Zero no Tsukaima ESP VOL4 Epil

From Baka-Tsuki
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Henrietta perdió el conocimiento por un tiempo, pero ella despertó cuando una voz pronunció su nombre.

Louise la miraba intensamente con preocupación.

La lluvia se había detenido. El pasto cercano estaba húmedo y envuelto por una atmósfera fría.

Era como si la violenta batalla que tuvo lugar ese día, fuera ahora solo una mentira, pensaba Henrietta.

Sin embargo no era una mentira. El cuerpo frió de Wales yacía junto a ella. Los otros cuerpos muertos estaban esparcidos a su alrededor. Era el final de las personas a quienes les habían dado la vida falsa por el anillo de Andvari. Por la magia ‘Disipar’ de Louise, la vida falsa desapareció y ellos regresaron a su forma original. Aunque Henrietta no sabía la razón, era sólo eso, ella sentía que las cosas necesitaban regresar a como deberían de ser. Y eso era suficiente por ahora.

Ella quería creer que solo era un sueño. Aunque realmente todo era una como una pesadilla. Y ella misma había tratado de tirar todo por la borda y rendirse ante esa pesadilla.

Henrietta cubrió su rostro con sus manos. Justo en ese momento, ella no tenía derecho de abrazar el cuerpo de Wales. Mucho menos tenía el rostro para mirar a Louise que se encontraba en frente de ella, quien la amaba desde que eran niñas.

-“¿Qué es lo que he hecho?”

-“¿Ha despertado?”

Louise le preguntó a Henrietta con una voz triste y fría. No había ninguna señal de enojo. Había algunas cosas que necesitaba pensar, pero era la Louise habitual.

Henrietta asintió.

-“¿Qué puedo decirte para pedirte disculpas? ¿Qué puedo decir para pedirles disculpas a las personas que lastime? Por favor dime, Louise.”

-“Mas importante. Princesa, sus poderes son necesarios.”

Louise apuntó al cuerpo de Saito, que había perdido el sentido.

-“Que horribles heridas.”

-“Él fue tragado por el tornado. Por favor cúrelo con su magia de ‘agua’.”

Henrietta asintió y entonó una runa. Con el poder de la varita de la familia real que almacenaba el poder del ‘agua’, las heridas de Saito se empezaron a cerrar. Los ojos de Saito se ensancharon cuando se dio cuenta que la persona que había curado sus heridas, había sido la misma Henrietta.

-“No tengo palabras para disculparme. ¿Hay mas gente herida?”

Hubo varios nobles sobrevivientes del escuadrón de Grifos. Henrietta sanó sus heridas uno a uno.

Y entonces… sin importarles si era un enemigo o un aliado, los cuerpos fueron llevados a las sombra de los árboles. Incluso si el cuerpo fuera enterrado después, ellos no podían dejarlos tirados allí.

Louise y los otros… incluso Kirche, incluso Tabitha, no condenaban a Henrietta. Henrietta había estado viviendo una pesadilla. Un dulce y tentador sueño. Si ellos tenían que odiar a alguien, sería a la persona que le dio una vida falsa a Wales y que tomó ventaja del corazón de Henrietta de esa manera. No se podría decir que Henrietta se culpara a ella misma, pero también era verdad que había una existencia que se benefició de su pecado.

Henrietta estaba tratando de mover a Wales al final.

En ese momento…

Henrietta vio algo que no podía creer.

Tal vez, el triste amor de Henrietta había alcanzado a alguien.

Quizás, alguien amistosamente, para aliviar su pecado, suavemente tocó la escala de la vida.

Cuando Henrietta tocó el pecho de Wales, sus ojos se abrieron débilmente.

-“¿…Henrietta? ¿Eres tú?”

Era una voz débil y desvanecida, pero era la voz de Wales sin ninguna duda. Los hombros de Henrietta se estremecieron. Si los milagros existieran en Halkeginia, momentos como este definitivamente deberían de serlo.

Eso era por que ninguno podría explicar la razón de por qué la luz de la vida que había desaparecido dio un pequeño resplandor. Era posible que cuando la magia ‘disipar’ de Louise expulsara la vida falsa, Wales apenas se persistiera a encender el aliento del fuego de la vida.

Era posible que los sentimientos que sentía Henrietta por Wales exhortaran a un capricho de los dioses. Ninguno sabía por qué. Solo eso, Wales abrió sus ojos. Esa era la verdad.

-“Wales…”

Henrietta pronunció el nombre de su amado. Ella entendió. Wales esta vez sí era el verdadero Wales. No una marioneta que era movida por la vida falsa, era el verdadero. Las lágrimas fluyeron por los ojos de Henrietta.

-“Que cosa. Cuanto tiempo he esperado este momento…”

El grupo se acercó de prisa con rostros de sorpresa.

Los ojos del grupo se abrieron de par en par cuando vieron que Wales abrió sus ojos.

En ese momento, Henrietta vio que una mancha roja se estaba extendiendo sobre el pecho de la blanca camisa de Wales. La herida causada por Wardes que estaba cerrada por la vida falsa se estaba abriendo.

En pánico, Henrietta entonó un hechizo tratando de cerrar la herida.

Sin embargo… cruelmente, para Henrietta la magia no funcionaba en la herida. Con la herida sin cerrarse, la mancha de sangre solo se incrementaba.

-“Wales, no… no, por qué…”

-“Eso no sirve… Henrietta. Esta herida ya no cerrará. Los cuerpos que han muerto una vez ya no pueden revivir de nuevo. Yo tuve la probabilidad de regresar un momento, solo un momento. Tal vez es el capricho del espíritu del agua.”

-“Wales, no, no… ¿tú planeas dejarme sola de nuevo, verdad?”

-“Henrietta. Yo solo tengo un ultimo deseo.”

-“No digas algo como ‘ultimo’.”

-“Quiero ir al lago Ragdorian, donde te conocí la primera vez. Hay algo que quiero prometerte en ese lugar.”

Tabitha llamó por su dragón de aire. Saito y Kirche pusieron a Wales en la espalda del dragón. Después, Henrietta, quien estaba montando el dragón, puso la cabeza de Wales en sus rodillas y aguantó su cuerpo para que no se cayera.

Cargando al grupo, el dragón de viento se elevó.

Apuntando hacia el lago Ragdorian, el dragón de viento voló en línea recta hacia él.

En el lago Ragdorian, Wales, inclinando el cuerpo sobre Henrietta, caminaban por la orilla. El cielo empezaba a aclarar. La mañana estaba cerca.

-“Que nostálgico.”

-“Sí.”

-“Cuando nos encontramos por primera vez, yo pensé que parecías un hada. Mira, tú estabas bañándote cerca de aquí.”

Wales apuntó a un lugar. Probablemente él ya no podía ver. Ese lugar era completamente diferente de los recuerdos de Henrietta.

Sin embargo, Henrietta asintió. Desesperadamente resintiéndose a no llorar.

-“Oh, eres muy hábil, como siempre.”

-“En ese momento, esto es lo que pensé. Que nosotros tiráramos todo por la borda y nos escapáramos. Cualquier lugar estaría bien para vivir. La localización no importaría. Solo sería necesario tener una casa pequeña con un jardín. Ah, un lecho de flores sería necesario. Una lecho de flores para que tú plantaras flores en el.

Era como si el poder de las piernas de Wales fuera absorbido con cada paso que daba.

-“Hey, siempre he querido preguntarte algo. En ese momento, ¿Por qué no dijiste estas palabras tan amables? ¿Por qué no me dijiste que me amabas? Yo siempre he esperado por esas palabras.”

Wales sonrió.

-“Yo no podía decir esa palabras, sabiendo que podría hacerte infeliz.”

-“¿Qué estas diciendo? Era mi alegría ser amada por ti.”

Wales se mantuvo en silencio. Henrietta sentía que la vida del cuerpo de su amado Wales desaparecía poco a poco. Para él, que haya durado tanto tiempo le parecía un milagro.

Sin embargo, ella no lloraba. En el momento restante, ella quería conversar con el, lo más posible. Incluso si su voz le temblaba por la tristeza.

Reuniendo su fuerza, Wales se puso de pie.

-“Jura, Henrietta.”

-“Yo jurare por cualquier cosa que me digas. ¿Sobre qué debo de jurar? Por favor dime.”

-“Por olvidarme. Jura que me olvidarás y que encontrarás a otro hombre para amar. Quiero oír esas palabras. Aquí junto al lago Ragdorian. En frente del espíritu del agua, quiero oírte prometer eso.”

-“No digas algo imposible. No puedo jurar tal cosa. No hay manera de que yo pueda jurar una mentira.”

Henrietta se congeló al momento. Sus hombros empezaron a temblar.

-“Por favor, Henrietta. O de lo contrario, mi alma probablemente vagará por siempre. ¿Quieres hacerme infeliz?”

Henrietta sacudió su cabeza.

-“No. Definitivamente no quiero eso.”

-“No tenemos tiempo. Ya, ya no tenemos más tiempo. Ya estoy listo… es por eso, por favor…”

-“Entonces, entonces jura. Jura que tú me amas. Ahora, tú deberías de ser capaz de jurarme eso, ¿verdad?. Si tú me juras eso, entonces yo te juraré también lo que me pediste.”

-“Yo deseo...”

Henrietta, con una expresión triste, dijo las palabras del juramento.

-“…yo juro. Olvidar a Wales. Y también, encontrar a alguien mas para amar.”

Wales dijo de una forma satisfecha.

-“Gracias.”

-“Ahora es tu turno. Por favor.”

-“Yo deseo. Que me lleves a la orilla del agua.”

Henrietta llevó a Wales a la orilla del lago. La luz del sol matutino se asomaba entre los árboles, y con una belleza inimaginable en este mundo, el lago Ragdorian centelleó.

Sus piernas se sumergieron en el agua.

Henrietta sacudió los hombros de Wales.

-“Ahora, dilo. Que me amas. Solo por este momento. Yo voy a recordar este momento por toda la eternidad. No importa lo que digas, yo lo recordaré. ¿Entiendes?”

Sin embargo, Wales no respondió.

-“¿Wales?”

Henrietta sacudió sus hombros, pero Wales ya había muerto.

Ella lentamente recordaba los días en ese lugar, cuando ella conoció por primera vez a Wales.

Como si ella tomara uno por uno los recuerdos de su cofre de tesoros y los inspeccionara.

Los días alegres y brillantes no vendrían más.

Las palabras de promesa intercambiadas en este lago ya no podrían ser protegidas.

-“Que persona mas odiosa”

Mirando hacia delante, Henrietta susurró:

-“Al final, tú nunca pronunciaste las palabras del juramento.”

Lentamente, Henrietta cerró sus ojos.

De sus párpados cerrados, una línea de lágrimas bajo por su mejilla.

Saito estaba observándolos desde las sombras, sosteniendo los hombros de Louise. Louise estaba silenciosamente observando a Henrietta, extinguiendo su voz mientras lloraba.

Mientras sostenía los hombros de Louise, Saito pensó:

“¿Hice bien?”

En ese momento, dejando ir a Henrietta, como ella decía… ¿estaría feliz por ella? Incluso si era una vida falsa, incluso si era un amor falso… si la persona misma cree que es real, ¿no estaría bien por si mismo?

Mientras sostenía los hombros de Louise, quien estaba llorando como una niña, Saito constantemente continuaba pensando en eso. Qué fue lo correcto y qué fue lo que estuvo mal… incluso después de esto, probablemente habrá otras cosas que lo preocupen, pensó Saito ligeramente.

Incluso después de esto, probablemente habrá momentos en los que será presionado a tomar una decisión como esta vez.

Saito abrazó firmemente a Louise.

Al menos, cuando el momento llegue… por él, por si mismo, sin vacilar, Saito rezaba. Henrietta colocó el cuerpo de Wales en el agua.

Entonces onduló un poco su varita y entonó una runa.

El agua del lago se movió, lentamente cargando el cuerpo de Wales dentro del agua, donde se hundió.

El agua siempre estaba intensamente transparente, y el cuerpo de Wales que se hundía se podía ver claramente.

Incluso después de que ella no pudo ver más a Wales, Henrietta permaneció en su lugar. Incluso cuando la superficie del lago reflejaba la luz del sol y reflejaba la luz de los siete colores prismáticos alrededor del área… Henrietta continuaba mirando hacia la eternidad.



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