaño de Godzilla. Cuando el gigante da un paso hacia adelante toda la gente se dispersa frenéticamente en todas direcciones. Todos temen morir aplastados bajo sus pies.

—¡Increíble! ¡Su Majestad ha dominado el arte de los efectos especiales de las películas de monstruos!

—¡Co-Co-Conrart, ahora no es el momento adecuado para los elogios!

Aunque normalmente los niños adoran las películas de monstruos, el hijo del alcaide está tan aterrorizado que moja sus pantalones.

—¡Extended las manos hacia adelante, luego a los lados! ¡Ahora los ejercicios para vuestros brazos y piernas!

Por alguna razón, las órdenes de Yuuri suenan como las instrucciones de un profesor de gimnasia.

Cada vez que la figura gigante de arcilla se mueve siguiendo las instrucciones derriba una parte de la mina. Las entradas a la mina son aplastadas hasta el punto de lo irreconocible, el polvo y la tierra se levantan por todas partes.

Togrikol, preso de un pánico inconmensurable, trata de escapar a gatas.

—¡Un demonio! ¡Un mensajero del infierno!

—¡¿Mensajero del infierno?! ¿Habéis olvidado mi rostro?

Cuando escuchan las palabras del modo más fuerte de Yuuri, los soldados y la mayoría de las mujeres caen de rodillas, incluso aunque no saben quién es él.

—Entonces, ¿cómo podemos detenerlo? —pregunta casualmente Conrart.

—A mí no me preguntes. ¡Ahhhh, es porque se está moviendo! ¡La piel de su cara se está derritiendo y se cae porque se está moviendo, pero como es arena vuelve al suelo!

Es reciclable.

La multitud se separa repentinamente para hacer paso a un caballo militar que viene galopando y bufando violentamente. Al pasar entre las piernas de la figura de arcilla su jinete salta de la silla hacia Yuuri. Sin dudarlo, el hombre se acerca y lo toma de las solapas con la mano izquierda.

—¿Gwendal? —grita Wolfram, pero Lord von Voltaire, cubierto de heridas por todas partes, no lo escucha.

—¿Cuál es… el punto… de esto…? —grita Gwendal a Yuuri—. ¿No has hecho suficiente? ¿Quieres matar a algunos para estar satisfecho? ¡Respóndeme!

—¿Quién sois vos…?

—¡Escucha, Yuuri! Debes detenerlo ahora mismo. ¡Has que el monstruo vuelvan a la tierra!

Gwendal agita a Yuuri hacia adelante y hacia atrás violentamente, devolviéndole un poco el sentido.

—¡Desinteresadamente habéis puesto en riesgo tu vida para detenerme! ¡Qué osada muestra de coraje! Debido a vuestra valentía de corazón, por ahora… Me retiro.

Y entonces Yuuri cae al suelo inconsciente.


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