Maru-MA Volumen 07 Capítulo 4

From Baka-Tsuki
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Capítulo 4[edit]

—¡¿Qué quiere decir con eso?! ¡Si él también es muy débil!

Enojado porque soy el único que se esconde, pateo la puerta sin mucha fuerza. Si Conrad estuviera aquí, su pequeño hermano el tercer hijo hubiera sido parte del grupo en la cabina sin rechistar. Si Conrad estuviera aquí.

—¿Él es Lord von Bielefeld, verdad? No creo que sea débil para nada.

—Y ahí empiezas de nuevo con la charla de sábelo todo. Perdió contra mi una vez, ¿sabes? Bueno, aunque dijimos que era un empate.

—Probablemente solo te subestimó. ¡Aquí vamos!

Él empuja una silla y un escritorio contra la puerta de madera. Probablemente para armar una barricada simple.

—Oye, espera, Murata. Si haces eso, entonces Wolf y los demás no van a tener ningún lugar a dónde escapar.

—Ellos no se van a escapar. Aguantarán afuera y te defenderán hasta la muerte.

—¿Hasta la muerte? Eso es un poco exagerado.

—Es solo la guardia costera, así que probablemente estemos bien por el momento.

Mientas se para junto a la ventana observando lo que pasa afuera, Mura da un largo suspiro.

—Shibuya, tienes que acostumbrarte a ser protegido.

En este momento lo comprendo. Se ha sacado los lentes de contacto y tiene los ojos negros del DNA Japonés igual que yo. Hay un brillo que definitivamente he visto en algún lado antes en sus ojos miopes.

—¿...Lo sabes todo, verdad?

Mi amigo de la misma clase de secundaria de repente parece aterradoramente viejo. No puedo apartar la vista de la luz negra en sus irises, en sus pupilas, muy profundo dentro. Mientras miro fijamente ese punto, un entumecimiento sube desde mis caderas.

—Lo sabias todo... y te quedaste callado, ¿no es así?

—Para. —Murata cubre mis ojos apresuradamente con su mano derecha—. Es peligroso. Aun no puedes controlarlo por tu cuenta.

—Controlar que...

—El majutsu. Tu y yo tenemos una relación especial. Usado correctamente, incluso puede convertirse en un arma poderosa. Pero es una espada de doble filo. Un movimiento en falso puede terminar en tragedia. ¿Recuerdas como fue arrasada la finca Gilbit? Eso también fue muy peligroso.

—¡Suéltame!

Impacientemente quito la mano de mi cara. Es solo por un instante, pero le luz del día lastima mis ojos.

—¡¿Qué es eso de una relación especial... qué clase de manera de decirlo es esa?! ¡¿Somos amigos, no es así?! ¡Estábamos en la misma clase de segundo y tercero de secundaria baja, ¿verdad?! Ademas de eso... antes, eramos de alguna manera... antes de que tuviéramos cuerpos humanos estuvimos juntos y puede que hayas conocido a Conrad... ¿es eso verdad? ¿Es todo eso verdad?

—Es verdad. Aunque, es probable que no seas capaz de creerlo. Tu y yo... siendo más directo, el Maou y yo, tenemos una relación especial. Soy capaz de brindar apoyo a un rey que posea gran poder. Fui creado con ese propósito. Pero tú aun no estás acostumbrado al majutsu. Si nos equivocamos trabajando juntos, no seremos capaces de detener al maryoku de volverse loco.

El barco no se está sacudiendo, pero no puedo pronunciar correctamente mis primeras palabras.

—Uh, mm, ¿en un video juego eso seria un tag-team combo[1]?

—Oye, esa es una linda manera de decirlo.

No es el momento para que me halaguen por confirmar el nombre de la técnica.

Murata incluso sabía que yo era el Maou. Si hubiera pasado que se vio envuelto conmigo y simplemente tenido la mala suerte de ser traído a este mundo, entonces él no sabría eso.

—...Tal vez es porque mi mente no está tranquila en este momento... pero suena como si fueras un humano de este mundo. Tal vez no humano. Puede que mazoku. ¡De cualquier manera, Murata Ken de Japón, un compañero de mi barrio, era en realidad alguien de Shin Makoku! ...Así es como suena.

—Es algo así.

Con sus brazos cruzados flojamente sobre su pecho, se apoya contra la pared. La mitad de su cuerpo está sobre la ventana y solo esa parte obstruye la luz del sol.

—¿...Quién eres?

Él se ve negro con la luz detrás de él.

—¿Quien eres tú? ¿Murata? ¡¿No eres Murata no es así?! ¡No eres el Murata que conozco! Es decir, los mazoku no tiene esa clase de nombre. Wolf es Lord von Bielefeld y Conrad es Lord Weller. Gwen es Lord von Voltaire, Lady Cherie es Lady von Spitzberg y Anissina es Lady von Karbelnikoff. Josak es Gurrier. ¿Como eres tú? ¿Quien eres en realidad? Ciertamente no eres Muraken. No tienes ese nombre Japonés.

—Ya lo he dicho antes, ¿no es así? Soy Murata Ken. No soy nadie mas.

—¡No existe nadie con ese nombre en Shin Makoku!

—¿Entonces quien eres tú?

Luego de que se me responda con otra pregunta, me quedo sin palabras por un momento.

—Su Majestad, ¿no eres acaso Shibuya Yuuri? ¿No eres un fanático del béisbol que vivió en la Tierra como un estudiante Japonés hasta justo antes de cumplir dieciséis años? ¿No eres Shibuya Yuuri, el dueño, catcher y capitán de un equipo amateur de béisbol y fan de los Leones? Incluso si me preguntas quien soy, yo soy yo y no hay nada falso sobre eso. Yo también viví en la Tierra por dieciséis años. Viví como una persona japonesa perfectamente normal con padres relativamente comunes, aunque trabajen mucho y a veces haya días que no los veo nunca. Estaba en un distrito escolar diferente así que nuestras primarias no eran las mismas, pero estuvimos en la misma clase en secundaria baja, ¿verdad? Nací con el nombre Murata Ken. No tengo ningún segundo nombre o de bautismo. Estuve ahí por casi dieciséis años. Respire el mismo aire y crecí en el mismo mundo. ¿Quieres oír mas? Vamos a las mismas librerías y supermercados, y tomamos atajos por el mismo parque. De hecho, la tienda de ramen a la que iba luego de las clases particulares en sexto grado era la misma también. ¿Es eso suficiente? ¿Ya estás satisfecho con eso? ¡Si me preguntas quien soy ahora, todo lo que puedo decirte es que yo soy yo!

—Pero tú...

Mi voz es aguda. Siento que el piso bajo mis pies podría desaparecer y simplemente sumergirme en el océano.

—...Dijiste cosas sobre un cactus y un viaje... Incluso si respiramos el mismo aire por dieciséis años, tú aun hablas de cosas que no entiendo. Dices cosas que un estudiante de secundaria con una vída normal nunca podría imaginar, cosas que nunca pensarían.

—See. Eso, es un poquito de algo que recuerdo de antes de haber nacido.

—¿...Lo de Conrad también?

—Si.

Él es el hombre que llevó mi alma a la Tierra y que incluso me puso el nombre. Pero no está a mi lado. Me causa toda esta ansiedad y no va a volver.

—Él tomó tu alma, fue a la Tierra y te protegió con mucho cuidado en el viaje. Hasta que se decidió donde ibas a nacer. Mi guardián era un doctor ridículo, pero llevó con él a Lord Weller que no sabia nada sobre la Tierra y sorprendentemente puso mucho esfuerzo. Tú tenías unos perseguidores algo problemáticos y necesitaban alejarse de ellos.

—¿Perseguidores?

—Si, porque eras el alma del siguiente Maou.

¿Qué tienes que hacer para recordar lo que paso antes de que nacieras? Escuché en la TV que los bebés tienen recuerdos de adentro del vientre, pero lo que el dice es sobre algo incluso antes de existir. No eramos embriones, ni óvulos y espermatozoides. Son recuerdos de cuando eramos seres incompresibles.

—No hay forma de que recuerde eso.

—Es verdad. Ha sido borrado. La existencia previa y los recuerdos del dueño anterior de un alma están selladas en una parte de ella. Todas las almas sin excepción guardan las memorias de las “vidas” que han vivido hasta ese momento, pero usualmente la puerta hacia ellas no se abre. Serían un estorbo al vivir tu vida. Está bien solo usar el conocimiento ganado en la “vida” actual y nada mas. Aunque, yo soy diferente.

El tipo que insiste en ser Murata Ken entrecierra los ojos un poco.

—...Yo recuerdo. No puedo olvidar. No se me permite olvidar.

—¿O-olvidar qué? ¿Tu vida pasada y antes de esa?

—Si, e incluso antes también. Más atrás... si, bastante atrás.

—Lo siento. No puedo entender realmen--

Para ser honesto, en realidad no entiendo su explicación. ¿Tiene recuerdos de cuando vivió antes? ¿Es como cuando las chicas se emocionan mucho conque les digan la fortuna y les cuentan que fueron una princesa de un Daimyo durante el periodo Sengoku? Siempre hay alguna hija de clase alta y alguien más siempre es alguna reina de un país extranjero. Hay un montón de gente en Japón que fueron María Antonieta y probablemente también hay unos cuantos de cientos de personas en el mundo que son la reencarnación de Napoleón Bonaparte. Hay algunas personas reservadas que dicen haber sido rocas y por alguna razón eso deja una impresión favorable. Pero nunca he escuchado de alguien hablar sobre incluso antes de su vida pasada. Me parece que vi algo de eso en un programa de televisión sobre casos paranormales, pero incluso eso solo se trataba de unas dos o tres generaciones atrás en el tiempo. ¿Cuanto es “bastante atrás”?

—Oye, um, cuando dices bastante atrás, ¿eso significa unos quinientos años?

—Un poco más.

—¿Entonces ochocientos, mil años?

—No, bueno, como unos cuatro mil años.

—¿De verdad? ¡¿Entonces te acuerdas de todos los últimos cuatro mil años de historia China?!

—¡Shibuya~! —grita con una voz exasperada pero divertida—. No fui un ciudadano de China todos los cuatro mil años, ¿sabes?

—¿Si no estuviste en China, entonces dónde estabas? ¿Vagaste por el mundo?

—Mmm, bueno, varios lugares. Antes de ser yo fui una mujer viviendo en Hong Kong y antes de eso un cirujano militar en Francia. El dueño antes de eso fue... mm, bueno, murió joven así que en realidad no tuvo una ocupación. Murió en un accidente antes de cumplir diez... no pongas una cara tan triste.

Lo imaginé sin querer y estoy al borde de las lágrimas.

—Pero... pero diez años es tan triste... Habían muchas cosas que querías hacer, ¿no es así?

—Oye espera, no fui yo el que murió —dice Murata descruzando los brazos y golpeando su pecho con el puño—. Fue el anterior, anterior, anterior dueño de este alma el que murió.

Me quedo parado olvidando cerrar mi boca. Como si pudiera creer una loca historia como esa. Ya me di por vencido con solo las vidas pasadas y las almas, y ahora el habla de no ser él sino un dueño. ¿Tu vida pasada, pasada, pasada, no eres tú? Es difícil creer que puedes llevar una vida feliz cargando con las vidas de gente que no eres tu.

—¿Cómo puedo explicarlo de manera mas simple? Por ejemplo, es más o menos como recordar los personajes con los que te encariñaste de una docena de películas. Ah, la Primer Guerra Mundial fue bastante difícil, ¿verdad? El ingeniero del ferrocarril tenia una bonita esposa, ¿verdad? Es realmente genial que tenemos una cura para la peste bubónica hoy en dia, ¿eh? Aquel chico realmente admiraba a los caballeros de las Cruzadas... y así. Recuerdo correctamente las reseñas de los personajes protagonistas de muchas películas de diferentes eras. Por eso, no es como si yo hubiera pasado por algo doloroso o triste yo mismo. Incluso si tengo cuatro mil años de recuerdos, solo he vivido dieciséis años. Puede que llore por el dolor de otros o por desastres algunas veces, pero no hay nada parecido ocurriendo en mi vida. Oye, Shibuya, ¿estás prestando atención?

—¿Quién...?

No, no “¿quien eres?”. ¿La gente con recuerdos de sus vidas pasadas hablan de ellos de esa manera? Murata es sorprendentemente objetivo. ¿Durante qué época fueron las Cursadas? Me arrepiento de fallar en historia mundial.

—Pero sabes, cuatro mil años... ¿Recuerdas la película de Cleopatra?

—Vi la de Elizabeth Taylor. Pero durante la época de Cleopatra, el dueño de este alma vivía en la tierra de los mazokus.

—¡¿En Shin Makoku?! ¡¿Estaba aquí?!

—Así parece. En ese momento, el nombre del país era... —Murata se toma un tiempo para pensar por un momento como si recordara una escena de un viejo drama—. Si, estuvo aquí antes.

Es un sentimiento extraño... realmente extraño.

La primera vez que vine a este mundo, un rencoroso Macho Futbolista Americano usó la garra de hierro[2] en mi. Gracias a eso, el conocimiento acumulado sobre el idioma que se encontraba en una parte de mi alma salió a flote. Descubrí que el anterior dueño de mi alma era alguien que vivía en Shin Makoku. Vivía como mazoku en ese país antes de que yo fuera Shibuya Yuuri. Luego de olvidar todo eso, viví en Japón por dieciséis años e hice docenas de amigos y conocidos. Ahora, una de esas personas a la cual yo era cercano me confiesa que también tiene recuerdos de Shin Makoku.

—Es un sentimiento...realmente extraño. Tener un amigo al que no puedo relacionar claramente, a Japón o aquí...

—Es entendible. Incluso yo estaba confundido al principio. La primera vez que descubrí que podía compartir este secreto en esta vida, estaba feliz y preocupado al mismo tiempo. Ha sido un secreto por tanto tiempo, ¿sabes? De hecho, si cuando era niño le decía a la gente que podía recordar vidas pasadas me llamarían mentiroso. Nunca hable para nada sobre eso durante toda mi vida. Así que incluso la primera vez que te conocí, tenía mis dudas de que descubrieras la verdad en el futuro. ¿Quién hubiera pensando que el alma que trajo Lord Weller estaba viviendo tan cerca? Es decir, tú y yo nacimos en Boston y Hong Kong respectivamente, y Japón es un país grande de Norte a Sur. Es realmente raro que dos persona con un secreto en común estuvieran viviendo tan cerca una de la otra. Pero, de nuevo...

Oh, Murata nació en Hong Kong. Aunque he oído que sus padres son japonenses. Luego de descubrir todas estas cosas shockeantes, mi conciencia está borrosa aunque aun no es de noche. Por alguna razón estoy realmente soñoliento y cansado. Quiero escapar de la realidad a un sueño.

—Tengo la importante misión de asistirlo, Su Majestad el 27avo Maou.

—¿...Misión? ¿Entonces intentas ayudarme?

—Estaría contento si pudiera. La razón por la cual tengo el basto conocimiento de cuando era llamado Daikenja[3] es para ayudarte.

—Ya veo, Daiken--

No he comido ni bebido nada, pero hay un bulto redondo atorado en la parte trasera de mi garganta. Luego de forcejear y toser un poco, me doy cuneta que era aire. Estaba tan sorprendido que olvide exhalar el aire que respiré. La saliva fue por el agujero incorrecto y me arde la nariz.

—¡¿Geh, E-el Daikenja?!

—¿Estas bien, Shibuya? ¿Quieres que te traiga algo de agua?

Es verdad. En el primer castillo mazoku que visité, el Castillo Pacto de Sangre, vi una pintura de él.

El Soukoku Daikenja. La única persona en este mundo que está a la misma altura de Shinou. Se dice que si no fuera por él, los mazoku hubieran perdido la batalla contra los soushus y hubieran sido forzados a vagar sin tierras o país. Era el hombre que parecía asiático dibujado con una expresión gentil, parado unos pasos atrás del hermoso joven rey que se parece mucho a Wolfram. Se veía mas inteligente que hermoso, y solo su cabello y ojos negros eran iguales a los míos.

—¿Eres ese Dai...coff.. kenja..?!

—No, como dije, ahora solo soy el viejo y conocido Murata.

Tan pronto como Josak lo llamó Su Alteza debería haberme dado cuenta de que era alguien de alta posición. Siendo un mocoso beisbolista que tiene malas notas en lengua, “Su Alteza” es algo que nunca había escuchado antes. Probablemente no hubiera sido capaz de leerlo sin furigana y si me pidieras escribirlo me sería imposible[4]. Ni siquiera se como usar la palabra.

No se por que todos excepto yo se dieron cuenta de esto, pero enfrentando al Daikenja, un héroe patrio y padre fundador de la nación, un ex Príncipe no seria capaz de desafiarlo. La razón por la cual el príncipe mimado desquitaba todas sus frustraciones conmigo es porque Murata tiene un estatus demasiado alto.

—Enton-- ¿q-qu-qué pasa con eso? Entonces, desde ahora voy a agregar “Lord” a tu nombre y llamarte Lord Murata.

—¡Para con eso, no he hecho nada para merecer eso! ¡Solo tengo los recuerdos de esa persona!

—...Pero, entonces eso significa que tu sabes mucho mas de este mundo de lo que yo sé.

—No diría “mucho mas”. Para mi, esta es mi primera experiencia aquí en toda mi vida y las relaciones entre humanos y mazokus han cambiado mucho desde aquel tiempo. Con este viejo idioma y viejas memorias, este es un lugar extraño y desconocido para Murata Ken.

—Aun así, me estabas engañando...

—No te estaba engañando.

—Pero no me lo dijiste. Incluso pusiste la excusa de que podías hablar Alemán cuando te comunicaste por primera vez. Cuando conociste a Flynn y al Macho Futbolista Americano, estabas llevando a cabo ese engaño pensado a medias sobre no entender nada... Todo eso fue para engañarme. Eso significa que me mentiste a propósito sin ningún remordimiento.

Me desplomo en el piso lentamente y me apoyo contra las patas del escritorio. Las tablas del piso se mueven bajo mi peso y la puerta rechina levemente.

—Y no solo en este mundo. En la vida de colegio en Japón también. Mientras jugábamos béisbol los fines de semana, cuando me llevaste al show de los delfines, cuando me invitaste a trabajar en la playa, todo ese tiempo tú sabias, ¿no es así? Y cuando me ahogue en la piscina de los delfines pretendiste estar preocupado de verdad.

—¡Estaba preocupado!

—¡Ahora ya es muy tarde para eso! Sabias a dónde fui y por lo que estaba pasando. Así que, que era todo eso sobre “¿parece que te llevó la marea y fuiste arrastrado a mar abierto?”. ¡Agh, ya no se que pensar!

—¡Escúchame! Estaba preocupado. Incluso si sabia que eras un mazoku, no es como si fuera capaz de venir contigo hasta ahora. No, como ibas a ser rey, estaba aun mas preocupado sobre si estarías a salvo.

—Cállate. Es todo un montón de mentiras.

Todo este tiempo. Me acaba de decir un montón de cosas raras la persona que pensé era mi amigo normal. De una forma que es más intensa que cuando llegué a este mundo con el Tour de las Estrellas y se me dijo por primera vez de mi situación.

Ser rodeado por un montón de gente hermosa que nunca había conocido y que se me dijera que era el Maou a partir de hoy, fue tan shockeante que tuve pesadillas a causa de eso. Pero la razón por la que fui capaz de aceptarlo fue porque todo era tan bizarro. Ya que todo aquí era tan increíblemente diferente del mundo donde fui criado, fui capaz de poner en orden toda la nueva información.

Pero esta vez alguien que era mi amigo normal hasta ayer está hablando sobre reyes y sabios. Hasta hace muy poco, Murata era mi compañero de secundaria baja y ahora es la reencarnación de un héroe nacional.

Es difícil de creer, además, es diferente de solo aceptar nueva información e incorporarla.

Algien que consideraba un amigo desde hace mucho me ha estado mintiendo.

—No intentaba engáñate. Solo no dije nada. No podía decir nada.

—¡Eso significa que me estabas engañando! ¡Por supuesto que puedes hablar el idioma! ¡Eres el el Lord Daikenja de este mundo! Mazokus y humanos... e incluso esa caja, por supuesto que tu sabias más de eso que nadie. ¡Comparado conmigo, alguien que no tenía interés en lo oculto y los fenómenos paranormales hasta que tuvo quince, que en realidad no sabe nada de ciencia ficción, o fantasía, o religión, el que, el que ni siquiera lee mucho, por supuesto que sabes más, mucho más sobre eso que yo! Aunque tu sabías... Yo estúpidamente...

—Shibuya.

Sacudo mi mano izquierda hacia Murata que parece un poco nervioso e inclino la cabeza. Soy tan increíblemente miserable que ya ni siquiera me puedo sentar derecho.

—Lo que sea, no me interesa. No tiene sentido enojarme así. Es solo... Sentí que tenía que protegerte de algún modo porque no sabías nada sobre este mundo, porqué no sabías que los ojos y el cabello negro japoneses eran peligrosos... porque solo me tenías a mí... es como si hubiera estado actuando como un idiota. No, no “como”, fui un genuino idiota de verdad... Rayos, soy tan estúpido... parezco un chiste.

—No voy reírme. Estoy agradecido.

Ahora siento ganas de llorar. Si no estuviera tan cansado, hace rato que estaría lamentándome. Hubiera agarrado un plato, un libro, una almohada o lo que sea que tuviera a la mano y se lo hubiera tirado. Estoy avergonzado de irritarme yo solo y tener ganas de gritar “¡Idiota!” y salir corriendo. Quiero irme corriendo a algún lugar lejos y no volver a ver nunca a Murata. Me pregunto que pensaba él mientras yo le seguía el juego para que no se diera cuenta que esto no es la Tierra, o cuando intentaba ocultar con tanto empeño mi identidad y posición.

¿Cuanto se río de mi?

—No hay forma de que me riera. Estaba agradecido de verdad. Me sentí mal porque estabas siendo tan buena persona. Me sentí culpable de no poder contarte sobre mi. Pensé que seria mejor si pudieras continuar sin saberlo nunca. Si las cosas podían quedarse de la forma que eran y todo se resolvía por su cuenta sin que yo me involucrara, si tu pudieras seguir sin notarlo... Pensé que eso seria mejor.

Al otro lado de la ventana que miro ausente, el “altercado” —de acuerdo a Josak— está a punto de comenzar. Nadie ha desenvainado su espada, pero es difícil decir que la situación está tranquila.

—Quiero decir, no tenia nada de confianza. Ha pasado muchísimo tiempo desde que mi alma fue a la Tierra. Comparado contigo que estuvo hace poco siendo una mujer en Shin Makoku, yo he reencarnado en otro lugar por un largo tiempo. Mientras nacía en varios países, hubo algunas pocas personas a las que les confesé la verdad, que tenía recuerdos de mis vidas pasadas. Que tenía recuerdos de hace más de doscientos años de otro mundo.

—¿...Y?

Su suspiro se convierte en risa.

—Me trataron como si estuviera enfermo.

Dos mil años es un poco difícil de creer. Si hubiera sido mil años, puede que se le tratara como un Dios, pero la gente no puede realmente imaginar un largo periodo de tiempo como ese. Por ejemplo, a menos que lo hayan experimentado ellos mismos, seria difícil creer que alguien fue echado por el inodoro de un baño público.

—Fue aun peor cuando fui llamado demonio. Ah, esa vez fue realmente malo. Casi me queman en la hoguera.

—¿Q-quemado en la hoguera?

—De todos modos, luego de pasar por experiencias como esas tantas veces, me di cuenta que no era inteligente hablar sobre la verdad. A nadie, ni mis padres, y por su puesto que ni incluso a mis amigos. Ni siquiera a ti... estaba dudando... sobre si estaría bien decirte... justo hasta ahora. Pero pensé que si... como mi ultima excusa, que si tu... si tu te me confesabas entonces yo me confesaría también.

¿Confesar qué?

—Quería oírlo de ti, pero desafortunadamente nunca te confesaste.

—¿Confesar qué? No quieres decir... ¿no te refieres a admitir el viajar a otro mundo? ¡¿Crees que simplemente puedo decirle algo ridículo a un amigo japones como “a partir de hoy soy el Maou”?! Nadie creería es-- Ah.

—Si, es ridículo. Nadie lo creería.

Es verdad. Yo tampoco podía decirle a Murata. Nadie quiere que su familia y amigos piensen que son raros. Coloco mi cabeza contra la pata de la mesa en la que me apoyo. Entonces doblo las rodillas lentamente y me levanto con un breve gruñido.

—Tenemos dieciséis, después de todo.

—see.

—Hump.

—¿Qué?

Cuando empujo su hombro juguetonamente, Murata empuja mi hombro de vuelta. Con la misma fuerza.

En el mismo lugar.

Es la situación donde los chicos se recibirían con los brazos abiertos y se abrazarían unos a otros en una película sobre llegar a la adultez. Pero ninguno de nosotros hace esas cosas exageradas en una situación como esta. Somos japoneses después de todo.



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—..Soy el Maou.

—Si.

—Aunque nací en Boston y me críe en Japón, el alma que tengo es mazoku y fui criado para convertirme en el Maou. Es gracioso, ¿verdad?

—Un poquito.

—¿Historia, administración, cosas como esas? ¿Cómo ser un rey? Nadie me enseñó algo como eso. Cuando se trata sobre cosas que se está el béisbol... ping pong y béisbol. Olvida de la universidad, ni siquiera he asistido a la secundaria por tanto tiempo. Pero de repente soy el líder de un país. Tengo que gobernar cientos de miles de personas Es de locos, ¿no es así?

—Lo es.

—¿Y qué hay de ti?

Murata explica su posición de nuevo de forma que un estudiante de secundaria que solo lee revistas de deporte y manga pueda entender. Mientras yo intercalo cosas como “¿verdad?” y “¿eso apesta?” de vez en cuando, es como si estuviéramos charlando frente a una tienda de conveniencia dándonos ánimos el uno al otro. Eventualmente terminamos alardeando sobre quién de los dos lo paso peor, pero ninguno logra superar al otro.

Porque ninguno de los dos siente que haya nada desafortunado sobre las partes de nuestras vidas de las que no hablamos.

En este momento estoy hablando de mazokus con mi mejor amigo japonés de la Tierra. Estamos hablando del camino de la fortuna por el que vamos dando tumbos como si hablaríamos de un drama. Durante la ceremonia de apertura del segundo año de secundaria, nunca imaginé que tendría esta clase de relación con Murata. De repente un cálido sentimiento se desata en mi pecho, esparciéndose por mis venas y alcanzando todos lados hasta mis dedos. El consuelo de que existe alguien con quien puedo hablar sobre todo se esparce por mi cuerpo entero.

Pero al mismo tiempo he eliminado mi única ruta de escape, aunque fuera pequeña.

—...Entonces es todo real, ¿no es así?

—¿Mm?

—Solo pensé que ahora todo esto es sin ninguna duda real.

Hasta ahora, conocí amigos en un lugar del que nadie sabia y era el rey de un país del que nadie había oído hablar. La única prueba que tenía era el colgante azul de los Leones balanceándose en mi pecho. Si hubiera sido rodeado por un montón de doctores en un hospital completamente blanco en una habitación en Japón en la Tierra y me hubieran dicho que fue todo un sueño, que todo lo que vi fue una ilusión, no hubiera tenido la confianza de defenderme.

Pero ahora es diferente.

Tengo compañeros en este mundo y ahora también un amigo que lo sabe en la Tierra.

Esto definitivamente es real.

Nadie puede dudarlo.

—No puedo simplemente explicarlo todo diciendo que es un sueño... ah, ¿uh?

Al otro lado del panel de la ventana, una ráfaga plateada corta el aire. Es el reflejo del metal. Solo hay una cosa que me imagino que puede ser: alguien ha desenvainado su espada. Rápidamente miro afuera por la ventana y veo que incluso Flynn ha aparecido en la cubierta.

—Esto es malo. Algo pasa.

Cinco hombres en ropas beige amarillentas han subido a bordo desde el barco de la guardia costera. El que desenvaino la espada es un hombre joven en la parte trasera que parece ser un subordinado y que luce como el menos flexible del grupo. Los otros sonríen hacia Flynn mas que hacia Sizemore y Josak.

Cuando dejamos de hablar y escuchamos con cuidado, oímos que hablan sobre la ley de Shimaron y que preguntan quien es el responsable de la mujer.

—Ugh, esos tipos están hablando sobre alguna otra cosa rígida. ¿Qué tiene de malo que una esposa represente a su marido?

—¿Qué vas a hacer?

—Es obvio. Es en momentos como este que decimos: “Let’s Norman Gilbit!”. Es una suerte para nosotros que sea un hombre enmascarado.

Empujo ruidosamente el escritorio y quito la simple barricada. Giro con fuerza la perilla, pero solo se mueve un poquito en una dirección.

—Eh, que raro. ¿Le puse llave a la puerta...?

—Te lo dije antes —Murata levanta algo de metal en su mano derecha. Es una pequeña llave de bronce. Sus mejillas y los extremos de su boca están levemente levantados de forma exasperada—. Tienes que acostumbrarte a que te protejan.

—¡Pero están diciendo que no nos van a dejar pasar solo porque Flynn es una mujer! No es nada tan peligroso. Solo tengo que aparecer como Norman con la mascara puesta y arreglar que continuemos.

—No.

—¡¿Ugh, de verdad?!

Coloco mi pie en la puerta y giro la manija con todas mis fuerzas, pero no parece que se vaya a abrir pronto de ninguna manera. Rindiéndome y corriendo hacia la ventana, tomo el marco e intento levantarlo. No. Se. Levanta. Igual que la puerta, esto también está bien cerrado con llave.

—¡Murata!

—No. ¡Si definitivamente tienes que ir ahí afuera, entonces noquéame y toma la llave! Ah, siempre quise decir algo genial como eso.

No se ve preparado para algo como eso para nada. Luego de dudar por tres segundos, gruño y tomo la parte trasera de la silla.

—Aw, estaba preparado para seguir el juego con algo como: “¡Nunca me había pegado ni mi padre!”.

—Es mas fácil revolear muebles que pegarle a un amigo.

También se siente mucho mejor.

La pata de la silla de diseño simple rompe el grueso vidrio ruidosamente. Perfecto, siempre he querido armar este tipo de caos en clase. Sin embargo, el resistente marco de madera aun esta en su lugar y no hay espacio por donde mi cuerpo pueda pasar. Aun si lo pateo o echo mi cuerpo contra él, no se rompe.

Una agitada conversación flota con el viento frío y húmedo del océano. La frase “por la fuerza” está mezclada ahí. Cálmense, todos. Y antes que eso, yo, cálmate. Hay una ranura para una llave en el centro del marco de la ventana, pero no se ve como si se fuera a romper si la golpeo con las manos.

—...Si de verdad eres mi mejor amigo Murata, —la llave de bronce está colgando de su dedo indice de la mano derecha—, ¡entonces no me dirías que agache la cabeza porque soy un rey! Aunque no se que pensaría el soukoku Daikenja.

—Y ahí empiezas de nuevo sin ninguna prueba...

—Muraken haría esto: se reiría y levantaría la cabeza así.

Murata justo hace eso. Baja la vista al piso con expresión derrotada mientras juega con la llave en la punta de sus dedos. Entonces ríe un poco y levanta la cabeza.

—Pensé que terminaría de este modo.

Esa es probablemente una frase de alguien más que escucho antes de nacer[5].

Arroja la llave que reluce roja. Viene volando hacia mi en un arco a la corta distancia de cincuenta centímetros entre nosotros que podría haber extendido la mano.

Murmuro un gracias, contengo mi impaciencia y abro la ventana. Los fragmentos de vidrio se esparcen, pero no me puedo preocupar por heridas triviales.

—Shibuya, la mascara.

—Ups.

Coloco la ajustada mascara sobre mi cabeza y ato las tiras de cuero. Coloco un pie en el marco de la ventana y saco fuera la mitad superior de mi cuerpo.

—¡Alto, todos ustedes!

Las miradas de todos inmediatamente caen sobre mi. Murata murmura detrás mio mientras salgo de la ventana.

—Deberías haber usado la puerta.

El Daikenja tiene toda la razón.




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Referencias[edit]

  1. Se refiere a la típica escena en los juegos de pelea donde dos personajes rotan para hacer técnicas combinadas, o cuando un personaje pide la asistencia de otro para hacer alguna técnica especial juntos.
  2. Un movimiento de lucha, ¿recuerdan? Tomar la cabeza de alguien con los dedos con fuerza.
  3. Daikenja = gran sabio. El kanji de “ken” es distinto en Daikenja que en Murata Ken, el primero (健) significa “saludable/fuerte”, mientras que el segundo (賢) es “sabiduría/inteligencia”. Aun así, comparten esa silaba en sus pronunciaciones.
  4. El furigana es la escritura pequeña (de los alfabetos katakana y hiragana) colocada a un lado o arriba de los kanjis que se creen podrían ser complicados de leer para la audiencia del texto, es decir los raros o difíciles. Además, a veces se puede dar otro significado a un kanji depende de como se use el furigana que lo acompaña, y asi se crean mas juego de palabras y ambigüedad. Hay miles de kanjis y depende la cultura de cada persona puede que sepan o no escribir algunos, Yuuri no es el mas aplicado así que sin duda tiene un vocabulario reducido.
  5. Dudo que mi traducción sea consistente y tenga siempre las mismas palabras, pero se supone que esta es la frase que siempre repite Conrart.