Maru-MA Volumen 05 Capítulo 7

From Baka-Tsuki
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Capítulo 7

Cuando te enfrentas a un luchador enmascarado, gritar: “¡quítate la máscara!”, es algo muy poco ético.

Si estuviera en el publico, o cerca mirando, escribiría algo derogatorio en la parte de atrás de un cartel y abuchearía con el pulgar abajo. Y si el cobarde intentara quitársela a la fuerza, todos los presentes empezarían a gritar a coro haciendo eco.

¡Basta! ¡No le quites la máscara a Sir Norman!

Comenzando con un puñetazo figurativo, presiono mis manos sobre mi estomago y comienzo a gemir.

Maxine, con su cola de caballo rapada, me presta atención solo por un momento con poco interés. No intenta usar las típicas palabras que esperarías cuando ves que un invitado cerca tuyo está adolorido. Es como si no tuviera lagrimas o sangre en las venas.

Dicen que si odias al monje entonces también odias su túnica, y yo ya estoy comenzando a odiar como afeita su barba. ¡No la dejes llegar a tus patillas! Pero admiro su masculinidad en secreto.

—Entonces, Sir Norman Gilbit, es una suerte que solo hay hombres presentes. ¿Puedo pedirle que me diga sus verdaderas intenciones luego de que se quite la mascara?

—¿Sir Maxine, tanto desea conocer la cara de mi señor y su pasado?

El temerario mayordomo de mediana edad Baker pone resistencia. Puede que tiemble de emoción, porque hasta su barba se mueve.

Va hacia su enemigo listo para poner manos a la obra.

—¿O tal vez prefiera escuchar lo que tenemos que decir la gente de Caloria sobre la madre patria? Como nos sentimos sobre la patria Shimaron preparándose para la guerra.

—¡Sea lo que sea que quiero saber, no se lo preguntaría a un mayordomo!

En el momento en el que la voz de Maxine se torna hostil, mueve la mano izquierda tan rápido que ni siquiera la veo. El Mayordomo Barbas vuela unos cuantos metros por el aire, golpea contra la pared y queda ahí sin moverse.

—¡Ay! ¡Baker!

Por alguna razón, el que grita no es su señor el lord feudal enmascarado.

—¿Por que te estás alterando, Murata?

—Lo siento, sentí que estaba viendo un encuentro de lucha libre profesional.

Nos hincamos en el estomago mientras hablamos en voz baja. Ya casi es hora de que el Enmascarado entre al ring y me siento como si estuviera en la jungla de alfombra blanca[1].

Una sirvienta corre hacia el mayordomo gimiendo y coloca su cabeza en su regazo. Me pregunto si ha sufrido una contusión. Cuando a mi me golpeó una bola perdida el manager también puso mi cabeza en su regazo... era un chico.

—Se ha dado una buena —suspiro.

Esa es verdaderamente una opinión imprudente.

Incluso tras perder a su mayordomo que era su único aliado, Sir Normal no parece alterado. Pero de nuevo, con una mascara puesta nadie seria capaz de leer sus emociones.

—Ahora, Sir Gilbit, ¿es realmente el momento de decir que su voz es desagradable de escuchar cuando la madre patria duda de usted? ¡Si fuera yo, dejaría de lado mi mascara y mi estúpido orgullo e inmediatamente confesaría la verdad!

Con cada palabra, el nivel de ira en la voz de Maxine se incrementa. Preguntándome si sus ojos sin emociones también tiemblan miro hacia arriba fugazmente, pero sus ojos marrones son tan ilegibles como siempre.

Pony Rapado, tal vez enojado porque Norman no se mueve para nada, va hacia donde estaba parado el mayordomo antes y jala violentamente a Norman de la barbilla. Esto ya no se puede considerar una reunión entre el representante de la nación soberana y el lord feudal de este territorio autónomo.

—¿Qué es exactamente lo que ha hecho a nuestras espaldas, incluso siendo un territorio de Shou Shimaron? ¿Se ha atrevido a contactar directamente con la familia real de Dai Shimaron? ¡Responda ahora mismo!

La mano de Maxine que ha estado cerca de mi hasta ahora se mueve de la barbilla de Norman hacia su mascara.

¡Otra vez! ¡Que horrible situación es esta! El Sr. Cola de Caballo Rapada Maxine intenta quitarle la mascara al Enmascarado Norman. ¡Ahora si estás en aprietos, Norman! ¿Serás capaz de retirarte a tu esquina? Me estoy convirtiendo en el presentador de este encuentro sin darme cuenta, pero el representativo de Shou Shimaron se está pasando de la raya con el delicado y tranquilo Gilbit. Y ya que no soy para nada importante como para entrometerme y ser tomado en serio, solo puedo murmurar: —Oye, para.

Maxine no es de los que suelen escuchar.

Ohhh, Norman está quedando inconsciente. Norman intenta manotear desesperadamente para hacer un cambio, extiende la mano hacia el borde de la mesa, pero en esa esquina no están sus aliados. Y para peor, su compañero la Foca Barbuda Baker aun está fuera de combate gracias al movimiento ilegal de Maxine.

—Mura-- Sr. Robinson, Norman parece haber recibido mucho daño.

—Así es, Sr. Crusoe. Puede que se esté sofocando.

¿Oh? ¡Maxine parece haberse dado cuenta que no puede quitarle la mascara de ese modo y comienza a deshacer las tiras de cuero! Norman intenta sostenerlas con sus delgados dedos, pero no puede oponer mucha resistencia con su cabeza atrapada en el lugar.

¡Ahora Maxine intenta ahorcarlo con un gancho! ¡Norman no puede aguantar y manotea para un cambio!

—...Oye, no te puedo ayudar —le digo por lo bajo a Norman, que intenta alcanzarme, para que Adalbert no me escuche—. Tu compañero está tirado en el borde del ring. No hay otro competidor al que puedas dar una palmada.

No se si me está confundiendo con su mayordomo o solo está adolorido, pero sus pálidos y estrechos dedos apuntan directamente hacia mi.

Esa es la mano que ha creído nuestras mentiras sobre yo siendo un descendiente de los Wincott, los cuales tienen una larga y profunda relación con estas tierras, y que amablemente me dio un apretón de manos. Son suaves y no conocen el trabajo pesado, y son frías y hermosas como las de una mujer.

—...Maldición.

—¿Ah, qué? ¿Shibu-- Capitán Crusoe?

Con mis anteojos de sol puestos me levanto de la silla y tomo con suavidad los dedos de Norman. Es un joven héroe que trabaja duro como señor feudal sin rendirse ante sus incesantes accidentes y enfermedades.

Es un hombre que ha soportado el dolor sin ser capaz de llorar porque su voz no funciona correctamente.

—¡Maldición, está bien! ¡¿Tomaré tu lugar, ok?!

—¡¿Pero qué estas diciendo Capitán Crusoe?!

Manteniendo mi rostro hacia abajo rodeo la mesa.

Si fuera capaz de solo reconocerme por la voz, Adalbert seria digno de admirar. Él no es parte de mi club de fans y no ha visto mis ojos y cabello negro, ¿así que como podría darse cuenta de que soy el Maou?

—¡Oye, tu el de ahí, Sr. Maxine! Es verdad que me he mantenido callado hasta ahora, ¿pero no te parece que tus métodos son un tanto burdos? Norman ha sufrido un accidente y una enfermedad, ¿así que no te parece que es un poco brusco demandar que se quite la mascara y hable?

Sus ojos falsos se posan en mi.

—No se quien eres, pero es inútil interferir. Este hombre ha traicionado a su nación soberana, Shou Shimaron, y ha eludido otros territorios para hacer un trato con Dai Shimaron. Si dicha traición resulta verdad, nos veremos obligados a revocar la autonomía de Caloria y todos sus otros privilegios.

Su voz seca suena como el gruñido de un animal predador.

—Pero si intentas forzarlo a confesar así no sera capaz de decir nada aunque quiera. Antes que nada, suelta su garganta. De otro modo se va a sofocar.

Sin quitar los ojos de mi, Maxine afloja su agarre y suelta el cuello de Norman Gilbit.

—¿Señor, quién es usted exactamente y de dónde viene que se atreve a criticar los métodos de Shou Shimaron? No parece ser de un país fronterizo.

—Soy... Soy el Capitán Crusoe. No puedo decir cual es mi país natal porque queda muy, muy lejos de aquí.

Japón no existe en este planeta después de todo.

Luego de ahogarse violentamente un par de veces, el Enmascarado deja escapar una delicada voz.

—...Así que...

La voz es tan aguda y baja que haría a todos los presentes ladear la cabeza y colocar una mano en sus orejas para intentar oír mejor.

—¿Así que tanto quieres ver mi cara?

—¡Sir Norman, por favor no lo haga! —ruega el mayordomo desde su almohada regazo—. ¡¿Por que revelaría su rostro?! ¡¿Qué pasará con su gente y este país?! ¡Si se quita la mascara ahora, entonces no habrá futuro para nuestra gente!

—...Pero... Baker...

Ya que su voz es tan baja, todos estamos mirándole con mas intensidad.

—Esto... es cansador.

Con esos fríos y delicados dedos que he sujetado, Norman Gilbit, el señor feudal enmascarado, comienza a deshacer las tiras de cuero tras su cuello. Está a punto de quitarse la mascara voluntariamente.

¿Ya está por caer el telón sobre la vida del Enmascarado?

—¡Sir Norman!

—¡Sir Norma~~n!

El mayordomo y la sirvienta se sincronizan perfectamente. Ambos están a punto de echarse a llorar.

—Parece que mi momento ha llegado. No creo ser capaz de continuar protegiendo en secreto a mi país.

Saca la cabeza de la mascara plateada.

El cabello rubio platinado que se encontraba dentro cae a sus espaldas marcando ondas.

Sus mejillas y su barbilla son de un blanco translucido, probablemente debido a no ver la luz del sol en años. Sus brillantes ojos verdes parecen sensibles a la luz.

Sonríe con algo de desesperación.

Hay marcas rojas bajo sus ojos y sobre sus orejas, probablemente causadas por usar la mascara tanto tiempo. Pero aun así, esas pequeñas lastimaduras no tiene impacto en la belleza de ella.

Ella...

¡¿Eh?! La belleza de ella...

¡¿Ella?!

¡¿Una mujer?! Lo que significa que no es un señor feudal enmascarado... ¡¿sino una señora feudal?!

—¿Así que es la Señora Feudal Enmascarada?

Quien gobierna Caloria no es un delicado hombre de dedos delgados.

Es una increíblemente bella y fuerte Madame Enmascarada.

—¿... Qué significa esto, Sir Gilbit--, no, Norman Gilbit?

Hemos sido completamente encantados por su belleza por veinte segundos completos, pero escuchar las quedadas palabras de Maxine nos trae a la realidad y nos deja temblando.

—Así que no eras Norman Gilbit. ¡¿Resulta que hemos dejado este territorio a una desconocida mujer a la cual los ciudadanos han jurado lealtad y el dinero de los impuestos?!

El mayordomo regresa a su lado con pasos inestables y coloca sus manos sobre las de ella que aun sostienen la mascara.

—Mi señora...

—¡¿Quién rayos eres tú?! ¡¿Qué has hecho con el verdadero Sir Gilbit?!

Hasta hace un momento este era el hombre que no revelaba sus emociones de esta manera, no las revelaba para nada. Ahora, el blanco de sus ojos está rojo en sangre y sus irises marrones encendidos de la ira.

Maxine rompe los platos de la mesa uno tras otro e incluso intenta arrancar el mantel. Realmente, este talento escondido es atroz. Se ha puesto tan violento que los sirvientes reunidos en un rincón gritan.

—¡Vine aquí a hablar con Norman Gilbit! ¡Bajo las ordenes de Su Majestad Saralegui, el rey de Shou Shimaron, vine aquí a interrogar a Gilbit! ¡Y ahora resulta que esa persona en cuestión no esta en ninguna parte y esta inútil cualquiera[2] se ha estado haciendo pasar por él!

El mayordomo, que obviamente tiene la mandíbula fracturada, agarra a Maxine sin miedo por las solapas y lo sacude.

—¡¿Te atreves a llamar a mi señora inútil cualquiera?! ¡Mi señora se mantuvo fiel junto a su esposo desde el tiempo en el que él se encontraba bien!

—Baker, esta bien. El enojo de Sir Maxine esta más que justificado. No tenemos otra alternativa mas que terminar con los secretos y rogar el perdón del continente Shimaron...

El volumen de su voz se eleva un poco.

Murata, los mensajeros de Shou Shimaron o lo que sean, y yo, miramos a la mujer.

Debo ser el único observándola frívolamente, tratando de adivinar su edad y medidas de pecho, cintura y cadera. Probablemente es unos años mayor que yo. Por como se ve, tiene que tener al menos veinte.

—Yo... Flynn Gilbit, me casé con Norman Gilbit hace seis años en primavera. Debido a la enfermedad que mi esposo sufrió durante su infancia, vivió toda su vida tras esta mascara. Pero eso nunca me molestó... Ese hombre... Norman era increíblemente bueno y se ganó el respeto tanto como hombre y como señor feudal.

Ella intenta hacer que prestemos atención a sus palabras cariñosas sobre su amado.

—Sin embargo, hace tres años Norman perdió la vida en un accidente de carro.

—¡¿Murió?!

Pony Rapado, el mayordomo, yo, Murata, e incluso el Macho Jugador de Fútbol Americano exclamamos al mismo tiempo[3].

—¿Qué dijiste? Así que por tres años el territorio Gilbit, región autónoma de Caloria, fue gobernado no por el actuar señor, sino su esposa?

—Ah, mi señor, que triste. Pero por favor siéntase tranquilo, mi señor. Apoyaremos a la señora y protegeremos el territorio por el resto de nuestras vidas.

—Dejar atrás una esposa tan joven, debe haber tenido muchos arrepentimientos. Tal vez aun está preocupado por ella y no puede descansar en paz, así que su fantasma acecha este lugar.

—Entonces, viendo que esta ella aquí sola, este país probablemente tiene reglas de sucesión similares al estilo Edo, dónde no puedes adoptar a alguien para continuar el linaje en tu lecho de muerte.

—...Siento que hay aquí una voz que ya he escuchado antes en alguna parte...

Flynn Gilbit ya no puede contenerse y comienza a llorar. Las lagrimas perladas de una mujer hermosa no parecen lagrimas normales. Es casi como si estuvieran llenas de muchísimo amor, o tristeza, o algo parecido.

—Pero no tuve mucho tiempo para el duelo. Me di cuenta de algo terrible: Norman y yo no fuimos bendecidos con niños. Así que ahora que ha fallecido, no existe un heredero para esta familia. Incluso pensé en adoptar un niño de los señores con parentesco sanguíneo, pero de acuerdo a las leyes de Shimaron, está prohibido adoptar un heredero luego de la muerte de un señor y tal acuerdo seria nulo. Sin embargo, bajo las leyes originales no escritas de este país, es posible declarar un heredero luego de la muerte si la persona está relacionada saguineamente.

—Mmm...

Todos ponemos cara de preocupación al mismo tiempo.

—Aunque sean autónomos, esta tierra está bajo el control de Shou Shimaron. Está claro que deben obedecer las leyes de Shimaron —objeta Maxine naturalmente.

—Pobre señor al cual he servido. Probablemente deseaba morir luego de ver el rostro de su heredero al menos una vez. Bueno, mi señor, ni siquiera yo he visto el rosto del hijo de mi señora. Llegados a este punto, solo queda esperar pacientemente.

—Puede que estuviera tan enamorado de su nueva esposa que todo este tiempo prefirió que no haya niños interfiriendo entre ellos. En otras palabras, era un hombre que hubiera dicho: “aquí ya hay un niño grande, así que no necesitamos ningún otro por ahora”. Cabe la posibilidad de que tuvieran un severo complejo de Edipo.

—¿Ven? Hay una regla en contra de adoptar un sucesor en tu lecho de muerte. Esto viene a la mano cuando se trata de prevenir que un territorio termine usurpado o destruido, pero causa mas y mas problemas a medida que pasa el tiempo. Entonces la regla termina siendo revocada y al final se puede elegir un sucesor rápidamente luego de la muerte del gobernante anterior.

—Saben, de verdad que he escuchado esa voz antes. Pero no confió en mi memoria para definir quien es solo por como suena. No me enorgullece, pero se me dan muy mal esas cosas.

Adalbert es el único que se preocupa por algo que nada tiene que ver con el tema.

Flynn Gilbit continua sin poder contenerse y comienza a sorber la nariz ruidosamente.

—Fue aun mas problemático que las leyes de Shimaron prohíben a una mujer ser la heredera de la familia. Con las cosas como estaban, esta casa y el territorio serían devueltos al estado y terminarían siendo parte de las propiedades de Shimaron. ¿Qué podía hacer para evitar eso...? Me esforcé en pensar una solución con mi nula inteligencia. Este es el resultado —Flynn enrosca los dedos sobre la mascara plateada y la tuerce hasta que el material rechina—. Por suerte, él me dejó esto. Nadie ha visto su rostro desde su infancia, ¿así que seríamos capaces de hacer que funcione si escondía mi voz? Por eso comencé a vestir la mascara y decidí continuar mi vida como Norman Gilbit.

—Que ingenuo —interrumpimos todos al mismo tiempo, pero este truco amateur engañó al mundo entero por tres años.

En todo caso, ya sabemos la historia del origen de Madame Enmascarada.

—Pero no es tan fácil como parece... se suele volver sofocante dentro de la mascara y apesta a sudor. ¡Y en el verano te causa sarpullido!

Flynn continua quejándose. Parece que existen muchos problemas en la vida de un enmascarado.

—¿Aquí se ha roto la ley desvergonzadamente y lo único que se te ocurre hacer es quejarte sobre sudor y pedos? —dice Maxine.

Nadie dijo nada sobre pedos.

—¡Oh, mi señora, que pena me da el destino que se vio obligada a sufrir! Yo nunca hubiera sido capaz de usar esa máscara empapada en sudor —se lamenta el mayordomo.

—Elegí judo y kendo para la clase de educación física, supongo que el interior de la mascara debe oler como un uniforme de judo abandonado en el gimnasio. De ser así, si que debe ser duro.

—Es increíble que pudiera comer con eso puesto. Si fuera yo, probablemente vomitaría todo.

—...Por favor que alguien lave esa cosa.

Adalbert hace un comentario digno de una ama de casa.




La historia de Flynn Gilbit se alarga por la eternidad y tenemos que sentarnos a escuchar seis años de recuerdos, e incluso su filosofía sobre como educar niños —aunque no tenga ninguno—. Es lindo, dentro de todo, solo observar a estar belleza hablar apasionadamente, pero no vinimos a tener una reunión sobre Flynn Gilbit. Si tuviera que definirlo, es mas como si nos estuviera torturando.

Puede que crea que ha evadido astutamente el interrogatorio, pero los ojos de Maxine faltos de emoción no lo han olvidado.

—El parlamento se hará cargo de la muerte de Normal Gilbit y la falta de un sucesor. Pero Norman, no, Flynn Gilbit, ¿es verdad que ha comentado en contra de los planes de guerra de Shimaron y comenzado independientemente un movimiento para prevenirla?

Respecto a eso, la respuesta que da Flynn —ex Madame Enmascarada— es corta y al punto: —Absolutamente no.

Estoy un poco decepcionado.

Una mujer que incluso nos contó sus teorías para educar niños está obviamente planeando una vida a futuro.

Si comienza una guerra, todo eso desaparecería y lo único que quedaría seria la desesperanza y ruinas.

A pesar de eso, ¿no está para nada en contra de la guerra?

—¿Entonces cómo explica la información que nos ha llegado?

—¿Qué información?

Maxine se acerca a mi silla, se sienta y cruza sus largas piernas, diciendo: —Estoy hablando del veneno Wincott.

Y una vez más en este país extranjero el nombre de la familia de la Sta. Julia se vuelve el centro de la conversación.

Cuando Adalbert, el supuesto ex novio, escucha este nombre, sus cejas se alzan levemente.

—Recibimos información de que el veneno Wincott fue usado en alguien para controlar algo.

—¿De verdad? ¿En quién?

Flynn ya no es la chica de voz suave que ha sido hasta ahora y responde cada pregunta con calma. La calidad de su voz no ha cambiado, pero su confianza como señora feudal de Gilbit sale a flote.

—Eso es precisamente lo que queremos que nos diga. Si uno no supiera como usar ese problemático y horrible veneno Wincott, se trata solo de una simple droga. Además, el clan Wincott se mudó al Oeste y ahora reside en Shin Makoku, así que el único lugar donde el verdadero veneno está almacenado es en esta nación.

En otras palabras:

Si quisieran usarlo, pueden hacerlo en cualquier momento.

Si quisieran entregarlo, podrían dárselo a cualquiera.

—Siempre que se hable de este veneno, este lugar se vuelve el centro de la discusión. ¿Ha salido alguna vez esta nación? ¿Tal vez incluso sido vendido?

La sonrisa de Flynn no afecta sus ojos y ladea la cabeza levemente a un lado. Lo adorable que es y su belleza atraen todas las miradas directo hacia ella.

—Pero por supuesto que el veneno Wincott está almacenado en nuestra bodega. Y por el precio correcto, estamos siempre dispuestos a entregarlo a un tercero. Naturalmente, eso también lo incluye a usted Sir Nigel Weisz Maxine.

Los labios de Maxine se contorsionan salvajemente en medio de su extravagante vello facial.

Aparentemente, ser llamado por su nombre entero por Flynn Gilbit realmente le afecta de mala manera.

—¿Entonces por que no nos dice a quién se lo ha entregado recientemente?

—Desafortunadamente...

El mayordomo Baker está sentado en su silla luego de que se le tratara la cabeza durante la larga historia anterior. La sirvienta que había puesto su cabeza en su regazo sirve el té a todos.

Flynn Gilbit da una impresión formidable sin su mascara. No puedes sentir ningún titubeo como el de antes y no reprime su determinación. En los tres años que gobernó bajo la mascara, su rostro debe haber lucido exactamente como ahora.

—...no puedo responder eso —dice Flynn.

—No es posible solo decir que no puede responder y nada mas. Esta tierra es territorio de Shimaron. Es el deber de un estado vasallo el responder ante el soberano de la patria Shimaron.

—Y eso es precisamente por lo cual no puedo responder.

Nadie podría seguir el ritmo de esta conversación cuando todo lo que hacen es, al parecer, responderse el uno al otro con acertijos. Solo Murata tiene las orejas paradas como si esperara escuchar el nombre de un lugar que reconozca.

¿Cuantas veces le tengo que decir que esto no es la Tierra para que lo entienda?

Nigel Weisz Maxine —ese es su nombre completo— llama a la sirvienta. Ella usa un delantal azul brillante y sostiene una tetera. A diferencia de otros sirvientes en este lugar, sonríe amigablemente lista para servir el té caliente en su taza.

Antes de que ella se de cuenta de lo que pasa, él la voltea y la sienta sobre sus piernas.

Me parece haber visto un destello plateado, y a continuación ella está de rodillas en el suelo agarrándose el cuello con ambas manos. La tetera que sostenía cae y se rompe en el suelo esparciendo el liquido caliente que llevaba dentro.

—¡¿...Qué estás...?!

—¡Deja ir inmediatamente a esa chica! —grita Flynn antes de que yo pueda correr hacia la sirvienta. Algo que parecen cuerdas de piano están enroscados alrededor de su cuello y Maxine sostiene ambos extremos tensamente.

Adalbert, que ha estado mirando la escena desenvolverse en silencio, dice exasperado: —Sigue con esos hábitos desastrosos de siempre.

La chica rasca su garganta como loca, intentando meter sus uñas bajo los cables mientras estos se clavan mas y mas profundo en su piel. Viendo como su cabeza cada vez se va mas hacia atrás, no creo que tenga mucha suerte con eso.

—¡¿No me has escuchado?! —ruge Flynn—. ¡Deja ir a la chica!

—¿No me has escuchado? Dime a quién le has entregado el veneno.

¿Qué le pasa a este tipo? ¡¿Está planeado matar a una chica porque se vendió un veneno?! Y Flynn tampoco es mejor. Es la vida de tu linda sirvienta de la cual estamos hablando, si sabes la respuesta a lo que pregunta, entonces apresúrate y díselo.

Mientras esos dos continúan con su absurdo concurso de miradas, la sirvienta tose quedadamente. Un liquido rosado mezclado con espuma cae por su boca en una linea.

—¡Eso es sangre! —me echo hacia adelante en pánico y extiendo una mano hacia la sirvienta—. ¡Se va a morir! ¡Si na la sueltas-- au!

Cuando mis dedos tocan su delantal azul, una pequeña corriente eléctrica relampaguea por mi cuerpo.

—...Que... ¡Como sea, apresúrate y déjala ir!

También intento agarrar las cuerdas y romperlas, pero no importa cuanto busque por su cuello, no puedo encontrar las cuerdas de piano que la estrangulan.

Los ojos de la chica me ruegan mientras comienzan a ponerse en blanco.

¡Por favor espera! ¡Quiero salvarte! ¡Estoy buscándolas! Quiero hacer algo para liberar tu cuello...

—¡Maxine, apresúrate y suelta estas cuerdas!

Con la chica presionada entre nosotros, agarro la ropa del hombre sentado por el cuello. El no se ríe y solo dice: —Pídeselo a Flynn. —Incluso si volteo hacia la señora de esta nación, como esperaba, ella no abre la boca. Su cabello rubio platinado suelto cae por sus hombros y brilla reposando sobre su pecho.

Al levantar la cabeza repentinamente, mi mirada se encuentra con la de Adalbert que está poyado contra la pared con sus brazos cruzados. Parece que comienza a decir algo y entonces fuerza la vista como si quisiera confirmar alguna cosa. Sus labios comienzan a formar: —Eres tú.

Este no es el momento para preocuparme porque he sido descubierto o que seré asesinado, enfrento al general Grantz y exclamo pidiéndole auxilio.

—¡Por favor ayúdala!

Adalbert parece desconcertado por un momento sin saber que debería hacer. Durante esos segundos, Murata se une al jaleo gritando: “¡No maltraten a la chica!”, e intenta hacerle una llave a Maxine. Solo con un rápido movimiento de su cabeza y sus hombros, Maxine es capaz de enviarlo volando.

—¡¿Murata?!

Siento el momento en que mi amigo cae al suelo y rueda terriblemente lento. Él se pasa el dorso de la mano por la boca para limpiarse la sangre. Mientras levanta la cabeza cuadro por cuadro, un lente de contacto se sale en un cuadro por segundo. Ese ojo ligeramente rasgado es negro, y en el medio de esa oscuridad, en un solo punto del tamaño de una aguja, algo titila y hace que mis emociones se revuelvan.

No puedo mirarlo. No puedo. Si miro ese puntos, entonces...

Un segundo después el mundo a mi alrededor se torna blanco puro.

Siento como si alguien me hubiera dejado solo en un paisaje hecho de hielo seco.

Escuché la voz de una mujer la ultima vez, pero ahora esa persona no me dice nada. Aun si extiendo la mano, solo puedo tocar humo blanco y no importa lo lejos que vaya, no hay nada.

Es como si me abriera camino a través de una oscuridad blanca.

A la distancia, escucho palabras feroces y energéticas, como si alguien estuviera golpeando los palos de un tambor Japoneses uno contra otro.

“Si que son enérgicos”, pienso impresionado. Exhausto, mi cuerpo se afloja. Es decir, estoy tan cansado.

No se quienes son, pero me gustaría que me compartieran algo de su energía.




—...Vosotros, bestias que habéis tomado forma de personas; los mapaches deberías disputar con mapaches y los zorros con los zorros. Os permitís motivar por la codicia, e ingenuamente descendéis sobre asentamientos humanos sin siquiera comprender vuestra propia moral. Contemplad la sonrisa de esta niña que realiza con esmero sus menesteres sin esperar pagos por adelantado. ¡¿Osáis pintar este reconfortante delantal con sangre?!

Los que presencian esto por primera vez se quedan sin palabras de la sorpresa.

Ni Flynn, ni Maxine, ni Adalbert pueden interrumpir. Solo pueden esperar a que el preámbulo termine.

—Jugando con este veneno mortífero, haciendo nada para censurar a aquellos que dañan al recto y precipitándoos en alabar al torcido, mientras trabajáis para encontrarlo. ¿Deberías los de vuestra clase ser permitidos de libertad? No, por supuesto que no.

Está respondiendo su propia pregunta retórica.

Apunta el dedo hacia el par estupefacto de Flynn y Maxine uno a uno. Su cuerpo está recostado en un ángulo diagonal y la punta de sus pies extendida frente a él. Es la viva imagen de un modelo en un cartel.

—¡Vuestra naturaleza ya no os hace humanos! Incluso si uso evitar gastar tal delicado objeto de esta manera... si es en pos de desinfectar y polifenolizar[4] el mal, ¡entonces estoy dispuesto a desplegar estas gotas carmesí! No es mi intención tomar vidas, pero... no me dejáis opción. Os cortaré.

Aunque habla de cortarlos, no ha intentado nunca ni una vez usar una espada contra sus presas.

Con una mirada profunda, los contenidos derramados de la tetera rota, junto a los contenidos que han quedado en las tazas, salpican el piso y fluyen juntos para formar un gran charco.

—¡¿Q-Qué pasa?!

Flynn levanta los pies del piso por reflejo y se sienta en su silla como una niña sosteniéndose las rodillas.

Maxine es el mas calmado de los “Objetivos a castigar” mientras examina la situación. Lo que está viendo por primera vez es la tan comentada “magia”. Es una demostración de mal gusto, pero también existen algunos usuarios de houjustu con las mismas costumbres.


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Adalbert libera a la asfixiada sirvienta del agarre de Maxine y luego de quitarle las apretadas cuerdas alrededor de la garganta, se concentra en el maseki azul que brilla levemente sobre el pecho de Yuuri en vez de en el té, que lentamente toma forma humana.

Esa piedra pertenece a la familia Wincott. No, Susanna Julia la usó desde el día en que nació. ¿Por qué está alrededor del cuello de ese mocoso? ¿Quién rayos le ha dado el maseki de Julia?

La extensión de liquido rojo, que ahora ya ha formado una gran laguna, queda en calma como la superficie de un lago y todos se quedan quietos. Sin embargo, antes de que puedan respirar, cambia a la forma de una persona y se extiende hasta el techo. La cosa forma pistolas con los cuatro dedos de sus dos apéndices que parecen manos y claramente apunta a Flynn y Maxine.

—¿U-un dios del té furioso...? —la persona parada detrás de Yuuri no sabe si debería reír o estar sorprendido. Balas escarlata son disparadas despiadadamente hacia sus objetivos desde los dedos del dios del té furioso—. ¿...O tal vez un Alien de Queso?

Por su color, claramente es un Alien de Tomate, pero podría jurar que hasta los sonidos que hace son “que-que-que-que-que-que-que”[5].

El miedo está pintado en las caras de los que reciben los disparos, pero en realidad esto es bastante gracioso al verlo desde lejos. Bueno, están dentro de una habitación y no hay tanta gente mala, así que tal vez el Maou se está conteniendo sin darse cuenta y la escala de su castigo se reduce.

—¡Justicia, en menor escala!

El liquido rojo vuela de aquí para allá y moja a sus objetivos. Para el hombre, cada gota se vuelve una hoja afilada y sus brazos y mejillas están cubiertos de pequeños cortes, pero para la mujer, las gotas son mas gentiles como unas de lluvia y sale ilesa solo con algunas marcas. En un momento como este es innecesario ser feminista. No hay distinciones de genero cuando se trata del mal.

— ¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Es el poder de un descendiente de los Wincott?!

Ignorando a Flynn mientras entra en pánico, Adalbert consigue una lista de las compras que sobresale del delantal de la sirvienta inconsciente.

¿Cómo es que Yuuri es capaz de usar magia en el medio de un territorio humano? En este pequeño país hecho sándwich entre Dai y Shou Shimaron no debería haber ningún elemento que obedezca a los mazokus...

Jabón, antiparasitario, té negro de Kakil.

Ya veo. Kakil queda en la frontera de Shin Makoku. Es por eso que este té negro obedece las ordenes de un mazoku.

Mientras tanto, Ue-sama[6] Yuuri parece notar que algo falta y comienza a buscar por la habitación. Sin encontrar lo que busca, suspira como diciendo: “Oh, bueno” y se da por vencido.

En realidad, lo que estaba buscando de verdad está allí. En el medio del mantel blanco como la nieve una mancha de té forma los dos kanji de justicia.





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Referencias

  1. Referencia a Tiger Mask, un anime de 1969 y que tuvo una remake en 2016.
  2. El termino original es interesante, “huesos de caballo”, un antigua forma china de decir que alguien es un inútil, pero a su vez en japonés consigue otro significado gracias a los kanjis, “persona de linaje desconocido”.
  3. Nota: algunos de los diálogos no tienen aclaraciones de quien habla originalmente en japonés, pero este va a ser el orden de los personajes de ahora en más cuando todos comentan algo al mismo tiempo.
  4. Tuve que inventar el verbo, la palabra es real, el polifenol es un antioxidante que tiene algunas plantas, en este caso el té. Tengo que decir que aprendí bastantes cosas nuevas googleando esto jaja.
  5. Referencia a unas mascotas/personajes de una publicidad de ramen de la marca Nissin Ramen, Milk Seafood Noodle. Un alien es un queso, el otro es un pimentero. El queso dice “che-che-che-che” (cheese) y el pimentero “pe-pe-pe-pe” (pepper) mientras disparan. Lo que me llamó la atención, y me reí muchísimo, es que la actriz extranjera al final dice con un acento súper exagerado “MA-RUUUU~MA”. Busquen el video en youtube porque no tiene desperdicio.
  6. Ue-sama = emperador. No estoy segura si este apodo ya se vio antes en otra novela o si esta es la primera vez, pero es el nombre que se vuelve mas popular en la serie para referirse a Yuuri convertido.