Maru-MA Volumen 08 Capítulo 3

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Capítulo 3[edit]

No importa si empujan o tiran de ellas, las barras de metal no se mueven un centímetro.

Su voz no llegará desde este lugar, pero Murata aun así llama el nombre de su amigo.

—¡Shibuya! ¡No, no puedes, es demasiado peligroso! ¡Apresúrate y date cuenta!

—¿Qué? ¿Qué no puede hacer? —Lord von Bielefeld está mucho más calmado que Murata y no parece particularmente perturbado. Se compota bastante tranquilo porque ya ha experimentado el explosivo majutsu de Yuuri varias veces—. Es su forma de Ue-sama normal. Por supuesto que es un poderoso... e inconveniente majutsu, pero si agachamos la cabeza un rato y nos quedamos quietos, volverá en si mismo por su cuenta. Me preocupa que quede totalmente exhausto luego de que colapse, pero de alguna manera se las ha arreglado en esas condiciones hasta ahora. Puedes considerarlo un tifón de pequeña escala. No es nada por lo que debamos preocuparnos.

—No, esto es diferente a otras veces.

La expresión de Wolfram se ensombrece como lo hace la de su madre y mira yendo y viniendo entre Yuuri parado en la plataforma y Murata.

—¿Qué es diferente?

—Simplemente es diferente. La naturaleza del majutsu y las circunstancias son diferentes... Primero que nada, hace mucho que no ha vuelto a la Tierra. Esto puede que haya sucedido en el pasado, pero él no ha usado majutsu repetidas veces sin regresar. Ya lo has visto, ¿verdad? ¿En el barco? Es como si hubiera dicho algo no siendo él mismo... Eso me preocupa... Con suerte no está pasando nada imposible de detener dentro de Shibuya... Y además...

—Su Alteza, ¿debería romper esto?

Notando la preocupación de Murata, Josak intenta doblar las barras de hierro. Dándose cuenta de que los espacios entre el metal no se agrandarán con solo la fuerza de un hombre ordinario, comienza a golpear el metal con su hacha.

—...Además, yo estoy aquí... eso es lo más peligroso.

—¿Cómo?

—Yo amplifico su poder. Dos veces. Si las cosas se ponen mal, varias veces más. La naturaleza del majutsu puede cambiar también. Probablemente se volverá más agresiva, mas devastadora. Nuestra relación fue creada para la destrucción despues de todo. Un practicante habilidoso puede que sea capaz de controlarlo a su voluntad, pero él apenas se ha convertido en rey. Por el contrario, no ha pasado mucho desde que su majutsu despertada, así que seria difícil para Shibuya controlarlo.

Por una fracción de segundo, Wolfram pone una expresión desagradable. Sin embargo, recupera rápidamente sus esperanzas siendo amigo cercano del rey y observa respetuosamente al soukoku Daikenja como si fuera un novato.

—Si nos acercamos a Yuuri, ¿podemos controlarlo?

—¿Tu? Pero Lord von Bielefeld, tu espalda...

—¡¿A quien le importa mi espalda?! Si nos acercamos a Yuuri, ¿podemos ayudarle a controlar su conducta violenta?

—No es seguro, pero tal vez un poco.

—¡Vamos!

Rápidamente abre la puerta de entrada. Mientras los guardias parados a ambos lados son tomados por sorpresa, él los noquea con un golpe del arma que le han administrado.

—Tiene que haber una entrada lateral en algún lado. Será mas rápido que esperar a Gurrier.

—Me hiere, Señorito.

Luego de bromear que no será su culpa si Wolfram se rompe la espalda y pierde toda su popularidad, Josak los sigue.




Todos los hombres abarrotados en las gradas miran para arriba. Algunos de ellos tienen la boca abierta descuidadamente. Para los humanos que no fueron al campo de batalla, no existen oportunidades para ver majutsu.

La nieve que dibuja figuras en el cielo oscuro se escabulle de acuerdo a la voluntad de su amo como si estuviera viva. Primero un ave, luego un perro, luego un rat--... no, una ardilla roja.

Es como un show llevado a cabo por una sola persona.

Antes de que los espectadores tengan la oportunidad de gritar “Adalbert, detrás de ti”, la masa de nieve que toma la forma de una cubeta vuela en picada y ataca al hombre parado en la plataforma circular.

—¡Ugh!

Es un fuerte golpe a la parte trasera de la cabeza.

Los brazos que sostienen con fuerza a Yuuri flanquean. Su cuerpo se desliza hacia abajo instantáneamente mientras escapa del infierno de músculos y se revuelca por el piso mojado.

— ¿...Oye, qué? ¿No era este un encuentro de combate normal? Si se permite el majutsu sin ningún atisbo de arte, entonces tendrías que haberlo dicho desde el principio... Ah, la forma de mi cabeza va a cambiar.

Adalbert toca el bulto como para revisarlo.

Cuando Yuuri lleva su mano al cuello, sus dedos se humedecen con algo que no es sudor o agua. Es sangre. Mira en silencio su palma, pero al poco tiempo la nieve cae sobre ella.

Poco a poco la nieve se torna escarlata.

Para cuando lentamente levanta la cabeza, la luz en sus ojos es diferente a lo normal. Está parado con los brazos cruzados y una expresión cínica en su rostro, su barbilla levemente alzada como si mirara por encima del hombro a otros. Sus ardientes y brillantes ojos negros están puestos en un objetivo: Adalbert.

—...No solo vais en contra de vuestro lugar de origen, sino que ignoráis la determinación hecha por una pura alma joven y arrojáis a un lado el voto de lealtad que habéis hecho a los mazokus como adulto...

Una voz grave y resonante con una manera de hablar floreada y difícil de entender. Expresiones que solo oirías en un drama histórico similares a un texto literario.

Es innegablemente el primer Super Maou Mode en largo tiempo.

—Usáis argumentos falaces basándoos en resentimientos egoístas, dando la espalda a vuestra patria para vagar. ¡Como si eso no fuera suficiente, deseáis el caos de vuestra tierra nativa por razones tontas que solo pueden ser entendidas como resentimiento! ¿Qué tan tonta y deficiente es vuestra alma? Mi nariz no deja de gotear debido a la vergüenza.

Es del tipo que su nariz comienza a gotear antes de que se le llenen los ojos de lágrimas.

—¡Sin embargo!

La enorme figura de un luchador de sumo que flota en el aire mueve un brazo acorde a su discurso. Abre los cinco dedos y se pone en la clásica pose de “Stop, se ha acabado la charla”[1]. El frío viento con aguanieve que se genera golpea sin piedad al publico entero.

Se detiene justo cuando Adalbert se cansa de escuchar el reclamo y piensa si simplemente debería atacar ahora. Buena entronización.

—...No hacéis mas que abogar por vuestros propios derechos y no sabéis lo que significa ofreceros a otros... Ah, ¿dónde quedaron las buenas y viejas costumbres de compromiso y confidencia hacia otros?

Como si fuera atacado por una tragedia monumental, se lleva la mano a la frente y mira al cielo. La escultura de nieve en lo alto acompaña el movimiento torciendo su cuerpo como si gimiera. Qué fantasmal.

—¿Qué sentido tiene atacar al próximo oponente habiendo estado insatisfecho con una victoria? ¡Von Grantz, enemigo con iguales oportunidades! Un hombre insolente como vos debería escuchar bien estas palabras. ¿Estáis escuchando? Atascad vuestros dedos en esas enormes fosas nasales que tenéis y escuchad bien. ¡Grabadlo en vuestra mente! ¡La virtud está en la modestia!

Muchas personas en la arena ladean la cabeza a un lado como si dijeran “¿eh?”. Eso es poco razonable. Y poco sanitario. Sin embargo, la mayoría de la gente admira la corriente de palabras más o menos solemnes. Se ve como hipnotismo en masa.

—Ya no sois uno de nuestros camaradas. Incluso la ex Maou dijo: “¡aunque intente volver no lo voy a perdonar, jeje!”.

No tenia por que decir esa parte en el mismo tono que ella.

—Oye, Su Majestad. —Adalbert golpea su hombro con la panza de la espada pescado y su cuello suena con un chasquido cuando lo estira—. ¿Cuando termina este discurso que me está dando sueño?

Siendo dejado fuera de todo lo que pasa y solo mirando a su señor de lejos, Conrart es tomado desprevenido por la valentía del hombre, aunque, los espectadores y los jueces que no saben nada del estatus social de Yuuri y su posición también lo están. Es incluso desafiante frente al modo Super Maou. Hasta el punto en que parece como si fuera a comenzar a picarse la... frotarse la nariz.

Los puños cerrados de Yuuri tiemblan ligeramente, puede que del enojo.

—...Ug, no hay cura para los músculos... ¿Así que esos músculos han corroído vuestro cerebro?

—Dices eso, Su Majestad, pero los músculos son lindos. Flexionarlos es una forma de pasar el tiempo.

—¡Callaos! ¡Sois un traidor que desea derrocar mi autoridad y esparcir el caos sin sentido por el reino! Von Grantz, vuestra existencia es un enorme obstáculo en el camino de mi perfecto y absoluto mandato al cual he llamado Plan “Mi Estatua de Bronce”. Aunque somos de la misma raza, abandonar el país es un crimen serio. En esta ocasión, ¡incluso el derramar sangre no es impensable...!

Lentamente baja el brazo izquierdo que ha estado apuntando al cielo y apunta el dedo indice directamente hacia Adalbert. Tres segundos para la sentencia de muerte.

—No me dejais opcion. ¡Os rebanaré! ¡Arrojaos sobre la espada de la justicia y caed al igual que Seizou Fukumoto[2]!

—¿Y ese quién es?

—¡Sentencia!

“Justicia” está escrito en escarlata sobre la nieve apilada a los pies de Yuuri. Solo sobre su cabeza, una ráfaga de pétalos de flores rosados caen meciéndose alrededor de él —aunque es nieve—.

Abandonado en el piso, Conrart siente una indescriptible inquietud ante la sucesión de palabras impropias.

Desde allí no puede ver lo que sucede en la plataforma lejana. Sin embargo, aunque solo puede escuchar voces, está inquieto por la diferencia respecto al Yuuri normal.

Algo está mal. Esto es completamente diferente a como Yuuri ha sido hasta ahora. Aunque sería bueno que solo fueran preocupaciones en vano.

De todos modos, que Yuuri no tenga una espada a pesar de decir “rebanar” es bastante normal.

—¡Maldición!

Lord Weller saca su espada corta que es solo de decoración y la clava en el pilar que también puede ser llamado la base de la plataforma. Luego clava su espada larga sobre esta y levanta su cuerpo con los brazos. Usando ahora esos dos puntos de apoyo, no tiene opción más que subir un paso a la vez.

—¡Woa, la nieve! —grita alguien sumido en el terror.

La nieve apilada por el viento toma una vaga forma femenina, cambia de expresión de repente y baja en picado hacia Adalbert. Tiene las cuencas de los ojos hundidas y la boca abierta de ira. Ah, y esta es vertical. Si hiciera ruido, probablemente gritaría “aowww”.

Una trompeta aguda suena en el lugar. Es una alarma de evacuación.

El viento nevado dibuja formas en el cielo enardecido y crea un clima horrible en el área. Es una verdadera ventisca. Sin embargo, incluso luego de ser abatidos por el advenimiento del fenómeno natural que obedece al majutsu, casi ningún espectador deja su asiento.

Una batalla como esta no es algo que se ve muchas veces en la vida. Las manos que sostienen bolsas de semillas explotadas están congeladas en su lugar y el alcohol derramado sobre los regazos se deja como está. El aire soplado dentro de globos de repente vuelve a las bocas. Hay quienes olvidan bajar los puños levantados y otros que no cierran sus mandíbulas. Incluso hay quienes desean escapar, pero están demasiado asustados para moverse y definitivamente van a tener pesadillas esta noche.

Si pueden ver algo tan impresionante, no les importa ser tapados por la nieve o lastimados. Incluso si sus esposas se van y vuelven a la casa de sus padres, se van a quedar pasado el toque de queda solo por esta noche.

Es más desear entretenimiento que valor. Es una cualidad inesperadamente simple de Shimaron.

Asaltado por la figura blanca mazoku, Adalbert chasquea la lengua. Tiene la leve inclinación de echarse atrás, pero inmediatamente recupera su compostura.

Raspado su dedo y dejando una única gota de sangre en la hoja, Adalbert murmura “¿qué fue eso?” para si mismo antes de llevar su rígida arma frente a su rostro.

En un instante, la espada se colorea rojo ardiente y brilla como si fuera metal caliente a medio forjar. La escultura de nieve que va hacia él es cortada en dos perfectamente y se dispersa en vapor.

—¡¿Qué?!

El usuario de majutsu no puede ocultar su disconformidad en esta primera experiencia. Hasta ahora, nunca se ha enfrentado a un solo enemigo que se resistiera. No se ha contenido en los más mínimo porque su oponente es de la misma raza. De verdad. Esa levemente ridícula y fría señorita mazoku es varias veces mas aterradora que Günter Nieve.

—...Ja. Es impresionante que puedas usar esa cantidad de majutsu en estas maravillosas circunstancias estando en tierras humanas y teniendo el templo justo a tu lado para colmo. Como uno podría esperar de un alma nacida para ser rey. Es diferente a un mazoku normal.

El agua evaporada que inmediatamente se enfría y cristaliza de nuevo se prepara lealmente para otro ataque como un devoto súbdito del Maou. Como un enjambre de abejas juntándose, el cielo se llena de puntos blancos.

—Impresionante, un enjambre de moscas. —Que sucio. El hombre que parece oler a sudor tuerce los labios en lo que podría llamarse una risa burlona—. Pero no te apresures tanto. No es siempre seguro que tu oponente no se resista y simplemente se arrodille ante ti.

La espada humeante recobra su color original gradualmente.

—¿Te has olvidado? He renunciado a mi parte mazoku. Mi estatus, mi posición, mi nombre... incluso mi maryoku. Pero he recibido mucho a cambio. El houjutsu que usan los humanos es una de esas cosas.

Hábilmente extiende abierta la mano izquierda que levanta de su muslo. Puntos azules se extienden desde la punta de sus cinco dedos.

—Este lugar está repleto de partículas que obedecen al houryoku. Justo como uno esperaría de un templo en Dai Shimaron. Entonces, este cambio en la atmósfera podría parecer trivial para el grandioso Su Majestad. Pero este es el mejor lugar para mi al usar houryoku.

Los puntos azules se vuelven llamas y se separan de los dedos para flotar en el aire. Se parecen a las luces sobre las tumbas.

—Y mi oponente es el actual Maou. Genial. Esto es emocionante. Probablemente nunca tenga esta oportunidad otra vez.

—¿...Así que desafiáis mi sentencia?

Sus ojos completamente negros brillan con frialdad. Tanto, que si alguien que conociera al Yuuri de siempre lo viera ahora pensaría que es una persona diferente.

—Muy bien, von Grantz Adalbert. Vos y vuestra familia han pasado al primer puesto de mi lista de gente la cual purgar. En nombre del 27avo Maou, declaro que todos los descendientes de la familia Grantz han de ser eliminados.

—¡Espera! Mi familia no tiene nada que ver con esto.

—Una familia con resentimientos hacia el rey solo será un obstáculo para mi mandato. Ah, pero von Grantz, esto no es nada que deba preocuparos. Solo debéis esperar del otro lado. Aquí en esta plataforma nevada, seríais el primero de aquellos con sangre Grantz que irá al infierno.

—Oye, oye, ¿no es tu personalidad un poco diferente? Siento que me han derrotado en mi propio juego. —Cuando mira hacia abajo, ve que la palabra a sus pies es ligeramente diferente a la de siempre. No es “justicia”, sino “usticia”... Falta una letra[3].

—No tiene caso discutir. ¡Preparaos, Adalbert! ¡Voy a partir aun más vuestra barbilla!

—Tsk.

La escultura gigante de nieve se separa en pequeñas masas. Objetos voladores del tamaño de pulgares circulan alrededor de Adalbert. Las figuras, mostrando sus dientes hacia su objetivo, se parecen mas a un grupo de insectos carnívoros cazando una presa que hadas de la nieve rodeando un objetivo.

La llama azul salta por el lugar más rápido de lo que el ojo puede ver y derrite un enemigo tras otro. Incluso luego de derretirse, se congelan inmediatamente y vuelven junto al usuario de majutsu.

Ninguno de los lados está progresando.

Yuuri se pone impaciente y se muerde el labio, la ventisca sobre su cabeza flanquea una única vez. Comprobando si se mueve como lo desea, levanta su mano derecha en alto y chasquea los dedos. El viento helado se vuelve una poderosa espada y baja en un arco hacia el hombre a vencer.

—¡...Ugh!

Adalbert levanta la espada roja brillante sobre su cabeza y derrite la espada de nieve, pero su mejilla y ambos brazos son severamente lastimados. Algo caliente se mueve hacia su quijada. Como si se abalanzaran hacia la sangre, las extrañas hadas de nieve se precipitan.

Es más grotesco de lo usual.

Desde cualquier angulo que lo veas, Yuuri parece el malo y Adalbert el bueno. Un pasional canto de “¡von Grantz!” se levanta en el lugar. Ahora la arena se ha unificado.

—¡Molestias, zumbando como insectos...!

Blande el salmón salado con un gran movimiento. El grupo de objetos blancos se dispersa y se junta nuevamente en el cielo. Mientras Adalbert corta a través de la espada de hielo, acorta la distancia con su oponente corriendo alrededor de diez pasos. La plataforma circular no es muy grande en primer lugar. Pronto estará lo suficientemente cerca para cruzar espadas.

—Mi espada cortará tu garganta antes de que tu majutsu me mate. Vamos, Maou. Apresúrate y prueba mi teoría. Tírame una bola de nieve o lo que quieras con tus manos.

—...Entonces que así sea.

Yuuri chasquea sus dedos y Adalbert blande su espada hacia abajo al mismo tiempo. Sin embargo, unos cuantos segundos antes de eso, Conrart logra llegar a la cima con sus precarias herramientas.

—¡Adalbert detente!

Es demasiado tarde. El hombre que ha abandonado a los mazoku ya se encuentra en movimiento y no puede detenerse. Incluso si escucha la voz de Conrart.

—¡El alma de Yuuri es la de Julia!

La punta de su espada se hace a un lado hacia la izquierda a ultimo momento para cortar solo una capa de piel.

—¿Qué...?

Una continua lluvia de nieve cae sobre Adalbert dese arriba mientras tropieza hacia adelante. A excepción del codo para abajo del brazo derecho que sostiene su arma, es cubierto por una montaña de nieve y deja de moverse. Varios segundos de silencio despues, el publico ebulliciona en vitores como el mecanismo de un reloj, todos a la vez.

El vencedor voltea.

—¿...Quién...?

Justo cuando casi pregunta “¿quien eres?”, Conrart se queda mudo. Él tiene unos fríos y cautivadores ojos que no puedes dejar de mirar.

Sin embargo, no hay un ápice de bondad en ellos.





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  1. Esta es una referencia a las poses de sumo, que también se asemeja al teatro kabuki, con la palma de una mano hacia adelante en posición de “alto”.
  2. Seizo Fukumoto es un actor de dramas históricos que siempre hace el papel del que pierde los duelos de espadas. También participó en la película El Ultimo Samurai.
  3. En el original “sei-gi” (正義), al primer kanji le falta el trazo superior, formando止. Los kanjis significan “parar” y “justicia/verdad/honor”.