Maru-MA Volumen 03 Capítulo 1

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Un día en Mundo Marino con un chico. Bien, genial, ¿por qué esto me pasa esto sólo a mí?

Son vacaciones de verano, tiempo para el béisbol, el recién formado equipo amateur y los Seibu Lions, a los que yo como fan he dedicado la mayor parte de mi vida, mí tiempo completo.

Hoy vine por una llamada que me hizo Murata:

—Me rechazó —dijo él triste.

—¿Quién? ¿Tu novia? —quise saber.

—No, tenía pensado invitarla a una cita en Mundo Marino para confesarle mis sentimientos, pero ella me dijo que no.

—Entonces, ¿te confesaste y ella te rechazó?

—No, ni siquiera me confesé. Ni siquiera quiso ir conmigo.

—Pero eso no es ningún rechazo, es una cancelación.

—Pero se sintió igual —suspiró Murata—. Y ya había comprado las entradas.

—Bueno, eso sí que es tener mala suerte.

— ¿No quieres venir?

—Pero, ¿cuándo es?

—Los tickets son para el 28.

—Pero el 28 es la noche de juegos en el domo de los Seibu…

—Rayos, ¡a la mierda con la noche de juegos! —dijo Murata con voz indignada y de una forma atípica en él—. ¿Ya olvidaste cuánto tiempo he sacrificado por tu estúpido béisbol? No sólo para los juegos, sino incluso para las prácticas. ¡¿Y ahora vas a dejar a tu buen y viejo amigo con el corazón recién partido?! Vamos, no te cuesta nada, las entradas ya están pagas. ¡Vamos, por favor!

—Ok, ok, entiendo, voy contigo. Pero tengo que decir que si eres lo suficientemente persistente ella eventualmente aceptara.



Mi amigo miró al cielo con una expresión exagerada.

—Shibuya Yuuri Harajuku Furi, tan ingenuo como eres, ni siquiera puedes entender cómo se siente esto.

—¡Espera, Murata! ¿Qué edad tienes después de todo? ¡Y Harajuku Furi no tiene nada que ver con esto!

Y así pasó Shibuya Yuuri su tarde en el Mundo Marino de casualidad. Así es, yo me llamo Shibuya Yuuri. Yuuri como “ventaja”, con el mismo kanji de la palabra “interés”. He sufrido muchos disgustos desde mi nacimiento y a lo largo de mis 15 años de vida por estos estúpidos nombres.

Y como mi papá trabaja en el banco, temía que mis padres hubieran pasado todo el día pensando en las tasas de interés y me pusieran el nombre debido a las pérdidas. Pero finalmente aprendí que el que me lo puso fue un amistoso hombre joven que dejó ir a mí madre en su taxi poco antes de mi nacimiento. ¡Pero igual! ¡Por lo menos podían escoger otro kanji! Bien, sí, me consuelo con el pensamiento de que mi hermano mayor le toco algo peor. ¡Su nombre significa “victoria”! Shibuya Victoria, ¡eso es aún más gracioso que mi nombre! Suficiente con eso, ahora tengo que cargar con el desanimado Murata por Mundo Marino, que insiste en que ha recibido un desaire de una chica, aunque en realidad no fue tan malo como un rechazo directo. Y así nosotros dos, un chico con gafas y un fan del béisbol, fuimos a Mundo Marino juntos, rodeados de parejas y padres con sus niños. Caminando a través del túnel de vidrio tenemos una espléndida vista del tanque sobre nosotros, podemos ver el nautilo, el pez de fuego, el pez dardo de fuego, el pez coral, el Arapaima y también el pez sierra que nada grácilmente, las deliciosas Sardinas y los Bonitos.

—Si solo estuviera con una dulce chica —suspiré.

—Hombre, ¿no te gusta pasar tiempo conmigo? ¿Si nos tomamos de las manos te sentirías mejor?


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—Rayos, sólo estoy maldiciendo mi solitaria existencia. Mañana serán 16 años y todavía no tengo novia.

—¡¿Mañana es tu cumpleaños?! No tenía ni idea. Entonces dime, ¿qué quieres para tu cumpleaños? Mira esto, ¿quieres un colgante para celular de la tienda de regalos? Este es realmente muy tierno, ¿no te parece?

—¿Un colgante para celular? Sabes muy bien que mi teléfono celular está roto.

—Entonces es buen momento para comprar uno nuevo. Los mensajes de texto son realmente convenientes.

Miré en medio de un suspiro el dorso de mi mano derecha. El sello de entrada para los visitantes de un día fue impreso con una tinta especial, si pongo mi mano bajo un scanner la marca brilla en color verde.

—No necesito ningún teléfono celular. Y no me sirve la función de texto.

—¡¿No necesitas un teléfono celular?! ¿Qué es esa tontería? ¡Todos necesitan un celular! Todo el mundo tiene uno, excepto tú. Por eso es que a veces realmente pienso que vienes de otro mundo.



¡Si tú supieras!

Han pasado tan sólo tres meses desde que… ¡caí en un inodoro y aterricé en otro mundo! ¡De verdad! Y allí incluso he sido declarado rey en contra de mi voluntad. ¡No es broma! Ni siquiera tenía dieciséis años. Un chico de escuela secundaria con apariencia completamente normal e inteligencia promedio y… ¡he sido nombrado rey de los mazokus!

Por supuesto que lo primero que pensé fue que era un sueño. Pero cuando desperté aun colgaba de mi cuello un talismán que me había dado alguien de ese mundo. Es una piedra del tamaño de una moneda de 500 yenes que llevé colgando desde el momento en que me la puso alrededor del cuello. Su borde es de plata y su color azul es el de los Leones. Esta piedra mazoku me recuerda todos los días que no ha sido un sueño. Es un hecho: nací con el alma de un demonio y prometí proteger el reino de los mazokus.

—Toma tu número de una vez, Shibuya. —Murata me empuja.

Un empleado de Mundo Marino me entrega un pedazo de papel verde.

—¿Mm? Ah sí, gracias.

Nos hemos trasladado desde la salida del acuario y hemos llegado al show de “Los amigos del mar”. Una ola de calor golpea contra nosotros. Estamos en un estadio al aire libre, el sol de verano quema sobre nosotros. Caminamos hacia abajo por las hileras de bancos azules buscando asientos vacíos. Al otro lado de la larga piscina está el escenario.

—¡Maldición, qué calor!

—¡Deja de lloriquear! Cuando corres y pasas el mismo calor en tu uniforme de béisbol no te quejas.

Aunque soy consciente de la inutilidad del acto, me abanico con el trozo de papel, mi cuello es tocado por breves momentos por el viento.

— ¿Al menos hay chicas en traje de baño aquí?

— Mira, en el escenario. —dice Murata

¡De verdad había! Ahí están las entrenadoras en traje de baño con las focas.

Mis pensamientos vagan. ¿Quién es más majestuoso? ¿El rey pingüino o yo? ¿Cómo debería organizar la práctica de mi equipo para la próxima semana? Me quedo viendo distraídamente la actuación de las focas: pasan un balón de futbol por un aro de baloncesto y una mujer en traje de buzo golpea con fuerza un tambor color rosa.

— ¡27! ¡Número 27! ¿Sería tan amable de venir al escenario, por favor?

En el asiento de al lado un niño se aferra a las rodillas de su padre y comienza a llorar.

—¡Oye, Shibuya! —me dice Murata y me pega con el codo en el costado. — ¡El 27! ¡Ese eres tú! —Perdón, ¿qué soy yo?

— ¡La persona del público con el número 27! ¿Puedo pedir que venga al escenario?

— ¡Vamos, Vamos! Apresúrate, sino otro niño tomara tu lugar en el escenario.

Echo un vistazo a la nota en mi mano. Claramente hay un número 27 impreso en ella.

¿Entonces fui elegido? ¿Y qué pasa con el niño? Murata toma mi mano y me lleva bajando las escaleras contento y con una gran sonrisa como si hubiera ganado la lotería.

— ¡Oye! ¡Cuidado! ¡No tan rápido!

La entrenadora me pone una gorra azul en la cabeza y me hace pasar por una puerta de acrílico, entonces me da una cosa pequeña que cuelga de su mano.

— ¡Felicidades! Estos son tus premios, una genial gorra de delfín, y un llavero con un tierno delfincito. Lo colocaré en tu cinturón así no lo perderás.

Continuo perplejo.

De hecho, mis regalos están todos decorados por delfines gris-azulado. La gorra tiene la visera como el pico del delfín y dos ojos negros en ambos lados, el llavero tiene un pequeño delfín colgando con su boca ligeramente abierta. Se ve muy tierno, mucho mejor que los reales.

— ¿Puedo preguntarle en nombre de todo el público aquí presente si puede estrechar la mano con nuestra estrella? — dijo la joven sonriendo.

¿Qué pasa si le doy la mano a… algo como un delfín? ¡Ni loco!

Sin decir una palabra, tres personas del staff me arrastran al borde de la piscina.

—¡Esperen, esperen! Los delfines no son realmente mis favoritos. ¿No tienen un par de orcas o leones marinos a los que les pueda estrechar la mano?

Ninguna respuesta.

—¡Aquí están, nuestros amigos Bando y Eiji, las marsopas[1] gigantes !

Dos brillantes aletas dorsales grises vienen cortando el agua y nos salpican.

—¡Oigan, chicos! ¡Díganme que es solo una broma! ¡De verdad no me llevo bien con los delfines!

Aun no hay reacción.

—¡Oye, Murata! ¡Por favor ayúdame!

—¡Shibuya, suertudo! ¡Te envidio!

Una de las dos criaturas, no puedo decir cuál, si Eiji o Bando, se dirige hacia la superficie manteniéndose ahí y salpicando. ¡Por dios! ¡Esta bestia es enorme! Me extiende una aleta verde azulada brillante mientras sus ojos avivados me observan y su boca ligeramente abierta muestra unos pequeños y filosos dientes en forma de cremallera.

—Entonces... aquí parece que termina todo antes de mi decimosexto cumpleaños de mañana…— murmuré.

—¡No tenga miedo! De ninguna manera lo van a morder.

No hay escapatoria, el personal ha bloqueado mi vía de escape. El delfín se pone a mis pies y me dedica una fuerte mirada abismal. “¡Hey, tú humano! ¡Terminemos rápido con esto así finalmente obtendré mis sardinas!” parecería querer decirme. Abre la gran boca y un chillido corta el aire. "¡Kschaaaaaa!"

— ¡Ahhhhh! —grito del miedo. Extiendo dubitativamente mi mano derecha y toco por fin su aleta viscosa al tacto. Es pegajosa y fría como el hielo. Siento como aprieta mi mano ligeramente. Un momento ¿Cómo puede ser? Si es solo un delfín, no puede estrecharme la mano con su aleta, ¿o sí? Pero entonces… ¿Qué es lo que está tirando de mi mano?

— ¡¡Oye, déjame ir!! ¡Suéltame!

Justo antes de ser jalado a la piscina pude oír la exclamación de anticipación del staff y el público, y vi por el rabillo de mi ojo como Murata extendía su mano hacia mí. Pero en el siguiente instante el agua azul me tragó. Mis ropas están completamente mojadas y se vuelven pesadas, mis brazos y piernas están torcidos. Aunque la piscina no debería ser muy profunda caigo más y más hondo en lo que parece un abismo. ¡Maldición, ¿dónde está el fondo?!

Espera un momento... ¿No me había pasado esto antes? ¿Dos veces?

—¡No de nuevo!

Soy tragado de espaldas en las profundidades, y yo he tragado una gran cantidad de agua también. Mi espalda se estrella contra el cemento muy duro. Físicamente eso era completamente imposible... biológicamente y arquitectónicamente también. A menos que aquí David Copperfield hubiera puesto manos a la obra. ¡O la princesa Tenko[2]!



— ¿Dime, mami?

— ¿Qué pasa, Yuu-chan?

— ¿Por qué a la gente le gusta tanto jugar con delfines? Es estúpido.

— ¡Pero si son lindos! ¿No te gustan los delfines?

— Bueno, no del todo. No se puede saber lo que están pensando. Pueden dar la mano o nadar a nuestro alrededor amigablemente, pero ¿y si en realidad se burlan en secreto de nosotros? ¿Y si en realidad nos miran desde arriba y piensan para sí mismos “vamos a divertirnos un poco con estos pequeños humanos”?

— ¡AH! ¡Ya te entiendo! No puedes llevarte bien con gente que no sabes lo que piensan. Pero eso es justamente por lo que mamá cree que es importante que te esfuerces en entenderte con ellos. La amistad necesita tiempo para crecer y florecer. Pasar tiempo juntos, recostarse a mirar las estrellas y conversar, así es como consiguen comprenderse mejor entre ustedes. ¿Entiendes lo que quiero decir, Yuu-chan?



¿Amistad? ¿Con delfines? No gracias, yo paso.

Miro hacia arriba el contraste brillante de azul, celeste y blanco. El agua salada me quema los ojos, probablemente me encuentro en el mar y no en una piscina. Mi cuerpo flota a la deriva como una medusa, se mece hacia delante y hacia atrás.

El sol todavía estaba alto en el cielo, quemando, brillante e intenso. La piel de mi cara y mi cuello arden bajo el sol veraniego. Me recuerda a las vacaciones de verano cuando era pequeño. Siempre quería ir a la playa con mi familia, así podríamos comer un montón de sandía, prender fuegos artificiales y coleccionar montañas de conchas marinas.

Ya estoy bastante acostumbrado a despertar en un mundo completamente diferente, siendo que esta es la tercera vez que me pasa. Ellos me llamaron de nuevo. Viajar por un remolino de agua y ser arrastrado aquí aunque no quisiera no es nada nuevo, pero nunca esperé que pasara en frente de una enorme audiencia.

La última parada de mi viaje, Shin Makoku, ya es un lugar familiar para mí. Para mí fortuna ya hice amigos allí, por lo tanto no es tan malo. La historia a grandes rasgos seria: el protagonista se encuentra en un extraño mundo de espadas y magia y debe realizar acciones heroicas. Sólo que en esta historia yo no soy el héroe, sino el Maou, el enemigo final del juego. Me tomó tres meses en la Tierra para aceptar la situación más calmadamente.

Un triángulo gris que flota en la superficie del agua se acerca a mí desde el lado de mi pierna derecha. Debe ser uno de los delfines. Pobre tipo, ahora también he arrastrado a un animal inocente a este mundo. Superando mi temor extiendo una mano hacia él para acariciar su cabeza brillante. Las yemas de mis dedos tocan ligeramente su cabeza. Sé siente mucho más áspera que la aleta pectoral, la cual ya tuve el placer de tocar en el espectáculo.

—¡Oye, chico! No me extraña que puedas nadar tan rápido. Ian Thorpe[3] utiliza ese traje de natación que tiene la estructura de la piel de un tiburón.

¿Alguien acaba de decir tiburón?

Nuestros ojos se encuentran, me quedo mirando a los ojos a un tiburón… ¡Un enorme tiburón blanco!

Siempre me han disgustado las criaturas marianas porque no se puede saber bien que es lo que están pensado. ¡Pero en este caso es completamente diferente! Lo que este animal piensa en este momento no es difícil de adivinar: ¡La cena está servida, en forma de humano! Y con el tema de la película Tiburón como música de fondo.

Dejo escapar un grito agudo y huyo en una mezcla caótica de crol y brazada de perro. ¿Esto se llama estilo libre? Maldita sea. ¿Qué debo hacer? ¿Hacerme el muerto? No, eso funciona sólo con los osos. ¿Debería solo ignorarlo? No, eso funciona sólo con los profesores. Maldita sea, ¿qué truco debo usar en caso de ataque de un tiburón? ¿Rendición incondicional?

— ¡Su Majestad! ¿Está usted bien…? ¡Oh no…!

Desde la distancia llega una voz familiar a mis oídos. Un barco de lujo se acerca, es demasiado vistoso. Con tremendos movimientos hechos con un remo se mueve a una vertiginosa velocidad hacia mí. Sentado en él está el dúo que se ha metido en la cabeza hacer de Yuuri Shibuya un Maou experimentado, cueste lo que cueste.

— ¡Pero qué desvergonzado! ¿Cómo se atreve un tiburón a acercarse a Su Majestad? —exclama Lord Gunter Von Christ pálido de la ira.

Gesticula exageradamente con el remo en las manos, como si quisiera retar al tiburón a un duelo. Su pelo grisáceo cae despeinado sobre su espalda, sus ojos violeta chispean inyectados de sangre y su voz de barítono tan seductora se ha reducido a un falsete histérico. Ninguna mujer podría resistirse realmente a la belleza del profesor autoritario, pero frente de mí este esquema de la perfección se ha derrumbado en mil pedazos inevitablemente. Sin embargo el rostro de Lord Weller refleja una mezcla de serenidad y una sonrisa dolida mientras ve “la escena del descuartizamiento de un pequeño niño”.

Conrad, ¡¿cómo puedes hacerme esto?! ¡Tú único compañero de béisbol en este mundo está a punto de ser convertido en comida para peces!

— ¡Cálmate, Günter! Usa el remo para acercarnos, toma como referencia la cabeza de su majestad, yo lo agarraré.

Ya no me quedan fuerzas cuando Conrad me toma del brazo y me salva subiéndome al bote. Estoy empapado, sin aliento y mi corazón late acelerado con miedo. Conrad me aferra con facilidad.

— ¡A salvo! Casi soy tragado por esa bestia. — jadeo.

— ¡No se preocupe, Majestad! Estos animales no atacan a los humanos.

— ¡Eso es un tiburón, Conrad! ¡Un tiburón blanco! ¡Y estaba a punto de morder mi pierna derecha!

— Los tiburones son vegetarianos, Su Majestad. Sólo quería jugar un poco con usted. Sí, es un hecho, los animales de este mundo se comportan en gran medida de manera muy diferente a los del nuestro. Ya lo había notado en mi última estancia.

Me alejo de los brazos de Conrad.

— ¿Cuántas veces he dicho que no me digas Su Majestad? Fuiste tú quien me llamó Yuuri. Lord Conrart Weller fue quién tuvo mi alma —cuando yo aún no era “yo”— en el trayecto final para llevarla a un mundo extraño llamado Tierra. Y en una esquina de Boston se ofreció a compartir un taxi con mi madre cuando iba al hospital a darme a luz, y durante ese viaje sugirió un nombre para mí: Yuuri.

Conrad parece un hombre joven de veinte, pero en realidad su edad es cinco veces más de la que aparenta, al igual que todos aquí.

Los mazokus tienen una vida muy larga y una enorme belleza. Él también, pero Conrad es mitad humano y mitad mazoku, así que luce bastante más simple. Los demás mazokus nobles pertenecen al club de los “chicos lindos”. Aun siendo su rey, yo no me veo nada más que como un chico normal debe lucir, mi complexión e inteligencia solo pueden ser clasificadas como mediocre en todos los aspectos. Me parece de lo más injusto. Solo puedo esperar y tener fe en el cuento de Andersen, tal vez como el Patito Feo me convierta en un hermoso cisne. Pero por otro lado, tal vez algún día pueda encontrar una chica que piense que la personalidad de un mazoku es más importante que su apariencia. ¿Una fan de “La bella y la bestia” tal vez? Si hay alguien así, por favor siéntase libre de contactarme.

— Maldita sea, ¡qué calor hacer aquí!

Incluso en este mundo parecer ser verano. Mi ropa está empapada pero no siento frio, la tela mojada se pega a mi piel haciéndome sudar aún más. Peleo con dificultad para quitarme la camiseta. Cuando llego a la hebilla del cinturón de mi pantalón mi mano tropieza con el llavero del delfín. ¡Este estúpido delfín!

Conrad me observa con cuidado.

—¿Puede ser que sus músculos hayan crecido un poco?

—¡No solo un poco! Aquí, mira mis bíceps.

Esto es gracias a mí entrenamiento diario. Estoy alegre y sonrío mientras Conrad presiona mis “músculos de jugador de béisbol”.

—Entonces debe conseguir una nueva espada, una para hombres adultos.

—No necesito ninguna espada, Conrad.

—Sí, pero…

Conrad es interrumpido por un largo e indefinible grito lloroso y chillón.

Günter está a punto ser acosado por un grupo de tiburones. — Oye, estos animales son verdaderamente muy mimosos.

Tiburones vegetarianos mimosos. Todavía no estoy realmente acostumbrado a este tipo de cosas.



Esta es mi tercera estancia en este mundo. Y esta vez llegué a un lugar completamente desconocido para mí. La arena blanca y el mar azul con algo de turquesa serian un folleto perfecto para un viaje a Grecia. Muy cerca de este pintoresco telón de fondo está nuestro destino, un edificio que arquitectónicamente tiene el estilo de un castillo, pero su estructura es significativamente diferente comparada con los dos castillos donde estuve previamente. Temí que con este calor tuviera que usar mi uniforme escolar, pero la ropa que me trae la sirvienta es un set de verano de dos piezas color beige, parece ser de un material parecido al lino. Me pongo una especie de pantalones abultados, aunque son demasiado grandes para mi cintura. La sirvienta mira al suelo bajando la cabeza angustiada, creo que está preocupada porque piensa que ha cometido un error con la ropa y me voy a enojar con ella por eso.

—No hay ningún problema, puedo ponerme un cinturón. — digo conciliador.

—Majestad ¿Ha perdido peso? Esperemos que no sea su salud la que…— dice la chica.

—No, que no cunda el pánico, es sólo el resultado del entrenamiento de mis músculos. Tengo un dispositivo para entrenar los abdominales.

¡Lo conseguí por 1000 yenes en una tienda de descuentos! Mi objetivo es el six-pack de Kamen-Rider[4]. Mientras saco mi cinturón de los pantalones mojados Günter entra a la habitación y corre hasta el rincón donde me encuentro.

—Un momento, Su Majestad, me aseguraré de que la temperatura sea agradable.

No hay electricidad en un mundo dónde las espadas y la magia son cosa de todos los días. Pero a pesar de la falta de aire acondicionado al llegar me libré de mis zapatos y calcetines y el frio penetra por las plantas de mis pies.

Sin embargo, antes de pudiera asegurar que no hace tanto calor, Günter dio una señal con su mano derecha. Un sirviente se acerca rápidamente con los brazos estirados a sus lados sosteniendo un pato por el cuello en cada mano. Los patos torturados agitaban sus alas con todo su poder. ¡Ajá, ya entendí la idea! Y de hecho sopla una brisa fresca, pero también envía un fuerte olor hacia mí. Y también siento lástima por los pobres animales.

—No puedo soportar verlos así, ¡escúchenlos gritar! — me apresuro a decir. — La sociedad protectora de animales consideraría esto un acto de crueldad... ¡Y ya está lo suficientemente fresco aquí igualmente!

—¡Oh, su misericordia no tiene límites! ¡Incluso hasta las criaturas insignificantes logran tocar su bondadoso corazón! ¡Este es nuestra Majestad! ¡El 27avo Maou de nuestro reino fundado por el Gran Shinou, el poderoso, sabio y valiente mazoku que, ah, nunca debemos olvidar que el mundo completo no se ha originado de los mazokus, con el poder de vencer a shoshu, la sabiduría y el coraje para prosperar en la eternidad! Majestad, he dicho algo incorrectamente a propósito. ¿Puede decirme que parte es?

— D…Disculpa, yo n…no estaba poniendo atención. — tartamudeé.

El hermoso hombre responde decepcionado.

— En verdad, Su Majestad, debo pedirle encarecidamente que permanezca aquí por más tiempo y aprenda algo más sobre el país, las personas y las bases de nuestras relaciones diplomáticas. Usted ya no debería volver al otro mundo, ahora su fiel Günter permanecerá a su lado para siempre.

La situación claramente se aleja de los hechos reales… Pero Conrad, que había llevado los patos afuera, voltea de nuevo hacia nosotros maravillosamente y sin esfuerzo.

— Günter, otra vez con eso. ¿No te lo he dicho ya? No tenemos el derecho exclusivo sobre Su Majestad.

La actitud de Conrad es serena y tranquila como siempre. Él siempre sabe cómo manejar este tipo de situaciones. Hay muchas cosas que puedo aprender de él, por ejemplo: como tratar con Günter. Él continua: — La existencia de Su Majestad es muy importante para la Tierra y Japón, no podemos monopolizar su tiempo.

Si realmente fuera tan importante, ¡¿entonces porque me la pase calentando el banco de suplentes los últimos tres años?!



— ¡Günter! ¿Qué significa esto? — se quejó una voz. El tronar de los pasos y su rápido despliegue tienen algo de intimidante.

— ¡¿Por qué sólo mi hermano ha sido enviado a buscar a Yuuri sin que se me informara?! ¡No dejaré que ustedes me engañen! Como su prometido, tengo el derecho…

El que entró sin permiso es el chico lindo con la apariencia de un ángel, Lord Wolfram von Bielefeld. Él se detiene a medio camino y parecería estar perplejo y sin palabras al ver mi torso desnudo, su bello rostro se arruga.

— Yuuri ¡Dios mío! Mira tu cara y tus brazos… ¡Están oscuros! ¿Has cogido una terrible enfermedad? ¿O una maldición?

—¡No es nada de eso! ¿No estás siendo demasiado rudo? —le recrimino a Wolfram. De hecho, mi cara y mis brazos están tostados, pero mi torso y piernas siguen siendo blancos como la nieve. Tener la marca de la camiseta hecha por el sol es un honor en el béisbol, pero no es realmente el mejor aspecto para mostrar mi torso desnudo como ahora.

Wolfram me pellizca la mejilla con el pulgar y en índice.

— ¡Au-au-au-ay! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

Él pregunta mientras mira directamente hacia Conrad: — ¿Es él de verdad?

Conrad asiente con la cabeza.

— Pero si es Yuuri, ¿quién es al que iba a ver mi hermano mayor?

— Ese probablemente sea un impostor.

Si Wolfram habla de su hermano mayor no se refiere a Conrad que se encentra delante de él, sino a su hermano mayor Lord Gwendal Von Voltaire.

Conrad, Wolfram y Gwendal son medio hermanos, hijos de la misma madre. Hasta hace poco eran Sus Altezas Reales, príncipes de los mazokus. Pero cuando la ex Maou anunció su renuncia y tuve que tomar el cargo, los tres hermanos se convirtieron en Sus Excelencias, los ex Príncipes.

Wolfram es un chico lindo si igual, como un chico del coro de Viena salido de un manga shoujo. Aunque en cuanto al tipo de cuerpo su apariencia no es mejor ni peor que la mía, la diferencia entre nosotros es tan grande como entre el cielo y el infierno. Puedo imaginar que todos los artistas del mundo pelearían por pintar su retrato, y si apareciera en los sueños de alguien el soñador seguramente estallaría en lágrimas pensando que vio un ángel. Como sea, apenas él abre la boca… olvida los ángeles… es tan solo un príncipe terrible, mimado y caprichoso. Como él dice, y solo si uno cree en sus palabras, tiene ochenta y dos años de edad. Si viviera en Japón sería un viejo obstinado. Y debido a una pequeña, muy pequeña diferencia cultural, de algún modo quedamos comprometidos.

Lady Cäcilie von Spitzberg es la madre de los tres hermanos y la ex Maou, ella insiste en que la llamen Cherie. Como ella misma destacó feliz, su amor por los hombres superó la barrera de las especies y el fruto de su unión con un espadachín fue el mestizo Conrad. Tal vez fue la influencia del ADN humano que hizo que las características de Conrad no sean tan espectaculares en comparación con otros mazokus. Su cara con una sonrisa fresca y su cicatriz en la ceja se podrían contar como atractivos masculinos. Si hubiera vivido en Estados Unidos probablemente se habría convertido en modelo para G.I. Joe[5]. Nadie se ve mejor vistiendo un uniforme militar como Conrad.

— ¡Wolfram, quita tus manos de Su Majestad de una vez! — le recrimina Günter disgustado y los dedos del hermano menor que deformaban mi mejilla se evaporan. — ¡Nunca te perdonaré dejar ni una sola pequeña marca de huella dactilar en ese hermoso rostro!

El ideal de belleza de un mazoku, teniendo en cuenta las evidencias, se aleja al menos siete veces del nuestro. Günter de verdad cree que yo soy más hermoso que todos los mazokus juntos, incluido él mismo. Los ojos y el cabello negro son extremadamente raros en un mazoku, y esa rareza le da un inmenso valor.

—¿Qué está pasando aquí realmente? ¿Por qué un impostor? ¿Por qué yo no debería ser “yo”?

—Durante su ausencia un estafador descarado apareció en escena y ha abusado de su nombre. — dijo Günter.

—¡Increíble! ¿Una persona que dice ser “Yuuri Shibuya”?

— No tan específicamente, Su Majestad. En Sverera, al Sur de nuestro país cerca de Conashia, fue arrestado un criminal por hacerse pasar por el Maou. En primeras instancias este evento fue ignorado porque no podría haber sido usted. Pero ahora se ha anunciado la fecha de la ejecución de esa persona, lo que nos tenía un poco incómodos. Hasta que no tuviéramos absoluta certeza no podíamos asegurar que ese criminal no era su Majestad…

Conrart lo interrumpe: — No podíamos dejar de lado que tal vez Su Majestad llegó a las afueras del país sin nuestro conocimiento. Nos vimos obligados a esclarecer las verdaderas circunstancias, esa es la razón por la que le hemos llamado en esta ocasión.

— ¡Claro, claro…! Y por eso me caí en la piscina cuando estrechaba la mano con Bando y termine flotando cerca de un tiburón en el océano…

Wolfram gruñe descontento: — ¿Bando? ¿Quién es bando? ¿Otro hombre?

— No sé si Bando es hombre o mujer. Como sea, Bando es solo un delfín. Entonces ahora que estoy aquí frente a ustedes soy la prueba de que ese otro tipo no era yo.

— ¡Así es, su Majestad! Su sabiduría siempre me deleita.

Por favor, no de nuevo. Verdaderamente lamento no poder estar en otro lugar en este momento.

Pero por otro lado, ¡ hay un impostor mío en un país extranjero que cometió un crimen bajo mi nombre! ¡Qué descarado! Solo sabía que el maestro Mito Komon, el Shogun, o Michael Jackson tuvieron incontables imitadores. Así pasa con las celebridades o las deidades, es inevitable que con el tiempo aparezca gente que trata de imitarlos. ¿No es un estafador la mejor manera de probar que mi popularidad ha incrementado?

— Pero, ¿por qué quiere Gwendal ir a encontrarse con mi doble? Como ya he aparecido la cosa aquí ya está aclarada, ¿verdad? ¿Por qué Gwendal se tomaría la molestia…? — me quedé sin palabras. De repente ante mis ojos apareció la figura del hermano mayor.

—Usted tiene razón, Su Majestad, por supuesto que para nosotros es totalmente indiferente si aparece un loco impostor humano en el patíbulo. Pero este… ¿cómo lo llamó?

— Doble.

— Sí. Hemos recibido información de que su doble está en posesión de un artículo en particular que sólo puede ser manejado por el Maou. Este es un tesoro muy importante para los mazokus, fue llevado fuera del país hace 200 años y desde entonces jamás volvió. Si esta información es correcta, entonces debemos obtener el tesoro de vuelta para aumentar nuestra fuerza. Hace veinte años enviamos a un hombre para buscarlo, un pariente de Gwendal.

— ¿Cuál era su nombre? — preguntó Conrad.

— Grisela, Lord Gegenhuber Grisela.

— Ah, sí, exactamente, Lord Huber.

Conrad se pone incomodó al oír ese nombre, aunque siempre es amable con todo el mundo ese hombre no parecía tener buena relación con ninguno. Volteo hacia Wolfram.

—¿Qué pasa con ese? — le pregunto a Wolfram.

— Es el primo de mi hermano por parte de padre. Una tía de la casa Voltaire en la familia Grisela.

— Oh. — me siento un poco perdido. — ¿Y nadie más puede acercarse a ese tesoro? ¿Acaso muerde, quema, o te escupe?

Recordé vívidamente la primera vez que toqué a Mörgif, me había mordido el dedo.

— No exactamente, Su Majestad. Es muy posible que alguien se haya apoderado de ese tesoro, pero en este mundo sólo usted puede tocar en él.

— ¿Tocar…?

— La flauta, Majestad.

— ¡¿Es la mateki[6]?! — pregunta Wolfram con un aumento repentino de su voz, parece emocionado. — Sólo la conocía por las historias de mis padres. ¡Dicen que su sonido es fantástico! ¡El cielo truena, la tierra tiembla, el mar se enardece! ¡Ese es el poder de la flauta que invoca tormentas!

Imaginé en mi mente la imagen de la flauta que había visto a la gente tocar en conciertos. ¿O eso era un flautín? Me vi obligado a revisar en mi memoria. Parecían pequeñas, pero esta debería ser realmente ruidosa. ¿Tal vez era esa que se asemeja una especia de caracol?

— Siempre he querido escuchar la mateki. ¡No puedo esperar! Tengo curiosidad de ver como la tocará Yuuri.

—¡¿Tocar la flauta?! ¡¿Yo?! ¡¿Es una broma?! ¿Se golpearon la cabeza o algo?

Conrad sigue la conversación con los brazos cruzados apoyado en la pared como de costumbre: — Dudo mucho que el pueblo de Sverera nos haga el favor de dejarnos tomarla del ataúd del criminal.

—¿Crees que la confisquen? Espera un momento, ¿ataúd…? ¡¿Van a matar a mi doble?! ¿Qué crimen ha cometido?

— Si no me equivoco se fue corriendo sin pagar la cuenta.

—¡¿Pena de muerte por comer y salir corriendo sin pagar?!

¿Qué? ¿Creen que me quedaré sentado sin hacer nada? ¡Mi doble va a ser ejecutado por no haber pagado la factura de su comida! Va a morir y no puede escapar a ninguna parte. ¡Eso sería un escándalo! ¡Debo evitarlo!

— ¡Hay que salvarlo, Conrad!

— ¿Perdón?

— ¡Tenemos que salvar a mi doble!


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Referencias

  1. Yuuri los llama delfines pero en realidad son “Marsopas” (en latín significa cerdo de mar). Las marsopas son similares a los delfines, pero mucho más pequeños. Igualmente, a Yuuri no le gustan los delfines, y al parecer las marsopas son demasiado similares a ellos para él.
  2. David Copperfield y La Princesa Tenko son dos magos. El primero es mundialmente famoso, y la segunda es conocida en la cultura japonesa. El nombre real de ella era Marie Akose, y pasó de cantante a maga, volviéndose tan famosa que en los años 90 hasta lanzaron una muñeca en su honor.
  3. Ian Thorpe es nadador australiano. En Australia los deportes nacionales son el rugby y la natación. En julio de 2001 confirmó su dominio en el Campeonato Mundial de Natación, celebrado en la ciudad japonesa de Fukuoka, al conquistar seis medallas de oro en diferentes categorías. Tal vez la razón por la cual Yuuri lo conozca.
  4. Kamen Raider es un héroe de una serie tipo Power Rangers que anda en una moto y lleva un traje con un casco que parece un saltamontes. Su nombre significa ‘motociclista enmascarado’ literalmente. Yuuri hace referencia es que tiene los músculos bien marcados en el traje, especialmente los abdominales.
  5. La compañía juguetera Hasbro lanzó al mercado la línea de figuras de acción G.I. Joe con la intención de competir con la Barbie pero para los niños. Las figuras estaban inspiradas en los soldados de la 2ª Guerra Mundial. La línea estaba dedicada a un personaje llamado G.I. Joe, que representa al soldado anónimo norteamericano.
  6. Mateki = flauta demoníaca