Maru-MA Volumen 04 Capítulo 10

From Baka-Tsuki
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Entonces, al final, ¿qué pasó con mi esguince?

Paso los siguientes tres días en el centro turístico de Hildyard dentro de las aguas termales desde la mañana hasta la noche, siempre que tengo tiempo libre. Al final me acostumbré a estas tangas y estoy en la fina linea de pensamiento en que me asombran los shorts de natación normales. Esto es tan vergonzoso que no se lo puedo contar a nadie.

Cuando tengo que separarme de Greta gimoteo en frente de todos, pero nadie se rie de mí. De todos modos, Hyscliff promete que la hará visitarnos dentro de un mes. Ahora que lo pienso, han pasado menos de diez días desde que esa niña apareció ante mí. Cuando me doy vuelta para comentar que en realidad no ha pasado suficiente tiempo para que desarrollara adecuadamente los sentimientos de un padre, me encuentro con Wolfram llorando a lagrima viva porque otros lloran.

Anissina se queda en la ciudad turística. Aparentemente va a abrir un enorme centro comercial dedicado a los tejidos e inventos varios. Una vez que se curen, habrá alrededor de 100 chicas jóvenes para tejer que tienen delicados dedos de señoritas —a diferencia de os dedos de los hombres. Durante la noche les enseñará cómo leer y sobre prácticas empresariales, y por la tarde trabajarán para poder pagar su educación y obtener un ingreso estable. Izura y Nina también serán parte de ese sistema.

—Lo único que salvará a estas desafortunadas mujeres será la educación. —Puedo entender todo eso. Es muy recomendable. No obstante, después de eso siguió esto: —¡Y cuando sean fuertes e inteligentes, estas mujeres gobernarán a los hombres tontos y darán a luz a un nuevo y maravilloso mundo!

Ese discurso es un poquitín sexista.

—¡También me gustaría contar con unas palabras de despedida de parte de Su Majestad!

—…Bu-buena suerte.

No tengo el coraje de desobedecerle. La tienda de hinomoko está siendo armada en un rincón del centro comercial y parece que la preparación de la comida de palacio del país perdido de Conashia está siendo llevada a cabo con mucha atención al detalle. También me gustaría recibir instrucciones sobre ese método único de sorber ruidosamente un solo fideo.

Posiblemente porque estoy en buenos tratos con él, el anciano macho man de la vincha para la cabeza retorcida me da el bol que es una reliquia familiar suya. Tiene un diseño chino y hay un dragón retorcido en el fondo. Dice que no tiene precio, pero por lo que puedo ver, es solo un bowl normal.

—Aparentemente, puedes ver el futuro en esa sopa.

—No puede ser. Quizás el pasado, o una vida pasada, pero, ¿cómo se supone que te muestre lo que aun no ha sucedido? —dice Wolfram.

—Es verdad. Yo pensé lo mismo. Tal vez como mucho te muestre un fantasma que está parado detrás de ti, ¿no crees?

El viaje en barco de vuelta a casa es muy relajante y no tenemos que preocuparnos por los piratas ni calamares gigantes. Sin embargo, el joven uniformado del primer viaje está aquí en el barco otra vez y al principio es un poco incómodo. Para peor, ya no tenemos a mí hija bastarda como en el viaje de ida, pero en su lugar trajimos a un hombre completamente inconsciente a bordo. No lo culpo por sospechar.

La vida de Gegenhuber ya no peligra, pero por el momento él está simplemente “vivo”. Su corazón y pulmones están trabajando, pero no parece que vaya a recobrar el sentido. En un momento suena como si dijera algo, pero probablemente solo es mi imaginación. Especialmente porque lo que escucho es:

—Estoy en deuda contigo.

Y eso es todo. ¡¿Acaso es un samurai o algo parecido?! Definitivamente es mi imaginación. Si tan solo hubiera usado un tono de voz similar al de los tiempos antiguos para decirlo, habría sido muy gracioso.

Me pregunto cómo reaccionará Nicola. Pero si le pregunto eso despreocupadamente a Conrad él se pondrá incomodo. Así que hago lo que me han dicho y me mantengo alejado de la cabina de Huber. La enfermera de mediana edad que contratamos en Schildkraut cuida de él a cada hora.

Es alrededor del mediodía, justo cuando la temperatura está subiendo, que llego a mi castillo.

Como abandoné mi trabajo y escapé después de solo dejar una breve nota, me imagino que Günter debe estar de muy mal humor, y me preparo antes de entrar a la sala principal.

—Um, Günter, no, ¿Günter-san?

—¡Su Majestad!

Él abre sus brazos tanto como puede, haciendo que su ya alta estatura parezca aún más imponente, y viene corriendo hacia mí… o no. Sobre sus hombros lleva un extraño traje que se ondea y lo cubre completamente.

—Ah, Su Majestad, bienvenido. Yo, von Christ Günter, esperaba con ansias el día en que pudiera volver a verlo.

—¿No estás enojado? Y, ¿ni siquiera estás llorando?

No hay lágrimas ni mocos cayendo por su rostro. Y más allá de eso, él me suelta de inmediato y da un paso atrás antes de hablar.

—¿Enojado? ¿Por qué pensaría que yo tendría esa emoción mundana? Su Majestad, he alcanzado la iluminación. Amar es aceptar todo y cambiarte tu mismo por la persona que amas. Y, las dificultades que trae consigo el amor son todas conforme a Su voluntad.

—Uh, see.

—Es así que, Su Majestad, los días en que fui incapaz de verlo significaron una prueba de fe de parte de Su Majestad Shinou.

Juntando sus manos como si resara, mira hacia el cielo. Debe ser mi imaginación, pero parece haber una luz refrescante saliendo de detrás de él. Y puedo jurar que puedo oír débilmente una música curadora del alma y purificadora viniendo de alguna parte. ¿Acaso mientras yo no estaba hubo un giro del destino merecedor de un “¡DUN-DUN-DUN-DUUUUN!” y ahora su personalidad ha dado un giro de ciento ochenta grados?



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—¿…Qué estás haciendo, Dacascos? —pregunta de repente Conrad.

—¡Ah!

Conrad levanta la enorme caja detrás de Günter. Dentro hay un soldado completamente calvo y de mediana edad, operando un reflector y una caja de música.

—¡Ah, Dacascos! ¡¿No te dije que no llamaras la atención?! ¡Ahora mi horrible período de prueba con los monjes fue para nada! ¡¿Qué le digo a Su Majestad?!

—…No lo entiendo realmente, pero no estás para nada ilumina… ah… Si-siento que me están fulminando con la mirada.

Sintiendo una mirada que es casi dolorosa, volteo y veo que Gwendal está parado allí con el pelo desaliñado y habiendo perdido tanto peso que casi parece como si lo hubieran maldecido. Las sombras bajo sus ojos cuentan una historia.

—¡…Todos ustedes, hijos de… hagan… su trabajo!

Descubro un callo de la pluma en un dedo de su mano derecha.



Ya que quiero ver como está mi tobillo, vamos a dar un paseo. No he corrido nunca desde el incidente de Hildyard.

Saliéndonos un poco de nuestro recorrido habitual, escalamos una pendiente suave. En la parte inferior de la pequeña colina hay una alfombra verde a pesar de que estamos en invierno.

Conrad, sin perder el aliento en lo más mínimo, apunta hacia el final de la pendiente.

—¿Puede verlo?

No hay forma de que no pueda verlo. Es enorme, amplio y está justo frente a mi.

Por debajo del verde cortado en cinco extremos, se asoma un color marrón oscuro. Hay una tosca red unida a unos pilares de madera separados regularmente. Muchos jóvenes musculosos fabrican un set de gradas. Los estantes tienen alrededor de diez niveles de alto.

A ambos lados de las líneas laterales en forma de abanico, hay bancos para cada equipo.

—…Guau.

—Se supone que es una cancha de béisbol, pero como está recreada a partir de mis recuerdos la forma es un tanto extraña.

—Para nada. No es para nada extraña. Está bien, definitivamente hay cien metros de cada lado.

Al nuestra presencia, uno de los hombres jóvenes se endereza y saluda. Los otros dos se quitan sus sombreros y agitándolos en el aire llaman a los demás trabajadores.

Muevo inconscientemente mi pie hacia delante. O mejor dicho, comienzo a correr hacia delante, fallo y mi cuerpo entero cae justo encima del duro pasto de invierno y ruedo hacia abajo sobre la leve pendiente.

—Su Majestad, por favor tenga cuidado.

—Estoy bien.

Pase lo que pase ahora, estaré bien. Regañando mis piernas lentas y enredadas, llego a la puerta del estadio. No es un domo, ni tampoco hay pasto artificial como estoy acostumbrado a ver, y no hay lugar para los reflectores ni pantallas gigantes en ningún lugar. Lo que hay aquí es el césped natural de las ligas menores que se ve en las películas occidentales y gradas en las puede acomodarse toda la familia para dar ánimos a todo pulmón.

—¿…Qué hago?

¿Qué hago ahora que ha sido construido este impresionante campo de béisbol?

Los jóvenes que habían estado trabajando vienen corriendo hacia mí. Todos tienen la misma expresión de seriedad.

—Su Majestad, por favor perdónenos por aparecer ante usted en nuestras ropas de civil. Bueno, es debido a que estamos fuera de servicio.

—¿Fuera de servicio? ¿Qué están haciendo si están fuera de servicio?

—Ah, estamos construyendo algo llamado “cancha de béisbol”…

Lord Weller finalmente me alcanza y me deja descolocado al enviar a los soldados de vuelta a su trabajo.

—¿Por qué están trabajando tan duro en su día libre…?

—Es porque quieren hacer feliz a Su Majestad.

Al enfrentar esta verdad me conmuevo y mi poder de comprensión se vuelve mas lento. El organizado verde y marrón son el comienzo de algo hermoso y natural.

—Pero, ¿por qué están haciendo algo tan impresionante?

—Por su cumpleaños de dieciséis. Planeaba mantenerlo en secreto hasta que usted mismo lo anunciara, pero… últimamente han ocurrido muchas cosas, así que pensé que esto lo animaría.

Campo derecho, campo central, campo izquierdo, tercera base, segunda base, primera base. Un montículo que no es lo suficientemente alto y un home que todavía no ha sido colocado en su lugar.

Siento como si pudiera escuchar los sonidos. Casi puedo ver el cielo azul de verano cobrando vida.

—Han trabajado duro porque quieren que a usted le guste este país.

—¡¿Por qué?! Me gusta, y ya desde hace mucho tiempo. No he dicho que lo odio, ¡¿no es así?!

Conrad sonríe de una forma que atraviesa mi corazón y se mueve hacia la caja de bateo.

—Sí, así es.

Me muevo lentamente para pararme detrás del home y mirar hacia el campo. Desde aquí puedo verlo todo. El estado mental del lanzador, los turnos de los jardineros, los avances de los corredores, e incluso el interior de la mente del bateador que está tan cerca que podría tocar su hombro.

Esta es mi posición. Este es mi lugar.

Me pongo en cuclillas con cuidado, preparo mi palma y doblo mi codo. Desde esa posicion, me inclino presionando una mejilla y mi oreja contra el suelo. Al principio está frío, pero luego de un momento el calor del piso se hace notar. La luz del sol que ilumina este país irradia desde arriba y abajo de la tierra.

—¿Qué es lo que hace —pregunta Lord Weller con un tono de voz alegre mientras pellizca mi oreja izquierda— ensuciándose con lodo?

—…Oye, ¿puedo decir algo aburrido?

—Por supuesto.

—Sabes, creo que está bien.

Si digo algo irresponsable como esto, todos los mazokus se disgustarían. Pero, esta es la respuesta a la que he llegado después de pensar todas las noches por cuatro meses. Algo mejor que esto sería demasiado para mí, e incluso si tuviera que expresarlo en palabras, sería una mentira.

—…Creo que está bien. No puedes tener un visitante todo el tiempo. Está bien tener dos sedes, tener tanto el Domo de Sapporo como el Domo de Seibu como tu casa. Aunque probablemente… no entiendes lo que estoy diciendo.

—Comprendo cual es el punto.

—See, así que… puede que nunca más sea capaz de regresar, pero…

A pesar de todo nunca renunciaré a mis amigos ni a mi familia del Japón moderno. Siendo que me he convertido en el rey de este país en este mundo, debería separarme de mi pasado y pensar solo en los mazokus. Pero esa no es la clase de persona que soy, y no puedo dejar de lado a la Tierra, mi familia o mis amigos. Ni siquiera puedo dejar de lado el béisbol. —Además, vine aquí porque ustedes me querían aquí, ¿no es así?

—Así es.

—Entonces...

Tengo un lugar en dos mundos.

No hay una vida más feliz que esta.



Los efectos de las fuentes termales se dan de una manera extraña. Después de volver al castillo del Pacto de Sangre, soy incapaz de olvidar esos tres días horribles en las termas y me meto al baño cada vez que tengo la oportunidad convirtiéndome en un completo fanático de los baños. Incluso me meto al baño contiguo cuando mi gran baño está siendo limpiado por la tarde.

Como es incómodo estar solo en ese enorme lugar, por la noche hago que Wolfram me acompañe a bañarnos juntos. Tengo la sensación de que si paso tiempo con él desnudo en este enorme baño podremos formar un lazo de amistad masculina, en vez de un lazo entre él y su prometido el donjuán. El problema es que mientras más profundizamos nuestra relación como hermanos, él más se desalienta cada vez.

¿Por qué estás tan insatisfecho con una amistad, von Bielefeld Wolfram?

Luego de despertarme dos veces paralizado esta noche, mis ojos se abren y no puedo volver a dormir.

—Ah, no tiene caso. No puedo dormir sin tomar un baño antes. Wolf, me voy a bañar.

—¿Quué ‘tas diciendo, sabes quehora es? Deja de sher tan mo’esto. —Puede que esto no venga a cuento, pero tu rostro se parece al de Kunie Tanaka[1].

Y estás siendo completamente grosero al ignorar el hecho de que vives en mi cama y siempre dices lo que se te da la gana.

Dudando el salir de mi habitacion yo solo, camino furtivamente por el pasillo bien tarde en la noche. En este castillo tan tranquilo, donde solo hay un centinela ocasional por aquí y por allá, me asusta un poco que haya algo que no sea de este mundo dando vueltas. Este es básicamente el país de los mazokus, así que los monstruos y los espíritus malignos no califican como fenómenos sobrenaturales, pero no es así con los fantasmas.

Cuando por fin llego al vestuario, salto ante el débil sonido de agua.

Desde el baño en el que no debería haber absolutamente nadie, puedo escuchar el leve sonido del agua salpicando.

—Ese sonido de salpicar obviamente no es de un adulto, así que hay pocas posibilidades de que sea Lady Cherie. Si tengo que adivinar, diría que suena como alguien pequeño…

¿Un niño? ¡¿El fantasma… de un niño?!

¡El fantasma de un niño no es para nada gracioso! O tal vez es un zashiki warashi de una casa privada. ¡¿O tal vez una muñeca japonesa de esas que les crece el pelo?! ¡¿O quizás es una muñeca Hina que se le sale la cabeza?! Mientras repaso las posibilidades, se hacen cada vez menos terroríficas[2].

Pero si un niño de verdad se está ahogando, tengo que ayudarlo tan pronto como sea posible, o será demasiado tarde. Me armo de valor, abro la puerta y corro dentro del hermoso baño. Solo con unas pocas antorchas prendidas en las paredes, no puedo ver al niño por ninguna parte.

—…Um… ¡Ah! ¡¿Un perrito?!

En medio de la bañera absurdamente grande se ve una figura que parece un pequeño animal blanquecino. “Espera perrito, voy a rescatarte” pienso mientras me sumerjo heroicamente en la bañera con mi pijama —el cual es solo una camisa y unos pantalones cortos— aun puesto. Mi objetivo: La línea de 12 metros.

Nado hasta el pequeño animal con una meticulosa brazada estilo perrito y por fin mis dedos tocan piel. ¡¡No se mueve, ¿eso significa que ya ha usado toda su energía?! ¡Oh, no, cachorrito!

—Eh… Esto es… ¡¿tejido?!

Cuando lo noto ya es demasiado tarde.

Algo agarra mi tobillo esguinzado completamente sano con una fuerza familiar. Sin siquiera tiempo para pensar “¡No puede ser, mis pies no tocan el fondo!” soy succionado hacia el centro de un torbellino.

¡De casualidad, ¿no es esa cosa a la que estoy acostumbrado y que siempre me pasa?! ¡¿Es esa atracción famosa a la cual se me hizo mas fácil subir desde que la agregaron al Disney de Tokyo?!

Me pregunto si ese animal tejido blanco está hundiéndose hasta el fondo ahora que desaparecí. Es una escena surrealista muy atemorizate que no tengo tiempo de imaginar.

Luego de eso sigue el Tour de las Estrellas que no he visto en mucho tiempo.




De repente los rayos ultravioleta secan instánstaneamente mi piel húmeda e incluso podrían llegar a quemar un poco de vello corporal.

Es doloroso respirar en el aire caliente y me quedo sin oxigeno durante un momento. Cuando mi garganta y mi nariz finalmente se acostumbran a la temperatura, comienzo a respirar frenéticamente.

—¡…buya… buya!

¿Qué es “buya”?

Mi mejilla es abofeteada una y otra vez y mis hombros son brutalmente sacudidos.

—¡Shibuya!

—… ugh, Wolf, basta…

—¡Genial! ¡Estás vivo, está vivo!

Hay un aplauso instantáneo. Sorprendido, abro mis ojos y veo el cielo azul y el blanco oro del solo atacan mis pupilas. El alto y profundo cielo azul está de un color que solo se puede ver en verano. De las tres caras que me observan desde arriba, solo reconozco una. Han pasado muchos meses desde la última vez que lo vi, ¿por qué está Murata aquí?

—¡Shibuya, ¿sabes quién eres?!

—…Shibuya Yuuri.

—¡Así es, Harajuku Furi! ¿Y yo quien soy? No me llames por un nombre extraño como hiciste recién.

—Um… Murata Ken.

De nuevo hay vítores y aplausos. Y además de eso, escucho algunos silbidos burlones.

Forcejando y dando vuelta la cabeza veo que estoy tirado en el escenario de Mundo Marino como un atún. Los increíblemente entretenidos padres e hijos que están de vacaciones de verano se regocijan como si esto fuera un asunto personal. ¡¿Entré al Tour de las Estrellas frente a una audiencia tan grande?!

—¿..Esto es como “Esta Noche Tú Eres el Testigo Ocular[3]”?

—Ah, pero de verdad que me alegro mucho, Shibuya. Te hundías cada vez más y más en el agua, y como no podíamos ver ninguna sombra o silueta, por un momento parecía como si hubieras sido arrastrado fuera de la pared y hacia el mar.

Viendose como si estuviera a punto de llorar sobre sus lentes, Murata se cuelga de mi cuello.

—¡Me preocupé mucho de que hubiera pasado lo peor ya que fui yo el que te pidio salir en una cita!

—Por favor deja de decir cosas que se pueden malinterpretar fácilmente.

En otras palabras, regresé. Volví a mi mundo original. Ya no es “original” o “volver a casa”.

Shibuya Yuuri está ahora en el Japón moderno. Y en el futuro, puede ser que vaya a Shin Makoku.

Una chica mayor que yo que lleva puesto un traje de baño me agarra del cinturón para ayudarme a levantar y mantenerme firme.

—¡Ew, ¿qué es eso?!

¡Maldición! ¡Hoy tengo puesto lo que normalmente usan los mazokus, la tanga de seda negra!

—Ah, lo siento. A él medio que le gustan esas cosas. Pero no es para nada dañino.

—¡Basta, Murata! ¡No des una explicación vergonzosa en público! ¡Señorita, y señorita, no se asusten de esta ropa interior, no, por favor no se asusten!

Pero las chicas ya me han etiquetado de “pervertido” retrocediendo lentamente.

—Bueno, está bien. El valor de una persona no se determina por su ropa interior.

—¡Murata, no estás ayudando!

Habrían tantas personas que me ayudarían si estuviera allá. Ah, de verdad estoy comenzando a extrañar todo.

Por tanto tiempo como esté aquí en Japón.

Como pienso en mi familia cuando estoy lejos, pensaré en los mazokus mientras esté aquí.

Si hago eso, entonces poco a poco sentiré a mi reino mas cercano.



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  1. Kunie Tanaka es un actor que ha estado en muchas películas, incluidas algunas de Akira Kurosawa. El personaje de Kizaru en One Piece está basado en él. El chiste es que este hombre tiene los ojos muy entrecerrados.
  2. Un zashiki warashi es un espíritu infantil que vive en las casas y hace bromas, pero también trae buena fortuna y si no lo cuidas se va. La muñeca que le crece el pelo es Okiku, un juguete real supuestamente poseído por una niña del mismo nombre. Las muñecas Hina no tienen nada raro y son parte de un set que se usa para festejar el día de las niñas, y lo de sacarle la cabeza es invento de Yuuri.
  3. Supongo que se refiere a algún tipo de programa de televisión en el que uno puede presenciar un suceso extraño.