Maru-MA Volumen 07 Capítulo 9

From Baka-Tsuki
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Capítulo 9[edit]

—¡Gran bache adelante! ¡Maniobras evasivas a la derecha!

—¡Entendido!

—¡Pequeña manada de animales nocturnos acercándose desde el norte! ¡Reduce la velocidad y pasa entre ellos!

El telescopio súper compacto a base de maryoku, más que seguro inventado por Anissina, es muy efectivo para viajar de noche. Estoy junto a Josak en en el asiento del conductor haciendo de navegante. Si esquivamos las lomas y hondonadas en el camino, eso educirá el riesgo de que salga volando una de nuestras ruedas. Incluso si no ganamos terreno tan rápido, es una manera efectiva de conducir.

—Acércate al centro de esas rocas alineadas y pasa entre ellas en una curva cerrada hacia la izquierda... La nieve ha comenzado a apilarse de verdad, ¿eh? Si continua así, puede que las ruedas se estanquen y no seamos capaces de movernos. Antes sobrepasamos aquel carruaje que estaba siendo reparado... ¡ah!

—¿Qué pasa?

Quito mi ojo del telescopio por reflejo. Vi algo que no debía ver.

—Lo-lo vi.

—Si, ¿qué? ¿Tortugas del desierto copulando y dando a luz? Si ve algo como eso durante la pubertad entonces se revolverá y girará mientras duerme, ¿uh? —No. No era un secreto de la naturaleza como ese. Lo que vi fue algo que te haría saltar del miedo durante un programa de TV sobre fantasmas: la clara imagen de una niña sobrenatural.

Una niña con la cara blanca, ropa blanca y cabello blanco parada sola en las aun oscuras horas del amanecer. Además de eso, había sangre roja brillante cayendo por su frente y me miraba de una forma resentida que pude incluso notar a través del lente.

—¡Ay, debe haber habido un accidente o algo! ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos si terminamos malditos por el resto de nuestras vidas? ¡Por favor vete y pasa a tu próxima vida en paz!

—Shibuya, este no es un país budista[1].

Para alguien que movía la ouija por si mismo, soy alguien increíblemente débil ante los fantasmas. Justo el otro día pasé por una horrible experiencia en el campamento de entrenamiento de verano de mi equipo de béisbol amateur cuando oí rumores de que un fantasma aparecía en el hospedaje en el cual nos quedábamos. Una mancha en la pared era parecida a la cara en las latas de café BOSS, y agua roja de olor metálico salia de las canillas... y no había agua en el inodoro.

—Oh, parece que aun está ahí.

—¡¿Qué?! ¡¿También la puedes ver, Murata?!

—Cualquiera la puede ver. De todos modos, esa niña no es un fantasma.

Josak tensa las riendas y el carruaje de ovejas baja la velocidad de a poco. La niña de antes está parada en silencio en el lugar donde el carruaje se detiene por completo. Tiene el cabello color crema casi blanco y grandes y pálidos ojos azules. Es blanca de pies a cabeza y solo el color de la sangre es prominente. En general, se ve como alguien que ya he visto antes.

—Es verdad... no es un fantasma.

Está usando ropa fina inapropiada para este clima frío. Cuando levanto una lampara de mi asiento de acompañante, veo sus delgadas piernas y rodillas desnudas. Incluso hay una sombra gris sobre la escarcha apilada en el piso. A juzgar por su rostro y el largo de sus brazos y piernas, probablemente tiene la edad de un niño de jardín de infantes. Aunque es muy temprano por la mañana, ¿qué hace exactamente una niña pequeña como esta afuera en la oscuridad? —Oye tú, ¿que haces afuera de noche? ¿Dónde está tu casa? ¿Están por aquí tus padres?

Salto del tanque militar e intento revisar el paisaje. La niña mete los dedos en la lana de una oveja cercana y acaricia amorosamente su cálida piel. La herida y la sangre en su frente se han secado un poco y no es tan serio como pensaba. Me pregunto si puedo hacer algo con el majutsu curativo que —más o menos— me ha enseñado Gisela.

—¿Cómo te hiciste eso? Déjame ver. Esta bien, no voy a lastimarte.

—...me—la pequeña niña toma mi manga con dedos cubiertos de polvo y hollín—. Ayúdeme, señor.

—¿Eh?

Este no es momento para sentirse deprimido por ser llamado “señor”. No podemos simplemente dejar a esta niña pequeña aquí y además tenemos que tratar su herida. Y por sobre todo, los padres de la niña deben estar muy preocupados en este momento.

—Me pregunto si deambulaste hasta aquí. Oye, ¿dónde esta tu casa? ¿De dónde viniste?

La pequeña niña apunta hacia el lugar de donde vino silenciosamente. Murata, habiendo saltado del porta equipajes, me quita el telescopio.

—...Hay humo.

—Eso significa que es un niño perdido en medio de un incendio. Tenemos que ir a esperar en la escena y encontrar a tus padres.

Hay humo gris alzándose hacia el cielo nevado en la dirección a la que apuntó la niña. Es raro que haya una casa aquí afuera en tierra salvaje, pero por ahora necesitamos llevarla de regreso allí. Coloco a la sollozante niña en mi regazo y conducimos a las ovejas hacia el lugar.

Lo que se quema no es una casa sino un edificio de dos pisos con un techo poco empinado. Hay una docena de soldados rodeándolo, pero desafortunadamente este es un páramo seco con poca agua. Parece que se les está complicando apagar el incendio. Las llamas solo se vuelven mas fuertes y no hay ninguna señal de que vayan a extinguirse.

Lo que me preocupa es que no veo a nadie que pueda ser sus padres, abuelos o alguna clase de tutor. Hay alrededor de treinta niños reunidos juntos en un rincón de la valla que rodea el área. Todos están aterrados y se apiñan entre ellos, pero ninguno llora. Solo están mirando fijamente el humo oscuro y el triangulo del techo con lagrimas cayendo constantemente de sus ojos. En el asiento del conductor, Josak murmura para si mismo.

—...No puede ser.

No tengo tiempo de preguntarle que estaba por decir. La niña en mi regazo amaga a correr hacia sus compañeros. Todos los niños extienden los brazos a la vez.

—¡Chucky!

¡¿El muñeco asesino?! Dejemos eso de lado por un momento porque estoy realmente sorprendido de reconocer a algunos de esos niños. Las dos chicas sosteniendo a los mas pequeños protectoramente son las hermosas gemelas que estaban con Maxine.

—¡Oh, ya veo! Me pareció que lucían familiares. Todos los niños son parecidos a las Splatter Sisters... Espera, eso significa que todos son...

—Hijos de shinzokus. Él probablemente sabe sobre esto.

Hay algo desagradable en el tono de Murata. Luego de dejar las ovejas en un lugar seguro, Josak vuelve hacia nosotros apresurado.

—Lo conozco bien. Quiero decir, el lugar. Yo también estuve en una iglesia como esta en el pasado.

La niña llamada Chucky salta a los brazos de Freddy. Freddy grita brevemente “¡¿por qué?!”. Aun habla con pocas palabras o frases cortas, y suena como si estuviera enojada. Freddy probablemente quiso decir: ¿por qué no escapaste?

Los ojos de Josak se ven lejanos y vacíos mientras observa a los soldados extinguir el fuego.

—Puede que estén criando niños shinzoku en este lugar aislado. Al igual que hicieron con nosotros los niños con sangre mazoku y humana. Pero la situación es un poco diferente con estos niños. Si son shinzokus, entonces hay algunos entre ellos que han nacido con gran houryoku. Definitivamente algunos de ellos se convertirán en excelentes usuarios de houjutsu. En otras palabras... —Una pequeña explosión ocurre dentro del edificio y parte del techo colapsa—. Son extremadamente valiosos como... Mercancía.

—¿Mercancía?

—Pueden convertirse en soldados de su propio país o ser vendidos a piases extranjeros como usuarios de houjustu. Los niños con estos empleos no son raros en este continente. Especialmente aquellos con sangre shinzoku... En ese aspecto, los mazokus la tienen fácil, ¿eh? La mayoría de nosotros no tenemos es mas mínimo atisbo de maryoku.

Josak agrega esa ultima parte en un tono mas ligero, probablemente porque yo me quedé en silencio y estaba considerando mi humor. Niños tratados como “mercancía”. Ahora mismo estoy en un país donde eso es perfectamente normal.

Un soldado de Shimaron que carga agua frenéticamente grita mientras voltea que alguien del personal está dentro. La preciosa niña escapó, pero al parecer los humanos trabajando en la institución no se habían dado cuenta aun. Se que no tienen suficiente agua, pero aun así, sus habilidades como bomberos son insuficientes. Aunque ya no queda nada que las avive, las llamas en las áreas completamente quemadas y derrumbadas aun no se apagan.

—Esto es raro. El lado izquierdo del techo está completamente calcinado. ¿Cuanto mas piensa arder?

—Ah, es verdad. Shibuya, esta es tu primera vez, ¿no? —Murata cruza sus brazos sobre su pecho con las cejas constreñidas. No puedo imaginar que clase de recuerdo del pasado está reviviendo dentro de su cabeza en este momento—. Estas llamas en particular no se pueden apagar fácilmente con agua.

Esta no es mi primera vez. Ya he oído una descripción como esa antes.

—Oye, Wolf, algo como esto ya pasó antes, ¿verdad? Llamas conjuradas por una persona con esas habilidades y que no se podían apagar con agua normal.

—Si. Cuando atacaron la aldea de esos humanos extranjeros.

Mi amigo de la Tierra pone expresión de sorpresa. No es como si le hubiera contado todo lo que pasó en Shin Makoku. Mura no sabe cuanta EXP he acumulado, así que no tiene idea de en que nivel estoy ahora mismo.

—¡¿Lo que significa que un hechicero uso alguna clase de conjuro para comenzar este fuego imposible de apagar?!

Wolfram suspira exageradamente.

—Primero que nada, no es “hechicero”, es usuario. Segundo, no es “conjuro” es majutsu. Tercero, ¿hay algún otro mazoku por aquí además de nosotros?

—No.

—Lo que significa que yo, siendo un usuario de fuego, ¿soy el único que puede manipularlo? ¿Hablas en serio? Basta ya, Yuuri. Usa un poco la cabeza. Si continuas sin pensar sobre las cosas solo porque tienes al Daikenja a tu lado, tu cerebro se va a atrofiar y se volverá una masa esponjosa.

Eses es un problema moderno de la Tierra.


—Esto obviamente es fuego creado con houryoku humano. Hay un usuario de houjutsu cerca que está quemando este lugar con todas sus fuerzas. Es casi seguro que está cantando un mantra en este mismo momento para que todo se queme hasta las cenizas.

Como dije, intenté usar mi cerebro. Como me he enfocado solo en desarrollar mis músculos, mi cerebro funciona más lento que el de los demás. Si es como él dice, entonces solo necesitamos encontrar al usuario de houjutsu y cerrarle la boca, ¿verdad?

Buscar a alguien... alguien que no esté solo cargando agua, el usuario manipulando esas llamas. De otro modo, este fuego no se apagará en un largo tiempo. Eventualmente, se expandirá mas allá del edificio y quemará toda la zona.

Como si viera en cámara lenta, lentamente comienzo a escanear la zona buscando una persona con fuerte houryoku. No estoy usando una teoría o razonamiento. Soy yo simplemente tratando de sentir a alguien que puedo usar un poder extraño y difícil de describir siendo que soy alguien que posee un poder similar. No estoy seguro de si esto es posible. Sin embargo, al menos debería ser capaz de conseguir una pista sobre quien es. Mis ojos encuentran la fuerte mirada de una de las gemelas. Relucientes ojos dorado brillante y ojos negros como una noche sin estrellas. La maseki en mi pecho se calienta. Son esos ojos. Son los únicos que lo tienen.

Ay hombre, por favor que mis conclusiones sean equivocadas. Sin embargo, las plegarias increíblemente cortas nunca son contestadas. Di justo en el clavo. Ella comanda un gran poder con sus labios que apenas se mueven. Aunque ahora la he encontrado, no muestra indicios de parar de quemar el edificio.

—¡Freddy!

Para ser honesto, no tengo idea de cual es cual. Aunque viendo como reacciona cuando digo ese nombre, probablemente sea Freddy.

—¡¿Para ya, cual es el punto en todo esto?! ¡Detén el houjutsu ahora mismo y ordena a las llamas que se apaguen con esa agua!

Agita la cabeza moviendo su cabello casi blanco alrededor de ella. Una negación.

—Piénsalo, Freddy. ¿Qué es lo que quieres? Acabas de venir a un país extranjero por primera vez para participar en un torneo y estás quemando una institución como las de tu país e intentando matar a la gente que trabaja ahí. ¡¿Qué quieres conseguir con eso?!

—Nada contigo.

No tiene nada que ver contigo.

¿Nada que ver conmigo? Murata voltea la cabeza hacia un lado para mirar sus desafiantes ojos dorados.

—¿...Es esa niña...?

—Así es. Oye Wolf, aquella vez, ¿cómo detuve el fuego que estaba a punto de quemar por completo esa aldea?

Lord von Bielefeld pone una cara graciosa luego de que se le pregunte de repente esto tan nostálgico.

—¿No lo recuerdas? Lluvia.

—¿Lluvia?

—Así es. Hiciste caer un diluvio sin precedentes y rápidamente extinguiste el fuego. Espera, oye, no estás pensando en apagar ese fuego de houjutsu, ¿verdad? Estas son circunstancias completamente diferentes a las de la ultima vez.

Murata continua las palabras de Wolfram con voz fría.

—Esos niños son shinzokus y esta no es tierra mazoku sino tierras humanas abarrotadas de los elementos que obedecen al houryoku. Incluso si logras usar majutsu en esta tierra, es poco probable que puedas enfrentarte a esos niños. Y por sobre todo, si pierdes el control y te descontrolas, el que va a sufrir ese daño eres tu. No quiero ponerte en peligro utilizando un plan que tiene pocas chances de salir bien.

—¿Pocas chances de salir bien?

Si estamos calculando eso, siempre tengo pocas chances. Dejo escapar una risa sin sentido y me lleno de confianza sin fundamento. La maseki en mi pecho se pone aun mas caliente así que la agarro sobre mi ropa. Incluso eso parece sumarme fuerzas.

La blanca nieve que ha comenzado a acumularse en mis orejas, cuello y mejillas es extrañamente reconfortante. Se siente como si estuviera derritiéndose a través de mi piel hacia el centro de mi cuerpo y neutralizando a su paso todo el veneno. Me siento como si pudiera hacer algo ahora. Siendo que puedo controlar lo que usualmente termina siendo una explosión.

—No hay ninguna clase de idiota que no intente abanicar el bat si las chances de golpear la bola son bajas. Si no lo abanicas, nunca le vas a pegar. Incluso si tienes suerte y logras una base por bola[2], si no pones presión sobre el pitcher del oponente no conseguirás batear nunca. Antes que esperar a ver como se me pasan los tres strike, prefiero abanicar con ganas al aire. No me importa si me hacen burla llamándome ventilador por eso. Prefiero arriesgarme que ver pasar una buena bola y arrepentirme mientras me siento en la banca... tal vez llegue a primera base gracias a un error del pitcher.

Un hombre familiar aparece en mi campo de visión. Es Maxine con su postura de soldado y gallardo caminar. Siempre está donde no quiero que esté. De repente tengo ganas de maldecir.

—¿Qué hace aquí ese tipo?

—Debe haber detenido su carruaje y acampado cerca de aquí. Si Jason y Freddy están aquí, significa que las dos se escaparon sin que lo notara.

Pony Rapado parece entender todo inmediatamente y va hacia las gemelas. Yo también corro hacia allí entrado en pánico.

—¡Para, Maxine! ¡No las toques!

—¡Cállate! —él solo levanta la mano hacia mi y mantiene la vista sobre las gemelas—. ¡¿Han olvidado la deuda que tienen conmigo al haberlas comprado y sacado de este lugar, escapando a mitad de los juegos?!

¿Comprarlas y sacarlas...? Así que Jason y Freddy eran originalmente de aquí.

Maxine agarra las ropas de Freddy y la aprieta sobre el suelo nevado.

—¡Para!

Los adultos salen volando al mismo tiempo que el grito. Los ojos dorados de la otra gemela están en llamas al posarse sobre un nuevo enemigo. El poder de Jason protege a su hermana.

—Prometió que nos daría este lugar si ganábamos —grita la chica hacia mi mientras las lagrimas caen incontrolables por su rostro—. ¡Dijo que si ganamos, se concede cualquier deseo! Pero pasamos hoy por aquí... y ya encontraron compradores para Amy y Dana, Heather y Andy.

—Freddy.

—¡Nos prometió!

Clavo las uñas en el piso incapaz de acercarme a Freddy. Ni siquiera puedo tocarla para ayudarla a sentarse y calmarla. Murata agarra mi hombro. Nigel Weisz Maxine desenvaina la espada en su cintura.

—¡Basta, Maxine! ¡Son niños!

Quito los dedos que me retienen. “Estoy en contra de esto”, vienen palabras sin sonido. Está bien, tengo que ser capaz de controlarlo eventualmente.

Soy el único que puede movilizarse a si mismo. El que puede darle ordenes a Shibuya Yuuri no es Murata o esa persona.

Soy yo.

Anticipando que mis alrededores se convertirán en blanco puro, cierro los ojos para protegerme del brillo. Lucho por mantener los pies en la tierra como si estuviera parado dentro de una tormenta de nieve. Ya no puedo escuchar la voz de esa mujer. Nadie me guía desde hace mucho tiempo. Si estiro mi mano, no hay nadie en quien depender. Ni siquiera puedo sentir la calidez de nadie parado a mi lado. Es la inseguridad de caminar por la blanca oscuridad mientras contengo el aliento. En un punto mucho mas lejano que antes, Freddy está sola a la distancia. Está siendo golpeada por un viento que parece lo suficientemente fuerte como para hacerla caer, pero extrañamente no hay ruido.

Es raro. Es diferente a lo normal. “El hombre” con la forma rara de hablar no aparece. No hay música de fondo reproduciéndose con fuerza en mis oídos y no siento como si sostuviera un abanico en mi mano derecha[3].

Solo somos la chica y yo mirándonos entre nosotros en la pura blanca oscuridad.

¿Así se siente controlarme a mi mismo? ¿Auto disciplina?

—Escúchame, Freddy. Se como te sientes... no, nunca he pasado por algo como eso, pero es horrible cuando alguien rompe una promesa. —Contrario a mis poco características palabras racionales, mis pensamientos son salvajes. ¡¿Este soy yo?! ¡¿Este soy yo en ese Modo Descontrol?!

—Pero la violencia no resuelve nada. Escúchame, Freddy, quiero que seas valiente. No quiero vencerte. Quiero salvarlos a todos de alguna manera.

—Mentiras. —La pequeña niña agita la cabeza levemente. Su ira no es tan fuerte como antes—...No te creo.

—Quiero que apagues el fuego, Freddy. Hay personas ahí. Son personas que conoces, ¿verdad? Puede que hayas hablado y jugado con ellos. Puede que te hayan hecho comida. ¿Es tomar sus vidas lo que realmente quieres? Te lo prometo, Freddy. Si apagas el fuego, los sacaré a todos de aquí. Los llevaré a un lugar mucho mejor. ¿No es acaso un lugar más divertido donde vivir lo que Jason y tu querían? Las llevaré, así que vengan. De seguro lo vamos a encontrar. —Lentamente extiendo mi mano de dieciséis años.

No se que tanto puedo hacer. Pero, lo haré. Lo que pueda. Luego de un irritante largo momento, Freddy toma mis dedos.

—Definitivamente voy a encontrar un lugar para ustedes. Lo prometo. No las dejaré a medio camino.

Luego de ver el dragón gigante que se materializa de la nada, Murata cierra los ojos en silencio.

Lentamente está comprendiendo porque nació para el reinado de este rey, para la era de este Maou, como amigo de Shibuya Yuuri.

La nieve se convierte en una lluvia torrencial y las llamas se apagan al instante.

Sin embargo, él aun desconfía de los shinzoku. Solo son seres problemáticos para los mazoku. Si algo sale mal, pueden convertirse en ángeles de la muerte.

Mientras usa esta aterradora cantidad de maryoku, su amigo solo se arrodilla exhausto frente a él. ¿A dónde fue a parar la apariencia energética, intimidante y carismática de la ultima vez? Yuuri mismo parece haber notado el inusual cambio también, e intenta esconder su ansiedad con una conversación frívola. Aunque no hay energía en su voz.

—...Sabes, es como si hubiera algo raro conmigo. Parece que me convertí en un tipo calmado.

—A mi me parece que solo te pusiste un poquito serio.

Incluso hay un poco de inquietud en la burla de Wolfram.

Murata Ken alza la mirada hacia el cielo relampagueante e intenta encontrar indicios de un buen presagio. Sin embargo, antes de que pueda ver su color, el humo gris obstruye la vista de sus ojos negros.




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Referencias[edit]

  1. Yuuri utiliza un término budista, “youbutsu”, para referirse a “pasar a la próxima vida en paz”.
  2. Una base por bola (base on ball, o BB, o walk en inglés) es cuando el pitcher lanza fuera de la zona de bateo cuatro veces, golpea al bateador con la bola o el catcher interfiere, lo cual acredita al bateador a avanzar a primera base y a todos los demás moverse una sin estar la bola en juego y sin pegarle.
  3. Esto es una referencia a los lores feudales japoneses y el estereotipo de ellos sosteniendo un abanico.