Zero no Tsukaima Español:Volumen3 Capítulo7

From Baka-Tsuki
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El Manto del Dragón[edit]

Los ojos de Saito se desorbitaron ante la vista de las Vestiduras de Dragón. Estaban en el templo construido cerca de Tarbes, la ciudad natal de Siesta. Era allí donde reposaba las “Vestiduras de Dragón”. En realidad, seria más correcto decir que el templo fue construido para albergar las Vestiduras de Dragón. El templo estaba construido en una esquina del campo. Su puerta estaba hecha de varios troncos unidos, y sus paredes estaban hechas de planchas y mortero en vez de piedra. Sobre un área del piso de madera pintado en verde oscuro reposaban las Vestiduras de Dragón. Tal vez era por el hechizo de permanencia, pero no había signos de oxidamiento. Estaba como recién fabricado.

Kirche y Guiche miraron las Vestiduras de Dragón, desilusionados. Atraída por la curiosidad, Tabitha lo observaba con interés. Sorprendido, Saito miraba fijamente las Vestiduras de Dragón.

-“Saito, ¿estas bien? Si te mostré algo que te hizo sentir mal…” dijo Siesta en una voz preocupada.

Saito no respondió. Continuó mirando las Vestiduras de Dragón como si hubiera sido profundamente conmovido.

-“Por supuesto que esto no puede volar.” Dijo Kirche.

Guiche asintió.

-“¿Esto es algún tipo de canoa verdad? Y mira esas alas, ni siquiera se pueden mover. Es como un pájaro de juguete, o algo por el estilo. Eso sin mencionar que incluso las alas de los dragones pequeños son de ese tamaño. Los dragones y los Wyverns (N.T. Los wyverns son criaturas parecidas a los dragones pero no tienen las patas delanteras. Serian mas concretamente serpientes aladas) pueden volar porque pueden mover sus alas. ¡Que grandes Vestiduras de Dragón!” Dijo Guiche en un tono sarcástico.

Guiche apunto a las Vestiduras de Dragón y asintió, convencido de que tenía razón

- “¿Saito… realmente estas bien?”

Saito tomó a Siesta por los hombros mientras ella estudiaba su cara. Saito hablo febrilmente.

- “Siesta.”

- “¿S-Si?”

-“¿Tu abuelo dejo algo mas?”

-“Um… las únicas cosas importantes son su tumba y unas pocas pertenencias suyas”

-“Muéstramelas”

La tumba del abuelo de Siesta estaba localizada en el cementerio de la villa. Las lápidas estaban hechas de grandes piedras blancas. Entre ellas estaba una lápida hecha de una piedra negra, haciendo un gran contraste con las otras.

Había palabras escritas en la lapida.

- “Mi abuelo hizo esta lapida antes de morir. Esta escrita en un lenguaje de un país diferente, así que nadie ha sido capaz de leerla. Me pregunto que será lo que dice…” dijo Siesta.

Saito la leyó en voz alta.

- “Enlistado de la marina Sasaki Takeo, descansa en otro mundo.”

- “¿Que?”

Los ojos de Siesta se exaltaron al mirar a Saito, quien la leyó fluidamente.

Saito miro a Siesta euforico, haciéndola sonrojar

- “Detente… si me miras así…”

Cabello negro, pupilas negras… este sentimiento de nostalgia… así que es por eso, pensó Saito, dándose cuenta de porque se sentía nostálgico.

- “Siesta, te dijeron que tu cabello y tus ojos son similares a los de tu abuelo, ¿verdad?” Dijo Saito para la sorpresa de Siesta.

- “¡S-Si! ¿Como lo supiste?”




Retornando al templo, Saito toco las vestiduras de dragón. Cuando lo hizo, las runas al dorso de su mano izquierda empezaron a brillar. Ya veo, así que esto debe ser considerado un arma. Saito pensó mientras miraba las ametralladoras sobresaliendo de las alas. Al brillo de las runas, la construcción y el control de las Vestiduras de Dragón se revelaron claramente a Saito. Pensó que podría volar esto él mismo.

Saito encontró el tanque de combustible y lo abrió. Tal como lo esperaba, estaba vacío. No importa lo bien que lo preservaran, no podía volar sin gasolina. Me pregunto como él habrá llegado a Halkeginia con este avión… Saito deseaba seguir sus huellas, no importa adonde le llevaran.

Siesta volvió de la casa de sus padres.

- “Todo el mundo esta sorprendido porque llegue dos semanas mas temprano de lo que anuncie”

Emocionada, Siesta le paso el objeto que estaba en sus manos a Saito. Eran unas viejas gafas de aviador, probablemente las que su abuelo usaba como enlistado de la marina. Él era, como el dueño del bastón de la destrucción que Saito había usado para derrotar al golem de Fouquet, alguien de otro mundo. Un extranjero, como Saito.

- “El abuelo solo dejo esto. No tenía un diario ni nada parecido. Pero papa dijo que él dejo un testamento”.

- “¿Un testamento?”

- “Si. ‘Si alguien que puede leer la inscripción que aparece en la tumba, denle las Vestiduras de Dragón’.”

- “¿Eso significa que es mío ahora?”

- “Si. Papa dijo que estaba bien dártelo. De cualquier modo, Era una molestia encargarse de el… es grande y aunque hay algunas personas aquí que lo veneran como un dios… solo esta acumulando polvo en esta villa.”

- “Bueno, en ese caso no lo pensare dos veces.” dijo Saito

- “Papa también quería que te dijera algo. Él dijo que quería que regresaras las Vestiduras de Dragón al rey. Rey… me pregunto a que rey se refería, ni siquiera sabemos a que país pertenecía mi abuelo…”

- “El es de mi país.” Dijo Saito.

- “¿En serio? así que por eso pudiste leer la inscripción en la lápida. ¡Wow! Estoy conmovida. Mi abuelo era del mismo país que Saito. Parece que es cosa del destino…” dijo Siesta pensando abstraídamente. “Entonces el abuelo realmente vino a Tarbes usando las Vestiduras de dragón.”

- Esto no se llama Vestiduras de Dragón.

- ¿Como se llama esto en el país de Saito?

Mirando al Vestiduras de Dragón, Saito recordó un modelo de plástico que armó cuando era pequeño. ¿Porque alguien llamaría a esto “Vestiduras de Dragón”? Tal vez era más fácil entenderlo de esa manera. De la misma forma que con el “bastón de la destrucción”. El miro las insignias dibujadas en las alas y el cuerpo del avión. Un círculo rojo. Parece que tenía pintura blanca alrededor pero estaba cubierto por el mismo color verde oscuro que usaron en el resto del avión. El carácter del signo zodiacal del dragón estaba escrito en la cubierta. Probablemente era el nombre de la unidad en la que el servia.

Saito se sintió muy nostálgico de meramente mirar algo tan viejo de su mundo.

Saito replico,

- “Es un Caza Zero. Es una aeronave de combate usada por mi país en el pasado.”

- “¿Caza Zero? ¿Aeronave de combate?”

- “En otras palabras, un aeroplano.”

- “¿Es un avión? ¿El que mencionaste antes?” (N.T. creo que se refiere al capitulo donde ellos se bañan juntos y él le menciona los aviones de su mundo)

Saito asintió.



Ese día, todos se quedaron en la casa de Siesta. Como había nobles hospedándose allí, incluso el jefe de la villa vino a saludarlos. Siesta presento a Saito ante su familia, su padre, su madre, y sus hermanos. Siesta era la mayor de ocho hermanos. Sus padres vieron a Saito con aspereza al principio pero eso se termino una vez les dijo que él cuidaba de ella en la academia. Saito la envidiaba. Cuando pensó acerca de ello, Louise, Kirche, Tabitha y Guiche todos tenían familias. Él también tenía una, pero no podía encontrarse con ellos. Aun si quisiera hacerlo, ni siquiera sabría donde empezar.

Al anochecer, Saito contemplo el amplio campo. El sol se estaba poniendo detrás de las montañas más allá del campo. Era un campo enorme. Justo como dijo Siesta, las flores estaban brotando donde quiera. Así que este es el hermoso campo que Siesta quería mostrarme.

El piloto que terminó en este mundo con el caza zero probablemente trató de encontrar una forma de volver a casa volando en el cielo… pero se le agotó el combustible y terminó en este campo. El campo era plano y amplio, por lo que aterrizar allí probablemente era fácil. Él no pudo volar cuando se lo pedían porque se le había acabado la gasolina.

Siesta se acercó a Saito, que estaba todavía contemplando el campo, ahogado en los recuerdos de su mundo. Ella vestía una falda marrón, zapatos de madera y una camiseta de algodón verde oscura, en vez de su habitual uniforme de sirvienta. Como el campo ante él, su apariencia era aquella del olor de la luz del sol. (N.T. Supongo que querrá decir indescriptible)

- “¡Así que aquí estabas! La cena está lista. Papa insiste en que comamos juntos.” Dijo Siesta tímidamente. “Te pedí que vinieras a visitarme, pero realmente no esperaba que sucediera.”

Siesta extendió sus brazos hacia el amplio campo que estaba ante ellos. El sol poniente bañaba el campo con una luz hermosa.

- “¿No es este campo hermoso? Esto era lo que quería mostrarte. Saito.

- “Si, lo es.”

Entonces Siesta bajó la mirada y jugueteó con sus dedos.

Entonces Siesta bajó la mirada y jugueteó con sus dedos.

- “Mi padre dijo que encontrarse con alguien que vino del mismo país que mi abuelo debe ser cosa del destino. Él pregunto que si podrías establecerte en la villa. Y si lo hicieras entonces yo… dejaría mi trabajo en la academia y volvería aquí, contigo.”

Saito no respondió. Solo miraba al cielo fijamente. Estaba pensando lo tierna que era Siesta con él. Si ella le dijera otra cosa bonita, su corazón probablemente se derretiría. Él se sentía solitario cuando vio a Siesta sentada y charlando alegremente con su familia. Luego de ver el Caza Zero, extrañaba su hogar mucho más intensamente.

Siesta miro a Saito que todavía estaba observando el cielo y sonrió.

- “Pero, esta bien. Se que no funcionará. Eres como un pájaro. Tu destino es volar lejos algún día.”

Saito entonces decidió decirle a Siesta la verdad.

- “Tu abuelo dijo que vino desde el este, ¿verdad?”

- “Um… si,” dijo Siesta, un poco preocupada

- “Tu abuelo, al igual que yo, no nació en este mundo.”

- “Naciste en Rub’ al Khali en el este, ¿cierto?”

- “No. Es mucho, mucho mas profundo que eso.” Dijo Saito en un tono serio. “Es un mundo diferente. No soy de este mundo.”

- “Solo estas jugando conmigo, ¿cierto? Si no te gusto, entonces solo dilo.” Dijo Siesta, haciendo pucheros.

- “No, no es eso para nada. No estoy jugando contigo."

- “¿Alguien te espera allá?”

- “No. Pero mi familia está esperando. Algún día tendré que dejar este mundo por mi mismo.”

Saito se volvió hacia Siesta y dijo débilmente, “Por eso no puedo hacer las cosas que mencionaste.”

Saito estaba muy serio. Siesta sabia que él no estaba bromeando.

- “Puedo proteger personas con mi poder mientras este aquí. Pero eso es todo. No tengo derecho a vivir con nadie. No lo tengo.

- “Pero mi abuelo lo hizo, ¿o no?”

- “Tu abuelo no tenia el poder de gandalfr como yo. Hasta ahora, ha habido muchos enemigos, pero los he derrotado con este poder. Siento como si este poder me guiará."

- “Entonces… ¿Puedo esperarte? No tengo las cualidades pero puedo esperar. Si haces tu mejor esfuerzo en volver a tu casa, y todavía no lo consigues, entonces…”

Siesta guardó silencio. Si eso en verdad pasara, ¿qué haría? Saito pensó. Su pulso se aceleraba solo de mirar a Siesta. Ella era linda, y despampanante sin ropa. Es amable e incluso sabe cocinar. Es una chica grandiosa. Otra razón más por la que no le podía prometer nada.

Recobrando la compostura, Siesta sonrió.

- “Un búho mensajero acaba de enviar esto. Parece que los profesores están muy molestos. La señorita Zerbst y el sr. Gramont estaban pálidos. Me mencionaron a mí también. Dijeron que podría tomarme un pequeño descanso por el momento. De cualquier modo la boda de la princesa esta cerca. Así que hasta que se termine el descanso estaré aquí.”

Saito asintió.

- “Um… ¿entonces puedes hacer que el manto del dragón vuele?”

Con gasolina, probablemente, pensó Saito.

- “No estoy seguro. Tengo que hablar con alguien primero. Si logro hacerlo volar, quiero ir a las tierras del este. Tu abuelo voló desde allí, ¿verdad? Debe haber alguna pista allá.” Dijo Saito mirando la puesta de sol.

- -“¿En serio? Si logras que vuele seria grandioso. El manto del dragón era llamado ‘Caza Zero’ ¿cierto? Si consigues hacerlo volar por favor déjame montarlo aunque sea por una vez.”

Saito asintió.

- “Puedo dejarte volar las veces que quieras. De cualquier forma, Era de tu familia para comenzar.”

A la mañana siguiente, usando unas cuantas conexiones del padre de Guiche, Saito logró obtener servicio de unos cuantos caballeros dragón. Ellos cargaron el caza zero hasta la academia en una gran red con sus dragones.

Guiche inicialmente se preguntó porque estaban cargando esas inútiles “Vestiduras de Dragón”, pero ya que Saito insistió, se rindió. El coste de hacer una gran red y llamar a los caballeros dragón era ridículamente alto. Saito estaba en aprietos ya que no podía pagar los gastos de transportación. Sin embargo, tan pronto como el caza zero apareció en el patio de la academia, alguien apareció en un instante y pago los cargos. Era el Sr. Colbert.


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